PROMESAS DE PAPEL | JENLISA [G!P]

Parte 19

Hace 20 años...

- ¿Mamá? - Una pequeña Lisa de ojos enormes giraba el pomo para abrir la puerta, encontrándose con una habitación completamente oscura. Frunció el ceño extrañada ya que a esta hora su madre ya estaba despierta y había hecho el desayuno junto a Soomin. - Mami ya es de día. - Dijo con algo de temblor en la voz mientras se acercaba a la cama.

- Li... Lisa... ¿Qué haces aquí cariño? - La mujer hablaba con debilidad, arrastrando las palabras y tapándose con la manta para evitar que su hija viera tal imagen.

- Vine a buscarte porque no venías. - Respondió tomando más cercanía.

- Cielo, mami está mala, necesito quedarme en la cama. - Dijo la mujer en un tono cálido.

- ¿En serio? Vaya... - Una entristecida Lisa apareció, claro que la alegre y alocada pequeña no tardó en aparecer de nuevo. - ¡Entonces te prepararé un gran desayuno mamá! ¡Ya verás! ¡Te dará un montón de fuerza!

La mujer dejó caer una lágrima de la cual Lisa ni se percató, estaba demasiado distraída explicando todo lo que llevaría el desayuno.

"Aún es pronto para que pierdas esa inocencia, mi pequeña..." - Pensó la mujer mientras tomaba aire profundo.

- Vale cielo, ve a prepararlo y Soomin lo... - Tragó pesado al ver la figura a la espalda de Lisa. - Lo traerá y yo... Yo desayunaré aquí... ¿Bien?

- ¡Sí mami! ¡Y yo contigo! - Exclamó la pequeña con decisión, una que cayó en cuanto una voz grave apareció tras ella.

- Lalisa. - Sus ojos se abrieron de par en par y un escalofrío recorrió su cuerpo. - ¿Qué haces aquí?

- He... He venido a ver a mamá... Ella... Está mala... - Respondió agachando la cabeza, pero girando sobre si misma hacia su padre.

- Ya veo. - El hombre miró a la mujer postrada en la cama, sonrió de lado y con mucha frialdad pronunció. - Si sigue con esa actitud tendré que darle medicina, ¿Verdad Lisa? - La pequeña asintió feliz de que su padre quisiera cuidarla, ignorando completamente las intenciones reales de su figura paterna.

- Louis. - Pronunció la mujer con lágrimas en los ojos. - Por favor... Te lo suplico... Es solo una niña... - Lisa miraba a ambos lados sin entender una palabra de lo que decían.

Miró al hombre que portaba esos ojos fríos y media sonrisa victoriosa. Inspiraba muchas cosas en Lisa, pero entre ellas no estaba la confianza.

- Verás Lisa... - Habló el hombre tomando de la mano a la pequeña mientras la arrastraba a la ventana. - Tu madre tuvo un mal comportamiento. - Tomó la correa de la persiana y tiró de ella hasta que la luz iluminó el lugar. - Yo no quería hacerlo, pero... Esto es lo que se hace cuando alguien se porta mal Lisa... Recuerda esto porque... - La pequeña dejó de escuchar en el momento en el que su madre fue descubierta.

Ambos ojos morados e infladamos, a duras penas podía abrir el izquierdo. El labio partido, aún brotando sangre. Los pómulos, mandíbula y barbilla estaban morados. Bajó la mirada hasta llegar al cuello de su madre donde tenía las marcas de una mano, la mano que intentó ahorcar a su mamá.

- ¿Ma... Mami? - Los ojos de Lisa se fueron humedeciendo hasta ser un mar de lágrimas. - Mami... ¿Qué te hicieron? - Intentó acercarse, pero una gran mano la detuvo.

- ¡¿Qué mierda crees que haces Lalisa?! - Por primera vez vio como esa mirada fría, penetrante y amenazadora se clavaba en ella.

- Yo... Mamá está...

- ¡No escuchaste nada maldita sea! - Maldijo el hombre ya histérico. - ¡Escúchame bien! - Gritó tomando a su hija por los brazos. - Tu madre tuvo un mal comportamiento, ¡Uno muy malo! ¡¿Oíste?! - Lisa asintió con miedo. - ¡Esto es lo que hacemos los Manoban con quienes son malos con nosotros! - Lisa no dejaba de ver a su padre, parecía otra persona, siempre inspiró respeto, en ocasiones cierto miedo, pero jamás la puso una mano encima o la levantó la voz de esta manera. Fue un hombre frío, pero no agresivo. - ¿Tú quieres que sean malos con papá?