16 | Ronroneo Omega | GoYuu

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Ronroneo Omega (Deseo + Sensorial): A diferencia del Alfa, el ronroneo de un Omega es cálido y tenue

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Ronroneo Omega (Deseo + Sensorial): A diferencia del Alfa, el ronroneo de un Omega es cálido y tenue. Sumamente atrayente, como un cantante con voz espectacular.

Yūji ronronea para llamar a un solo Alfa y poder pasar su calor con su destinado. Sin embargo, ese Alfa albino se niega a pasar con él su celo, por lo que no le queda de otra que llamar a otro Alfa.

 Sin embargo, ese Alfa albino se niega a pasar con él su celo, por lo que no le queda de otra que llamar a otro Alfa

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Oh sabía que no debía de caer en la tentación, pero el escucharlo ronronear pidiendo por su atención lo estaba volviendo loco, rogando por qué lo ayudara a pasar su calor, deseaba hacerlo, quería hacerlo.

Pero, había algo que lo detenía y el motivo principal era que aquel Omega que lo llamaba a través de ronroneos era su estudiante, es más, que es lo que él hacía cerca de la habitación de Omega, debería de irse ahora misma para evitar caer, pero estaba escuchando sus jadeos, sus susurros, sus ronroneos rogando por un poco de atención.

—No debo hacerlo — susurro nuevamente, evitando dar otro par de pasos, aquellos que aún lo separaban de la habitación del Omega.

—~Alfa ~ — escuchaba los susurros del Omega, aquellos que pedían por él, que rogaban por su atención.

—No puedo Yūji, eres mi estudiante — hablo lo suficientemente fuerte para que él Omega pudiera escucharlo, necesitaba irse de ese lugar ahora mismo, no podía caer ante aquella hermosa tentación, no podía caer ante el exquisito aroma que salía de aquella habitación, el aroma que le llamaba a compartir el celo con ese Omega.

Retrocedió un par de pasos para alejarse de la habitación que lo separaba de su adorado Yūji, aún era un estudiante y no podía hacerlo suyo, debía de esperar.

Del otro lado de la habitación, el Omega se retorcía en su cama por aquel calor que lo embargaba completamente, su piel estaba ardiendo a más no poder, de su entrada salía aquel líquido viscoso, su aroma salía de su cuerpo cada vez más rápido, llamando a un Alfa en específico, pero este no llegaba, lo quería, quería que Gojō-san pasará su celo con él, lo deseaba.

Del otro lado de la habitación, el Omega se retorcía en su cama por aquel calor que lo embargaba completamente, su piel estaba ardiendo a más no poder, de su entrada salía aquel líquido viscoso, su aroma salía de su cuerpo cada vez más rápido, lla...

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Desde que lo conoció supo que aquel Alfa era su destino, estaba completamente seguro, pero aquel Alfa parecía que no quería aceptarlo por completo, quería a Gojō y lo quería ahora, era por aquello que lo llamaba a mediante su ronroneo, sabía que el Alfa era vulnerable a aquello, pero parecía que no lo había logrado, no llegaba y sentía que moriría del dolor.

No podía irse — Gojō-san no debería de irse — se susurró una y otra vez, porque no quería pasar su celo con otra persona más que con aquel Alfa albino que sabía que estaba afuera de su habitación pero no quería entrar.

Sabía que no debía de decir aquellas palabras, pero no tenía opción. Haría lo que fuera necesario para tener a Gojō-san a su lado, en ese momento.

—~Fushiguro~ — llamó a ronroneos, necesitaba a un Alfa y lo tendría ahora, no importaba que.

Dejo salir más su aroma para poder atraer al Alfa que ahora estaba llamando, necesitaba calmar su celo, los supresores e inhibidores ya no le funcionaban, la única opción que le quedaba era pasar su celo con un Alfa o su última opción era quedarse encerrado en aquella habitación y sufrir su calor él solo. 

Afuera Gojō no soporta más aquello y menos cuando escuchó que el peli-rosa llamaba a otro Alfa, no podía permitir aquello, mandando al carajo todo abrió la puerta de la habitación del Omega para poder entrar a la habitación, al ingresar al cuarto el golpe de las feromonas del Omega llegó a él.

—Yūji — susurro el Alfa tratando de estar un poco calmado, aunque en esa situación no podía y menos cuando el Omega se encontraba en celo.

—~Alfa ~ — volvió a llamar el Omega mediante ronroneos, invitándolo a entrar a la cama con él.
Satoru no aguanto más y comenzó a caminar hasta donde empecé encontraba el Omega.

—Mi lindo Omega — susurro en cuento estuvo enfrente del Omega, verlo envuelto en aquellas sabanas era lo más erótico que podía ver. Ya no pensaba con claridad, no después de embriagarse del aroma del Omega.

Le gustaba, le gustaba más que cualquier otra cosa, le gustaba su aroma, le gustaba como era, le gustaba todo de ese lindo Omega, su Omega, porque aunque no quería admitirlo, era su Omega, su destino.

—~Alfa ~ — volvió a ronronear el Omega, mientras alzaba una de sus manos para poder tomar la mano del Alfa.

—Yūji,  sabes que esto no está bien — una de sus manos acariciaba la mejilla del menor, quien estaba más que satisfecho con aquel tenue y delicado toque.

—Te necesito — la forma en la cual decía aquellas palabras lo invitaron a fundirse con aquel Omega y no perdió el tiempo, dejo que aquellos ronroneos de su Omega lo llevarán al límite y entregarse a los deseos de su destino.

No necesitaron más palabras, no necesitaron decir absolutamente nada para fundirse en el deseo carnal que los incitó a pecar.

Los jadeos y las embestidas se podían escuchar en aquella habitación. El albino embestía de forma constante a su Omega, brindándole el placer que deseaba su pequeño peli-rosa, el vaivén de caderas siempre daba ese punto el cual hacía enloquecer al Omega.

—¿Te gusta Yūji? — el Omega no podía decir palabra alguna, solamente asentía a cada palabra que su Alfa decía.

Un ronroneo constante le hizo saber al Alfa que su Omega estaba satisfecho con aquel acto consumado, oh quien le hubiera dicho a Satoru que su Omega sería la persona más erótica del mundo, porque en ese momento estaba amando aquel acto, amado aquel momento, amando a su Omega.

No podía dejar a su Omega nunca más, por lo que desde ese día, dejó en claro que nadie más podría tener al peli-rosa de esa forma, nadie podría ver lo erótico que era durante Omega, nadie más que él.

No podía dejar a su Omega nunca más, por lo que desde ese día, dejó en claro que nadie más podría tener al peli-rosa de esa forma, nadie podría ver lo erótico que era durante Omega, nadie más que él

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¡Omegacember! | 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora