El inicio de todo

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Podía verla a lo lejos, a su hermosa madre frente al cerezo, corriendo a ella con sus pequeñas piernas el viento le revolvió los cabellos y abrazandose a las piernas de la mujer soltó una risilla al sentir su olor.

En cuanto sus ojos se cruzaron vio aquella linda sonrisa y extendiendo sus brazos pidió ser cargado.

-Eres tan lindo como este árbol de cerezos, ambos son mis favoritos- musito mokha haciendolo sonrojar

Aún nisiquiera pronunciaba palabra pero sabía que su corazón le pertenecia a aquella mujer que le dio vida y crio hasta donde más pudo.

-Quieres curry hoy para cenar?- pregunto acariciando sus mejillas que parecian duraznos

Y asintiendo rapidamente park jimin bajo de sus brazos y tomando su mano camino con ella de vuelta a su hogar.

Aquellos recuerdos con mokha quedaban atesorados en su mente hoy y siempre.

-Mamá!- el grito del pequeño rubio retumbó en su cabeza

Y despertando de aquel sueño sintió como sus lagrimas resbalaron por sus mejillas.

Sonriendo amargamente observó su ventana y poniendose de pie suspiro.

Tras la muerte de su madre, su padre se había casado nuevamente, con una mujer poco agradable y sus dos hijos, uno alfa y el otro omega, con los cuales no llevaba una gran amistad.

Pronto cumpliría su mayoria de edad y esperaba poder ir con su tía como se le habia dicho, ese sería el regalo perfecto, ya que no se sentía comodo en aquella familia.

Porque su padre, él nunca fue realmente un padre.

Se había convertido en el hijo menos deseado, desde que ella murió su papel en aquella casa se había convertido en ser el esclavo de todos aunque tuviesen el suficiente dinero para las demás criadas.

Comenzaba sus mañanas sirviendoles el desayuno y solo despues de que ellos hubiesen terminado de comer, podía comer lo que sobraba y si no sobraba, se las ingeniaba.

Aveces sentía que su verdadera familia eran las personas del servicio quienes le vieron crecer y se preocupan mas por él.

De que le servía venir de una familia con dinero si su propio padre nisiquiera lo determinaba, tal vez por ser omega, tal vez por recordarle a su antigua esposa o simplemente nunca le tomo el suficiente cariño.

El sudor resbalaba por su frente mientras limpiaba el jardín en pleno día soleado sin aún beber algo.

La sombra de alguien le cubrió de los rayos del sol y al alzar su mirada pudo ver al joven Kim, quien era su vecino desde que tenia memoria, aunque es algo relativo, ya que la casa mas cercana a su hogar quedaba demasiado lejos como para verla desde allí.

-Necesitas ayuda?- cuestionó taehyung, un alfa de tez morena

Park rio con suavidad y levantandose hizo una reverencia al mayor tratando de limpiar sus manos con algo de tierra.

-Buenos días hyung- musito el dulce chico

-Te he traído algo, vayamos a la sombra- pidió señalandole la banca a la sombra de un frondoso árbol

La brisa sin duda le refrescó y observando una pequeña caja color azul ladeo su cabeza.

-Abrelo- musito dandole el obsequió

Park asintió y abriendo la caja notó la bufanda y sonrió ampliamente sintiendo aquel calor abrazador en su pecho.

-Iré... al servicio militar, así que no podremos vernos durante mucho tiempo... y quería que me recordarás- comento algo melancolico

Un Omega Para JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora