Parte 18

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Al llegar a la mansión todo parecía normal en el exterior, mantenían una buena conversación y  había un ambiente cálido en el coche, al menos para las dos pasajeras traseras, sin embargo no era el caso de Jisoo y Rosé, ambas se miraban de reojo durante todo el viaje, compartiendo los mismos pensamientos que aumentaban a medida que se acercaban a la mansión.

La pregunta era la misma: ¿Qué iban a hacer?

Una pregunta sin respuesta, las posibilidades eran infinitas, ver a Mino con Leah fue un choque de realidad, una que ha sembrado Louis, podrían pensar que haría cualquier cosa para llevar a Lisa a su terrero pero incluir a Leah en ello era otro nivel de insensatez, de locura.

Para esas dos mujeres ver a Mino tomar tanta cercanía con la pequeña, tocar su cara con esas asquerosas manos, al igual que acariciaba sus brazos mientras podían ver que Leah se mantenía estática con un gesto que solo transmitía horror.

Jisoo apretó el volante con cada uno de esos pensamientos, cómo lo estaría pasando la pequeña, lo incómoda y lo asqueada. Intentaría controlarse como una buena soldado, pero ninguna de sus anteriores misiones incluía un familiar, por que aunque no compartían sangre Lisa era su hermana de igual forma que lo eran esos tres enanos.

Mataría a cualquiera que se acercara a su pequeña hermana, ella podría hacerlo en cualquier situación agresiva que pudiera provocar para que Mino tratara de agredirla primero, tenía inmunidad diplomática gracias a su rango.

Tanto ella como el resto de los soldados.

Pero Lisa no y es a quién debía sostener, tendría que pararla o al menos intentarlo pese a lo que sabía que ocurriría nada más cruzaran esa puerta y escuchara la voz de Mino.

- Llegamos. - Habló Jisoo en un tono neutro cuando cruzaron la puerta principal y estacionaron en la entrada.

Fueron saliendo del coche, tomando las mochilas y sacando a Love del maletero.

Jisoo, Taehyun, Hwasa, Moonbyul y Yoongi se dedicaban miradas mientras observaban con disimulo el exterior de la casa.

Todas las persianas estaban bajadas, al menos las que estaban a la vista.

La tailandesa tomó a Jennie de la mano, dejando un beso en el dorso de esta, sonriéndole al final y deseando entrar para poder compartir con su madre y Soomin, les contarían como lo pasaron para después subir a la habitación y poder pasar un rato a solas.

Puede que vieran otra película, o si había suerte y Jennie estaba lanzada una dosis de sexo no estaría nada mal.

Borró esa sucia idea de su mente, debía ser paciente para llegar a lo que tanto deseaba.

Subió las escaleras del patio con el resto siguiéndole el paso, se detuvo un segundo al ver la puerta cerrada, en ese momento prestó más atención a todo el exterior.

"¿Qué está pasando?" - Pensó.

No había mirado nada por estar atenta a Jennie, giró la cabeza para mirar el aparcamiento, los coches estaban allí. Su padre estaba allí. Se decidió a entrar temiendo lo peor como tantas veces atrás había vivido.

Su boca se entreabrió, la mochila se deslizó ante la falta de fuerza en sus manos, esa escena no podía ser posible. Las persianas bajadas sin dejar que una gota de sol entrara, el ambiente era lúgubre y tétrico, Soomin en la entrada con la mirada más que preocupada, los ojos hinchados, parecía haber estado llorando.

No había duda, había ocurrido, esta escena la vio tantas veces cuando era una niña que había perdido la cuenta.

Podía escuchar las voces provenientes de la cocina en un tono bajo, o más bien, una voz en particular que podría distinguir entre mil. Su hermana estaba con alguien en la cocina, quizás era su madre, no podía dejar que eso pasara, que su hermanita viera a su madre toda golpeada, ver esa imagen... Eso no se borra nunca, se queda en tu mente hasta el punto de perturbarte.

PROMESAS DE PAPEL | JENLISA [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora