Capítulo 29

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Pasó toda la noche abrazado a Bill, estrechándole con más fuerza cuando le sentía despertarse sollozando por lo bajo, besándole en la frente mientras le susurraba una firme promesa....

"Matthew estará en tus brazos cuando despiertes"

No sabía como podía prometerle algo que estaba fuera del alcance de sus manos, si por él fuera removería cielo y tierra hasta dar con la persona que se había llevado a su hijo, pero se veía impotente al no poder hacer nada más que quedarse esperando.

Su hijo le necesitaba, estaba solo y asustado. Cerraba los ojos y juraría que escuchaba su llanto desconsolado...

Abrió los ojos de golpe poniéndose tenso. No era un sueño, era el llanto de un niño pequeño que resonaba en el eco.

Se levantó de la cama corriendo sin despertar a su hermano, ni se molestó en calzarse o vestirse. Salió a la calle en bóxers y corrió siguiendo el llanto, hasta dar con un cesto abandonado a escasos pasos de su casa.

Se paró de golpe, eso no estaba pasando. No podía cerrar los ojos deseando que cuando los abriera su hijo estuviera con ellos, y...¿ se cumplía su deseo como por arte de magia?

Pero era así, un bebé lloraba dentro de su canasta y se apresuró a arrodillarse, rompiendo a llorar al ver que era su Matthew. Lo cogió entre sus brazos y acunó contra su desnudo pecho, sintiendo como fijaba sus llorosos ojitos en él y cesaba el llanto, dando paso a una amplia sonrisa en sus temblorosos labios.

—Matthew...—susurró besándole con suavidad en la frente.

Se incorporó con él en brazos, arrugando la frente al ver un sobre blanco con su apellido escrito a mano. Lo recogió de la canastilla y regresó al lado de su hermano, que seguía tal y como le había dejado, tumbado de lado sollozando en sueños por lo bajo.

Sonrió y metiéndose en la cama con cuidado, se tumbó a su lado dejando a su hijo en medio, que cansado por el llanto había cerrado con pesadez los ojitos. Le arropó con cuidado y levantando una mano, acarició la suave mejilla de Bill, que se estremeció bajo su contacto.

—Bill, mi amor—le llamó en voz baja al verle arrugar la frente—Abre los ojos y mira lo que he encontrado.

Como si su hijo también quisiera ayudar a despertar a su padre, Matthew separó los labios y soltó un profundo suspiro que Bill escuchó aún estando dormido. Sus ojos se abrieron de inmediato y descubrieron a la personita que dormía plácidamente entre sus dos padres.

—¿Matthew?—preguntó Bill con voz temblorosa.

—Si, es nuestro hijo—susurró Tom emocionado.

La sonrisa de Bill no se hizo esperar, y alargando una mano atrajo a su dormido hijo contra su pecho con suavidad para no despertarlo y le besó en la mejilla suspirando.

—¿Qué...? ¿Cómo lo has...?—preguntó entre lágrimas sin dejar de mirar a su hijo.

—No lo sé—contestó Tom con sinceridad—Te besé en la frente prometiéndote que cuando abrieras los ojos Matthew estaría con nosotros, y de repente escuché su llanto. Salí a la calle y ahí estaba, dentro de una canastilla...y con una nota...

Se había olvidado de ella, solo quería llevar a su hijo al lado de su hermano y se había olvidado de ese sobre blanco que estaba sobre la mesilla en esos momentos. Se giró y dio la tenue luz que iluminó parte de la habitación. Cogió el sobre e incorporándose en la cama lo leyó en voz alta.


"Para Bill Kaulitz...

Para un padre no hay nada peor que perder un hijo, es como morirte en vida y eso es lo que has sentido tú cuando te arrebaté a Matthew. Lo siento mucho, no sabía lo que hacía...la tristeza me embargaba y actué sin pensar.

Tal vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora