Capítulo 16

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Se quedó muy quieto abrazando a su hermano hasta que le sintió caer dormido rendido por el llanto. Se levantó con él en brazos y con mucho cuidado le tumbó en la cama y tapó con una manta. Se inclinó sobre la cuna viendo asombrado que Matthew no se había despertado a pesar de los gritos que habían dado.

Todos necesitaba descansar, su sobrino por haber estado tanto tiempo llorando sin ser consolado, Bill por lo cruel que la vida le había tratado...y él tras descubrir su gran secreto.

Miró la cama en la que descansaba y sin pensárselo dos veces se echó también en ella levantando una esquina de la manta. Se acercó todo lo que pudo y le trajo a su cuerpo con cuidado de no despertarlo. Cerró los ojos suspirando y tras besarle en la frente cayó también en un profundo sueño...recordando ese que una vez tuvo... ¿o es que tal vez no fue un sueño?

Cerró los ojos con más fuerza gimiendo por lo bajo, no podía haber ocurrido como él pensaba...no, era su hermano, no debía haberlo tocado de esa íntima manera pero ¿cómo no resistirse cuando le tenía entre sus brazos, sintiendo la calidez que despedía su cuerpo y las ganas que siempre tuvo de estar dentro de él?




9 meses antes

Nada más entrar en la fiesta una guapa chica se colgó de su brazo y le dio pena decirla que no, así que no le quedó más remedio que bailar un poco con ella. Solo sería una canción, pero la chica estaba tan ilusionada que al final fueron dos. Desde donde estaba podía ver a su hermano escondido en un rincón. Se puso tenso al ver que se le acercaba un chico, pero respiró aliviado cuando vio que se lo quitaba de encima.

Desde siempre tenía que mantenerse alerta con la gente que los rodeaba, viendo en ellos a alguien capaz de hacerle daño.

Siguió sin quitarle los ojos de encima hasta que le vio caminar hasta la salida. Sabía que no corría peligro, Saki también le estaba vigilando y si lo que Bill quería era regresar al hotel caminando Saki le haría compañía.

Suspiró y se concentró en la chica que le miraba embobada, separando los labios a la espera de que se lanzara y le diera un dulce beso. Suspiró de nuevo. No podía hacerlo, no sabía cuando pasó pero un buen día miró con otros ojos a su hermano y desde entonces no podía dejar de hacerlo.

Solo estaba en su imaginación, o eso se decía. No había visto señal alguna de que su amor fuera correspondido.

Tras terminar de bailar se despidió de la chica con un casto beso en la mejilla, escuchando su gemido frustrado. Se hizo camino hasta la barra y se reunió en ella con Gustav. Se quedaron hablando hasta que se les unió Georg y decidieron dar la fiesta por finalizada.

Regresaron al hotel y se fue cada uno a su habitación. Se metió en la cama nada más entrar por la puerta. Se desnudó y liberó sus rastas, apagando la luz y metiéndose en la cama no si antes dejar entre abierta la puerta que comunicaba con la habitación de su hermano.

Cerró los ojos suspirando. Recordaba cuando estando en el backstage bromeó cuando David le pidió que no llevara a ninguna chica a su habitación. Si les hubiera dicho la verdad...que hacía siglos que no se acostaba con ninguna, que solo las despedía en la puerta y pasaba las noches en vela, pensando en qué estaría soñando su hermano...

Esa noche no fue distinta. Medio dormido como estaba sintió que la puerta que comunicaba con la habitación de Bill se abría y al poco le sintió meterse bajo sus sábanas.

Se quedó muy quieto haciéndose el dormido, sonriendo cuando le sintió acercarse en busca de su cuerpo y abrazarse a su espalda suspirando. Cerró los ojos con más fuerza y se quedó dormido con una sonrisa en los labios.

