Parte 27

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En la habitación oscura, dos respiraciones calmadas eran lo único que resonaba, enredadas entre las sábanas que fueron testigos de lo que ocurrió esa noche, ignorando el exterior, sumidas en su propio mundo, solo existían ellas, y cuando Lisa abrió los ojos una sonrisa se formó en su rostro.

"Es un ángel." - Pensó dejando un beso en su frente.

Jennie se removió en la cama, arrugando la nariz de forma adorable lo cual hizo reír a Lisa.

- Buenos días hermosa. - Dijo la tailandesa en voz calmada.

- Buenos días. - La morena abrió los ojos, topándose con los avellana que la miraban con un brillo especial.

La tailandesa se aproximó inmediatamente a sus labios, capturando un beso dulce lleno de sentimientos.

Durante toda su vida metió a tantas mujeres a la cama que había perdido la cuenta, todas aportaban un placer distinto, pero aún así era vacío, por lo que al día siguiente otra mujer se acostaba junto a ella.

Era como buscar la pieza que te falta para completar el puzzle.

Pero ahora ahí estaba frente a sus ojos, la mujer con la que encaja a la perfección, la que hizo sentir no mariposas, dragones en su interior, propagando el fuego a todas sus extremidades. Anoche supo que la complacería toda la vida.

- Tengo que ir a trabajar amor. - Murmuró Lisa acariciando esa piel tan tersa, desde la frente hasta la mejilla terminando en la barbilla.

- Mm... - Jennie se quejaba solo con un sonido que hizo sonreír a la castaña.

- Ya sé... Yo tampoco quiero ir, pero debo hacerlo. - Dejo un beso en su frente. - Iré a ducharme. - Cuando estaba a punto de levantarse Jennie habló.

- Y... ¿Vas a ducharte... Sola? - La tailandesa quedó estática, incluso se podría decir que los nervios afloraban en su piel.

- Yo... No lo sé... ¿Quieres acompañarme? - Pese al leve tartamudeo al inicio la confianza en ella volvió.

- Mhm... - Jennie pasó los dedos por el mentón definido de la tailandesa, haciendo que su piel se erizara.

Una sonrisa se esbozó en el rostro de Lisa, y sin pensarlo más tomó a su chica entre sus brazos, elevando cuerpo cual princesa, entre las risas más felices que esa mansión había escuchado jamás.

Abrió la ducha dejando que corriera el agua caliente, se miraron a los ojos antes de desvestirse, Lisa observó la mano de Jennie, poniendo especial atención en su dedo, viendo como brillaba aquel anillo de la misma forma que deslumbraba su corazón producto de la felicidad, y solo podía agradecer a Dios que esa coreana estuviera en su vida.

Tomó su mano y con delicadeza la beso, dejando caricias en esta, dibujando una sonrisa en sus labios para después besar los de la chica.

Pese a la situación no fue un beso lleno de lujuria, la tailandesa queria transmitir todo el amor que sentía por ella, dejándola en claro que no era como otras chicas, que era diferente, suya, con quién estaría para toda la vida.

- Te amo. - Murmuró en sus labios sin dar tiempo a que la otra contestara, pues antes de que lo hiciera el beso se volvió hambriento, apretando la cintura de la joven, hundiendo cada dedo en su piel porque no encontraba forma humana de sentirla aún más.

La única forma sería el momento en el que sus almas llegaran a tocarse.

Jennie envolvió sus brazos alrededor de su cuello, enredando los dedos en su cabello con delicadeza mientras vivía una batalla en aquel beso, luchando por alguna especie de victoria.

PROMESAS DE PAPEL | JENLISA [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora