Parte 12

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Dormir con ese aroma deslizándose por su nariz se había vuelto la actividad favorita del nervio olfativo, llegando a ser asociado a un somnífero perfecto, lo cítrico de su pelo junto al dulce de su piel era la máxima combinación para Lisa, poder abrazar el cuerpo de esa morena frente a ella era un privilegio del que nadie podía gozar, se llegaba a sentir única en ese exquisito momento en el que sus brazos la envolvían por completo, entregando su calor a esa mujer de manos frías, pero que en seguida se calentaban cuando hacían contacto con su cuerpo.

Que mezcla tan armónica. 

No importaba cuanto cerrara los ojos porque aún la veía, era el único momento en el que podía besarla, hacerse una idea fugaz de como serían esos labios junto a los suyos, y quizás, imaginar como era su cuerpo desnudo, todo en el corto tiempo que le dejaba el sueño, porque por desgracia despertaba, claro que para mayor suerte ahí estaba frente a ella, en sus brazos, en la vida real y no en un sueño, porque Jennie era real, tan real que su piel se erizaba cuando la tocaba, como en este momento en el que acaricia su cara con suavidad.

Observa como sus párpados empiezan a moverse con pereza, puede ver como las ojeras que tenía desde hace días han ido desapareciendo, al igual que el color tan blanco de piel, ahora parecía más saludable. Sus labios se movieron, al igual que su cuerpo, apretando las piernas, los dedos de los pies y las manos. Estaba despertando poco a poco.

- Jen... - Murmuraba Lisa en voz baja, la voz más dulce que podía llegar a pronunciar. - Ya es de día bebé... - Se hizo un silencio atronador.

Lisa se escuchó a si misma pronunciando esa palabra hacía la mujer frente a ella, bebé, una palabra de cariño que tanto le había escuchado decir a Jisoo y a Rosé. Ni siquiera lo pensó, solo salió de su boca como si el destino quisiera que lo dijera, sin saber que para entonces Jennie había despertado aunque no abrió los ojos, pues se quedó disfrutando de esos brazos y ese apelativo cariño 'bebé', sonó tan bonito que solo quería repetirlo en su mente una y otra vez.

Se hizo el silencio hasta que Jennie cambió la respiración, abrió los ojos y bostezo como si no hubiera escuchado nada, en ese momento ya no importaba pronunciar esa palabra, de hecho, quería decirlo de nuevo al ver esos ojos felinos mirándola con tranquilidad.

- Buen día. - Murmuró Lisa que seguía acariciando su mejilla.

- Buen día. - Devolvió Jennie mientras se sumergía en ese océano color avellana.

- ¿Dormiste bien?

- Mhm.

- ¿Quieres desayunar? Porque yo tengo muchísima hambre. - Jennie soltó una risita. - ¿Qué? - Preguntó sonriente.

- Siempre tienes mucha hambre.

- Sí, de hecho como cómo luchador de sumo. - Jennie soltó una carcajada tan sonora que Lisa se sorprendió y comenzó a reír.

- No sé si yo podría comer tanto.

- No hace falta que comas tanto como yo, pero sí quiero que te alimentes debidamente. - Pasó sus dedos por el mechón caído de Jennie y lo puso detrás de su oreja, provocando un escalofrío en ella.

- ¿Habrá tostadas?

- ¿De aguacate?

- Ajá.

- Por supuesto, de hecho estoy pensando en cultivar. - Jennie abrió los ojos incrédula. - Si te gusta tanto saldrá más barato un árbol. - Ambas comenzaron a reír.

- Lo siento. - Agachó la cabeza con vergüenza.

- No te disculpes, me alegra que te gusten todas las cosas nuevas que estás probando.

PROMESAS DE PAPEL | JENLISA [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora