El Alfa Del Rey ||Taekook||

44 - El rescate

El día del rescate.

—¡Tenemos que irnos de inmediato! —.Grito el alfa al borde de un ataque de nervios. —¡La guardia del rey está aquí! ¡Si nos encuentran nos mataran!

—¡No podemos irnos! —expreso muy frustrado. —¡Estamos tan cerca!

—¡Rui! —El alfa lo tomo de los brazos tratando de que entre en razón. —¡Tenemos que irnos! —le repitió en un tono más firme. —Sí Jungkook nos encuentra nos despedazará. —Apretó sus brazos con más fuerza. —Cuando se entere de lo que le hicimos a Taehyung, no tendrá ningún tipo de compasión con nosotros.

El omega se quedó en silencio, abarajando todas sus posibilidades. Estaba muy cerca de lograr su objetivo, dejar todo y huir no era una opción para él. Había trabajado en este plan por meses, no era justo.

—¡Rui! —lo llamo el alfa, trayéndolo otra vez a la realidad. —¡Vamos! —.Su paciencia estaba al límite. —Ya encontraremos otra manera... ahora tenemos que salir de aquí.

—No.

Había una última posibilidad, no todo estaba perdido.

—La poción que le dimos a Taehyung es muy eficiente, si las cosas salen como nosotros queremos él no recordara nada. —Explicó tratando de conservar la calma, mientras segundos vitales iban pasando. —Me tomare una solución de sueño y tu vas a golpearme.

—¡¿Qué?! —grito exaltado. —¡Estás loco!

—¡Escúchame! —Rui grito más fuerte callando las preguntas sin sentido de su hermano. Tomo sus mejillas y lo miro fijamente. —No sentiré nada —aseguro. — Déjame en una mazmorra, cuando los caballeros me encuentren seguramente me llevaran al reino de Taehyung. Estando allí buscare la manera de matarlo.

El alfa podía ver la convicción en sus ojos. Estaba decidido. No lo haría cambiar de opinión, así era Rui, siempre había sido así.

Cuándo su hermano se proponía algo, iba hasta las últimas consecuencias para conseguirlo. Era un omega calculador y manipulador que siempre sabía como actuar para conseguir lo que quería.

No por nada era una de las personas más allegadas al rey del Surr.
Supo cómo ganarse su lugar en la corte desde el primer día. Su aroma exquisito y su labia lo hicieron escalar muy rápido.

—¿Y si las cosas salen mal? —pregunto imaginado el peor escenario. —...Sí el rey te recuerda cuando despierte. Van a matarte de la peor manera posible.

—Correré el riesgo—aseguro sin miedo. —El que no arriesga no gana hermano... Además dudo mucho que eso ocurra, la poción que le dimos es muy fuerte —le recordó. —Quiza tuvimos suerte y hasta lo matamos —comento con orgullo, en medio de una dulce sonrisa.
Imaginar esa posibilidad lo llenaba de gozo.

—No lo creo, es un alfa muy fuerte. —Su hermano rompió su burbuja de felicidad con ese comentario.

Rui camino hasta una vitrina que contenía muchas sustancias de colores en frascos. Tomo una de color azul y la miro fijamente, depositando todas sus esperanzas en ese pequeño frasco.

—Quema todo esto antes de irte, y mantente cerca del castillo —ordenó. —Cuándo despierte mandare un cuervo a buscarte. —Roció su cuello con un perfume que neutralizaba su olor verdadero y sin pensarlo dos veces tomo toda la sustancia del pequeño frasco.

El alfa asintió viendo el proceso, sin podía hacer más que seguir las órdenes de su hermano.

—No dejes que te atrapen Zino —le advirtió antes de que la poción hiciera efecto. —Juntos empezamos esto y juntos lo terminaremos.