08 | Ofrenda | FushiIta

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Ofrenda (Cortejo): Seguro sabes que los pájaros y otros animales les hacen presentes a las hembras con la finalidad de ser elegidos, aquí es similar. Como cuando regalaste o recibiste un peluche en San Valentín.

Fushiguro no puede evitar caer enamorado ante ese Omega de apariencia fuerte, pero de alma delicada.


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Lo conoció por primera vez una tarde de primavera, el aroma dulce que desprendía era tan atrayente que no pudo evitar caer ante él, un Omega diferente a los que una vez conoció. Por tal motivo no dudó en tratar de acercarse a él para comenzar a cortejarlo, sin embargo, sus esperanzas comenzaron a caer cuando veía rechazar a cada Alfa que se le acercaba.

Con los ánimos por los suelos decidió que era mejor rendirse aun cuando no había ni siquiera intentado su lucha.

—¿En serio te vas a rendir? — fue lo que le pregunto la castaña al pelinegro.

Ambos se encontraban sentados en aquella cafetería, la cual era la favorita del Megumi.

—Es probable que me rechace apenas me vea, así sucedió con los otros Alfas, incluso a ese tipo Satoru, lo rechazó, ¿Qué se puede esperar de mí? — le respondió mientras bebía un poco de su café.

—Sabes — siguió la castaña — yo estoy intentando conquistar a Maki-san — las facciones del rostro del pelinegro se desfiguraron hasta formar una mueca de asco — creo que estoy logrando acercarme a ella.

—¿Cómo lo haces?

—Fácil, le dejo obsequios cada vez que voy a sus entrenamientos — termino de decir mientras en su cara estallaba una sonrisa de oreja a oreja, además del fuerte sonrojo en sus mejillas.

—Eres una Omega, no tendría que ser al revés — la incertidumbre en el rostro del pelinegro era tan clara que la chica le dedicó una sonrisa para después responder.

—Debería, pero también nosotros como Omegas podemos hacerlo, a los Alfas le llena de orgullo tener una ofrenda de Omega, lo mismo pasa con nosotros los Omegas, nos gustan las ofrendas de los Alfas — le contestó con una sonrisa.

—¿Crees que es buena idea? — pregunto aun con la duda reflejada en su rostro.

—He escuchado que ninguno de los Alfas que han intentado cortejarlo, le han dado alguna ofrenda, es tu oportunidad.

Y con aquellas palabras en mente, Fushiguro comenzó a dejarle pequeñas ofrendas al peli-rosa como muestra de su interés por él, grande era su sorpresa cuando veía que el Omega en algunas ocasiones se llevaba su ofrenda a la nariz para poder olfatearlo, el ego se hacía cada vez más grande cuando veía aquella escena del Omega en el cual tenía interés.

Porque aquellas pequeñas acciones le hacían creer, cosa que esperaba que fuera real, que su cortejo era aceptado por ese Omega que tanto le había llamado la atención y quería estar a su lado. En total las ofrendas que le había hecho al Omega fueron once, cada uno de ellos expresaba diferentes cosas, por ejemplo, el primero expresaba el trabajo, sabía que ese Omega tenía un trabajo como niñero, así que en algunas ocasiones el peli-rosa podría estar cansado, por lo que su ofrenda fue un pase a una sesión de masajes para poder borrar todo aquel estrés y cansancio que pudo tener en aquella semana.

La segunda ofrenda representaba la amistad, por lo cual le dio algunos pases para que fuera a ver aquella película en escuchó quería ver con ese otro Omega Junpei, así que le fue fácil darle esas entradas, hasta que finalmente llegaba a esa última ofrenda, la que representaba el amor, no sabía si sería aceptado, porque el que aceptara cada cosa que le daba no lo obligaba a darle el sí.

Con pasos lentos se acercó al chico que se encontraba sentado en aquella banca de aquel parque, la forma en la cual el viento movía sus rebeldes cabellos le hizo darse cuenta que ese Omega muy posiblemente tuviera a muchos detrás de él y que era muy probable que él también fuera parte de los rechazados. Pero era su última oportunidad y no podía dejarla ir.

¿Qué podría significar el amor para las personas? Megumi lo entendía de una manera un poco más extraña, para él, el amor podría ser muchas cosas, pero lo que más le gustaba era ver a tu pareja usando la misma ropa que tú, es por ello que Megumi había decidido darle el último regalo unas sudaderas de pareja, aunque a él no le gustara aquella prenda, sabía que al Omega sí.

—Hola — susurro en voz baja, el nerviosismo estaba adueñándose de su cuerpo y mente.

—Fushiguro ¿Verdad? — Megumi solo tenía una cosa en mente y era que su apellido sonaba tan hermoso con la voz del Omega. Él solo asintió a aquella pregunta y dio otro par de pasos hasta estar totalmente enfrente de Itadori Yūji, como era que se llamaba el Omega.

—Espero que aceptes esta ofrenda como muestra de mi cortejo hacia ti — dijo aquellas palabras tan rápidamente que Yūji por un momento tuvo que pensar exactamente qué era lo que le había dicho.

—¿Puedes repetirlo? Ahora un poco más lento.

—Espero que puedas aceptar esta ofrenda como parte de mi cortejo e interés hacia ti — hablo ahora de manera más clara. Yūji no pudo evitar dejar salir una pequeña carcajada por la cara que estaba haciendo el Alfa enfrente de él.

Con delicadeza se puso de pie, tomando aquel paquete que el pelinegro tendía hacia él — acepto tu ofrenda como parte de tu cortejo Fushiguro — la suavidad con la cual dijo aquellas palabras, le hicieron sentir a Fushiguro que estaba soñando y que Yūji era el bello ángel que aparecía en sus sueños.

O posiblemente yacía muerto y aquel era el paraíso porque no podía creer que Yūji lo hubiera aceptado.

—¿Estoy muerto? — susurro para sí mismo para después pasar sus manos por su cuerpo, como verificando que estuviera bien.

—No lo estás — Yūji, después de aquellas palabras le dio un beso en la mejilla, bien si antes no lo mató la aceptación del Omega, ahora estaba seguro que ese beso si lo haría. Quién le diría a Fushiguro que su intento de cortejo a base de ofrendas iba a funcionar para poder enamorar a ese Omega que tanto lo había enamorado a él sin hacer ningún esfuerzo. Debería de agradecerle a Kugisaki por su consejo e ideas, ahora disfrutaría lo más que podía a su Omega.



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¡Omegacember! | 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora