Al día siguiente Bill ya se levantó de la cama. Se dio un largo baño relajante de espuma y luego tras secarse el pelo se vistió con un cómodo chándal. Salió de su habitación y se dirigió a la cocina en donde Tom preparaba el desayuno para ambos, sonriendo al escucharle tararear por lo bajo.
Se sentó con esfuerzo en una silla y le sonrió agradecido cuando le puso delante un bol con cereales, un plato con tostadas y un vaso de zumo de naranja.
—Me mimas demasiado—dijo Bill suspirando.
—Debes comer por dos—señaló Tom sonriendo.
Se le quedó mirando arrugando la frente pensativo, gesto que Bill no pasó por alto.
—¿Te pasa algo?—preguntó extrañado.
—Estaba pensando... ¿viene solo un bebé?—preguntó Tom sin poderse contener—Es que estaba pensando, que al ser tú y yo gemelos, cuando tuviéramos nuestros hijos, lo normal es que tuviéramos gemelos también.
—Con uno me conformo—murmuró Bill desviando la mirada.
Tom decidió no insistir en el tema, había visto como un gesto de tristeza recorría el rostro de su hermano. Carraspeó algo cortado y decidió hablar de otras cosas.
—Estaba pensando—empezó a decir Tom sentándose a su lado—¿Qué te parecería invitar a los chicos a cenar? Hoy, si te sientes bien.
—¿Los chicos?—repitió Bill arrugando la frente.
—Georg y Gustav—murmuró Tom.
—¿Hoy?—preguntó de nuevo Bill.
—Solo si quieres, pero ya veo que no—dijo Tom con cansancio.
Estaba empezando a perder la calma, cada vez que le hablaba tenía que ir con pies de plomo, no decir nada que fuera de su desagrado. Solo por el bien de un bebé que ni sabía de quien era ni que le había realmente pasado.
Bill sintió como resoplaba a su lado y se volvió para mirarlo. Se le veía realmente cansado, con grandes ojeras y muy pálido por su culpa. Le hizo mucho daño al irse de su lado de esa brusca y fría manera, para luego reaparecer con una barriga de 8 meses y sin querer dar ninguna explicación, solo problema tras problema y tratarle a veces de una cruel manera que no se merecía en absoluto.
Cedió un poco y cogiendo su mano se la apretó con cariño.
—Invítales—dijo logrando sonreír con esfuerzo.
—¿Estás seguro? Solo has descansado un día, tal vez mejor mañana....
—No, me siento mejor gracias a ti. Diles que esta noche cenaremos juntos y recordaremos los buenos tiempos.
Tom sonrió al momento para satisfacción de Bill. Quedó en llamarlos más tarde y terminaron de desayunar algo más animados. Luego Bill se retiró a descansar al sentirse pesado tras lo mucho que había comido.
—Siento darte tanto trabajo—le dijo a su hermano mientras le ayudaba a meterse de nuevo en la cama—No hago más que dormir y comer, dormir y comer...
—No das nada de trabajo, te quejas en vano—negó Tom sonriendo—Duerme toda la mañana, yo estaré trabajando en mi habitación con la puerta abierta.
—Me dormiré escuchándote cantar—dijo Bill suspirando.
Se acomodó de lado y cerró los ojos sonriendo cuando Tom se inclinó sobre él y le beso en la mejilla deseándole dulces sueños. Bostezó una vez a solas y sonrió cuando minutos después le llegaba por el pasillo la dulce voz de su hermano.

ESTÁS LEYENDO
Tal vez
RomanceTal vez que su sueño se rompiera en mil pedazos fuera lo mejor que le podía haber pasado. En su momento solo lo vio como un gran problema que quiso que afrontar él solo, pero con el paso del tiempo vio que tal vez no estaba tan equivocado, que siemp...