BECKY
Tengo que seguir caminando.
Simplemente mantengo mi cabeza hacia abajo y camino a mi auto. Ir a casa. Lo único que me muero por hacer ya que el entrenador me terminó dando el discurso semanal después de la práctica.
Eso sería lo más inteligente para hacer, pero seamos sinceros; nunca hago lo más inteligente. Hago lo único que es seguro que me hará terminar en más mierda una vez que mi hermano Richie se entere de ello.
—Oye Becky, ¿quieres entrar? —grita Kath, señalando hacia su último proyecto.
—Nah, es toda tuya —digo, forzando una risa para que piense que estoy bien con la idea y no molesto por lo que están haciendo.
Sin embargo, estoy molesta por ello. Una cosa es meterse con algunas nerds caminando por los pasillos con su nariz en un libro, ¿pero Freen? Todo el mundo sabe que la chica tiene problemas, ¿por qué hacer este estúpido juego con ella?
—Te lo pierdes, hermana —grita en respuesta y me pongo a caminar de nuevo, más decidida que nunca a solo llegar a mi auto y largarme de aquí.
Es un juego para nosotras. Tomamos a alguien cada dos meses y lo torturamos en un montón de diferentes maneras hasta que se rompen bajo la presión. Digo nosotras porque he sido parte de ello antes, más de un par de veces en realidad. No es que crea que sea correcto, pero es mejor que cuando se invierten los papeles y te conviertes en el que ellos atacan.
No quiero ser parte de esto, sin embargo, y no porque cuando Richie lo descubra va a patear mi culo. La verdad es que iba a hacer eso de todos modos. Esta vez no lo hago a causa de a quién se lo están haciendo.
La chica de último año de cabello rubio y ojos marrones que ha vivido en la calle del frente de mi casa desde que estábamos en pañales. Antes de que mi mamá nos dejara, solíamos pasar mucho tiempo en su casa. Ella lo llamaba la hora del té, pero juro por la forma en que solía actuar, estoy bastante seguro de que había algo más que té en esas tazas.
Freen siempre era súper callada y recuerdo que pensé que era un poco espeluznante, la forma en que casi miraba a través de ti, sin embargo, nunca dijo una palabra. Cuando se las arreglaba para interactuar, siempre era de una manera muy extraña, como si no fuera normal. Mamá se fue, dejándome con Richie, y yo estaba feliz por eso. Eso significaba que no me vería obligada a pasar más tiempo con el bicho raro de al lado.
Sí, lo sé, soy una idiota, pero eso no es exactamente una novedad.
No voy a estar en esto porque a pesar de la forma en que solía mirarla y quizá todavía lo hago, sé las cosas ahora. Richie terminó explicándome hace unos años cuando tuvo que recogerla de la escuela porque tuvo un accidente y la escuela no pudo contactar a su madre. Atacarla no tenía ningún atractivo para mí.
Es cuando la oigo gritar que me detengo. No es el grito de alguien siendo intimidado como hemos hecho antes. Esto es diferente. Es casi como si no fuera humano en absoluto, sino el grito de un pájaro herido.
Sigue caminando. No mires hacia atrás. Sigue caminando. No lo hago. En lugar de ello, me doy la vuelta y asimilo lo que está pasando a mí alrededor.
Su mochila está en el suelo destrozada, a juzgar por los documentos y libros desparramados por todo el lugar. Su cabello, que anteriormente estaba en coleta, está ahora suelto a la mitad, lo que solo hace que el nudo en mi estómago se apriete.
Es difícil saber a partir de aquí, pero parece que tiene lágrimas en sus ojos, lo que significa que Kath y los demás están recibiendo exactamente lo que quieren. Estoy a punto de dar la vuelta de nuevo, pero antes de que pueda, Kath hace que una de las chicas la agarre por sus brazos y sus ojos se encuentran con los míos.

ESTÁS LEYENDO
COUNT ON ME
Roman d'amourHay personas que te dicen que la escuela secundaria es el mejor momento de tu vida. Mintieron. La escuela secundaria es horrible cuando eres una persona como yo, una autista.