PROMESAS DE PAPEL | JENLISA [G!P]

Parte 33 [2/3]

La noche de bodas llegó para Lisa y Jennie, una pareja que había esperado este momento con ansias y emoción. Después de una celebración llena de amor y alegría, se encontraron finalmente solos en la suite nupcial, rodeados por la suave luz de las velas y el aroma embriagador de las rosas que decoraban la habitación.

Lisa tomó la mano de Jennie con ternura, mirándola a los ojos con amor y complicidad. Ella sonrió, sintiéndose completamente feliz y segura en sus brazos. Juntas, compartieron risas nerviosas y miradas cómplices, sabiendo que estaban a punto de embarcarse en una nueva etapa de su vida juntos.

- Quiero estar a tu lado por toda la eternidad. - Murmuró Lisa con sus frentes unidas.

- Lo estaremos, ahora podemos estarlo amor... - Susurró Jennie con una lágrima de felicidad vagando por su mejilla, claro que Lisa rápidamente la limpió.

Con cada gesto y cada palabra, expresaron su amor y su deseo mutuo de estar juntas para siempre. Se abrazaron con pasión, sintiendo la conexión profunda que existía entre ellas, y se prometieron amor eterno en sus miradas y sus susurros.

Mientras bailaban bajo la luz de la luna que se reflejaba en la ventana, Jennie comenzó a deslizar la americana de Lisa por sus hombros, llegando a los brazos para finalmente caer al suelo, los besos humedos estaban presentes, así como las caricias que recorrían sus cuerpos con devoción y lujuria. Mordió el labio inferior de la castaña con deseo, necesitaba ser suya.

La coreana comenzó a desabrochar la camisa de su amada, descubriendo ese torso definido que no dudó en palpar. Otro beso fue dejado en sus labios antes de botar la camisa a otro lado donde no estorbara.

En un movimiento rápido Lisa giró a Jennie, quedando la espalda a su merced. Dejó besos por su cuello, hasta su hombro, mientras lentamente iba desabrochando su vestido, descubriendo la piel que delineó con sus dedos, besando la misma.

El vestido blanco cayó al suelo, regalándole la mejor vista que un ser humano podría tener frente a el. El cuerpo de Jennie a la vista, prácticamente desnudo, solo cubierto por una hermosa lencería blanca de encaje, que ocultaba sus partes íntimas.

Lisa la miró por un momento, embobada por la perfecta anatomía de su mujer, la luna alumbrando esa belleza frente a ella, sus ojos de pupilas oscurecidas tenían un tenue brillo propio del asombro y el anhelo por poseer a su mujer.

Pocas cosas se escuchaban en esa habitación, tan solo el sonido de sus respiraciones que se aceleraban con cada caricia. Lisa tomó la cadera de Jennie, quién aún estaba de espalda, la acercó a ella fuertemente, apretando la erección ya visible contra su trasero, esto hizo jadear a ambas.

Comenzó un recorrido de besos desde su hombro hasta el cuello, mientras sus manos vagaban por su cuerpo sin permiso, acariciando su vientre, delieando la figura de la mujer sexy entre sus brazos. Llegó hasta sus pechos, los cuales no dudo en acariciar provocando que la cabeza la de coreana se hiciera hacia atrás, colocándose en el hombro de la tailandesa, esto solo le daba más acceso a su boca.

Comenzó a morder esta zona, a lamerla y besarla en lo que se deshacía de aquel innecesario sosten. Jennie llevó su mano a la nuca de Lisa, presionando para que aquellos actos fueran más rudos, de igual forma tomó la otra mano, posicionándola directamente en el seno descubierto.

Se mordió el labio inferior por el acto, disfrutando cada tacto de su mujer. Como jugaba con sus pezones, la apretaba con fuerza, causando una mezcla de dolor y placer que la encantaba, solo porque es ella, Lisa, Lalisa Manoban, la mujer que tanto amaba y deseaba.

La dejaría tocarla como quisiera porque si se trataba de ella, la dejaría hacer cualquier cosa, porque sabía que jamás la haría daño.

Lisa bajó su mano libre con total lentitud, bajando por ese abdomen hasta llegar a su entrepierna cubierta por la lencería sexy. Acarició su centro, jugando, solo quería excitarla más.