Soñó con algo que siempre deseó que se hiciera realidad, y esa noche su subconsciente tomó el mando y se aprovechó de la situación. Le hizo rodar y abrazarse a su hermano, que en esos momentos le daba la espalda sumido en su propio sueño. Empezó a frotarse contra él gimiendo por lo bajo, sonriendo sin poder evitarlo cuando le despertó. Le sintió acercársele más, bajarse la ropa interior y con una mano cogerle esa erección que se desbordaba de sus boxers.

Se la sacó del todo y con mucha suavidad el hizo entrar poco a poco en su cuerpo. Entonces algo saltó en su interior y cogiéndole con fuerza por la cintura le embistió con fuerza una vez, y luego otra vez sin poderse contener y así siguió hasta que se derramó en su interior.

No supo que pasó después. Cayó inconsciente y cuando abrió los ojos ya era de día y su hermano seguía dormido a su lado, desnudo del todo. Eso fue lo que le cabreó aunque aún no sabía el porque. Era lo que más deseaba que pasara, pero en el fondo...no debía pasar. Eran hermanos, no se debían de amar...






Despertó de golpe. En esos momentos lo recordaba todo. No fue un sueño, ocurrió de verdad y esa noche en su propia cama concibieron a Matthew sin querer evitarlo. Bajó la mirada al escuchar como suspiraba su hermano. Se fijó en sus labios y sin pensárselo dos veces acercó los suyos muy despacio y le empezó a besar muy dulcemente.

Primero con suavidad, hasta que Bill empezó a despertar y responderle. Sonrió contra sus labios y poniendo una mano tras su nuca le atrajo más y rodó sobre él sin dejar de besarle. Esa vez estaba despierto y no quería salir del dueño...

—¿Tom...?

No sabía que pasaba, creía que estaba soñando, que su hermano le besaba en los labios tal y como siempre había deseado. Pero al sentir como una lengua se frotaba con la suya, como unas manos le subían la camiseta y acariciaban su estómago...

Fue entonces cuando despertó del todo. Allí mismo llevó un hijo creciendo durante 9 meses, odiándolo todo ese tiempo cada vez que pensaba que su padre era un chico con el que se lió una noche que tuvo un calentón, no esa persona que tanto echaba de menos en esos momentos que tan solo se sentía, cuando decidió alejarse de su lado para que no viera lo bajo que había caído.

Abrió los ojos y poniendo unas manos contra el pecho de su hermano, le empujo con suavidad para que le dejara respirar, que diera ese beso por finalizado y no volviera a hacer nunca más.

—¿Bill?—llamó Tom sin entender.

—Esto....esto no puede ser—contestó Bill consiguiendo escapar de él.

Se levantó de la cama y cruzándose de brazos le miro fijamente a los ojos.

—¿Por que me has besado?—preguntó muy serio.

—Porque lo llevo deseando desde que tengo uso de razón—contestó Tom.

—Lo haces porque sabes que Matthew es tu hijo, si no yo te daría igual...—empezó a decir Bill.

—Deja de pensar así, ya sabes lo mucho que te quiero y que nuestro hijo no cambia las —dijo con firmeza Tom—Al contrario, es lo mejor que nos puede haber pasado.

—No, me pasó solo a mí—soltó con rabia Bill—Tu no estabas a mi lado para decirme lo bien que se me veía embarazado, no me podías coger de la mano ni consolarme cuando sentía que estaba haciendo lo equivocado...

—Pero al final hiciste lo correcto—apuntó Tom—Tuviste dos momentos de indecisión, pero seguiste los dictados de tu corazón y trajiste al mundo a un bebé sano y fuerte.

—Uno solo....porque el otro lo perdí a los 4 meses—se le escapó a Bill con dolor.

—¿Qué?—dijo Tom levantándose de golpe en la cama.

—Eran dos bebés, Tom—confesó Bill con dolor—Pero por culpa de mi egoísmo perdí uno de ellos sin poder hacer nada por impedirlo.

Tal vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora