Kim Taehyung es el rey de la región Oestte, un alfa básicamente perfecto.
Su único defecto es, Jeon Jungkook su caballero real.
"Un Alfa Jamás debe sentirse atraído por otro Alfa..."
Una regla que Taehyung y Jungkook rompieron.
Pero cuando fueron c...
Jungkook posaba su mano sobre la mejilla de Taehyung para mantener sus labios juntos. Más que un beso, fue una unión de labios.
Paso un minuto hasta que la realidad lo golpeo. Como un balde de agua fría.
Él estaba besando a un alfa... peor. Él estaba besando a su mejor amigo. Peor, él estaba besando al rey...
Jungkook quito la mano de su mejilla y alejo los labios del alfa. Cuando abrió los ojos se encontró con Taehyung en estado de shock.
Tenía los ojos muy abiertos, y una expresión de piedra en el rostro, sin mencionar que su piel había perdido cualquier tipo de color.
Jungkook trago saliva sintiéndose muy nervioso. -Y-yo... yo -trató de explicar algo, pero las palabras quedaron atrapadas en su garganta.
—¡Su majestad! —se escuchó a una persona hablar desde la entrada del balcón.
Los alfas inmediatamente se alejaron unos cuantos metros. Mirando en dirección a la voz al mismo tiempo.
—Mi señor —volvió a llamar el muchacho. —Ya es hora de su discurso.
El alfa todavía con una expresión perdida en su rostro, asintió con la cabeza. Miro de reojo a Jungkook antes de dar pasos largos y rápidos al salón.
Las manos le temblaban y le traspiraba el cuello. Miro a toda la gente a su alrededor y como le sonreían al pasar. Mientras él literalmente estaba al borde de un ataque de pánico.
Todo el mundo estaba esperando que diera un discurso sobre el país. Pero ¿Cómo demonios iba hacer eso, si ni siquiera sabía bien su nombre en ese momento?
Se podría asegurar que fue la peor noche en la vida de Kim Taehyung.
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Después de lo que paso, Jungkook huyo de ese baile. No podía, ni quería seguir ahí.
Sentía que iba a morir, su corazón estaba prácticamente saltando de su pecho. Podía sentir los latidos en sus oídos.
Volvió a su cuarto lo más rápido que pudo.
Se quitó el saco y lo tiro en alguna parte de la habitación. Se sentó en el borde de la cama y puso una de sus manos sobre el pecho. Le estaba costando muchísimo respirar. Nunca antes le había faltado tanto el aire.
Podía sentir el aroma a ron y chocolate amargo en su camisa, y eso ponía a su lobo muy inquieto, le gritaba algo que no podía entender. O mejor dicho, no quería entender.
Se podría asegurar que fue la peor noche en la vida de Jeon Jungkook.
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