- Por favor no... Déjame...- Shh... No digas nada pequeña... Solo bésame...
- ¡No! ¡Por favor no! ¡Soco... - Un hombre de complexión grandre metió la lengua en la boca de Jennie sin ninguna piedad antes de poder gritar.
El picor en su pantalón era demasiado fuerte para ese ser ebrio, drogado y ansioso. Como si fuera algo no pudiera controlar, o más bien, no quería. El sabor, el olor a tabaco y podredumbre que dejaba se instalaba en las fosas nasales de la pequeña.
- ¡Te dije que te calles! - Una bofetada giró la cara de la niña de diez años que solo lloraba, pero ahora quedaba en shock, impactada por esa mano en su mejilla, una mano aspera y gruesa más grande que su cara.
- Po...Por favor... - Continuó sollozando sin que nadie la escuchara, nadie acudía en su ayuda, ¿Quién iba a hacerlo? ¿Su madre? ¿Su padre?
Ellos eran la razón de esto, la razón de que ese hombre la estuviera tocando por todas partes, de que no le importara un bledo a nadie una pequeña niña indefensa, porque solo había una cosa relevante para ellos en esta vida, una cosa que pedían a gritos, algo por lo que mataban, follaban o en este caso, vendían a una niña. La heroína.
- ¡Estate quieta zorra! ¡Abre la boca! - Jennie, con lágrimas en los ojos no creía lo que tenía delante... Aquel miembro húmedo, de olor agrio, solo le daba ganas de vomitar y llorar aún más.
Ella continuaba negándose como podía, de hecho para ser una niña de diez años tenía bastante fuerza, sin embargo no más de ese hombre de unos cuarenta años.
Estaba a punto de vivir el peor momento de su vida, el que dejará el peor recuerdo instaurado en su mente, un trauma, una violación, una pesadilla que constantemente se repetiría cada día y... Solo podía gritar.
- ¡¡NOOOOO!! ¡¡BASTAAA!! - El grito fue tan potente que Lisa se despertó de un salto corriendo entre trompicones hacia la cama, aún sin ver nada en la oscuridad de la habitación.
- ¡Jen! Jen... Jennie. Jennie. Jennie. - Habló de forma rápida encendiendo la lámpara de noche, viendo como la coreana tomaba su pelo con las dos manos, queriendo arrancarse el mismo, los ojos abiertos como platos, los ríos de lágrimas corriendo por sus mejillas, desconsolada, respirando con los pulmones al límite. - Háblame por favor... - Lisa veía el rostro desencajado, lleno de terror, no sabía como reaccionar, solo sentía un nudo que presionaba en su garganta impidiendo que pudiera respirar con normalidad.
- Él... Él... Él no paró... Yo... Él siguió... - Lisa no comprendía nada, solo podía escuchar lo que decía Jennie, imaginando que su pesadilla había cruzado el límite. - Era... Era una... Una niña... Yo... - Su voz se ahogaba en el llanto que no cesaba. - Llévatelo... Por favor... So... Socorro... - Un punzamiento pareció atravesar el corazón de Lisa, ¿Cómo iba a sacar un sueño de su mente? Podría sacar a golpes a cualquiera que le hiciera daño, pero esto no sería así de sencillo.
- Jennie... - Murmuró llevando su mano hasta la cara de la coreana, limpiando cada lágrima. - Aquí no hay nadie... Nadie te hará daño...
- No... - Sorbió su nariz. - Vendrá por la noche... Siempre viene por la noche... - Lisa estaba odiando el hecho de que Jennie hablara conjugando esas palabras, esas frases desgarradoras que no sabía como tomar, lo único que quería era ir a ese desconocido y molerlo a golpes con sus propios puños hasta matarlo.
- Jennie... No va a venir nadie... Te lo prometo... - Lisa acunó su cara con cuidado, tratando de que se sintiera protegida.
Por un momento los ojos felinos de la coreana se cruzaron con los avellana de Lisa, manteniéndose unos segundos unidos, suplicando una ayuda silenciosa ya que en su vida, por mucho que gritó, nunca vino nadie, sin embargo ahora había alguien que venía corriendo cuando tenía una de sus recurrentes pesadillas.
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PROMESAS DE PAPEL | JENLISA [G!P]
FanficVivir en la familia más poderosa solo es un dolor de cabeza para Lisa, más aún cuando es obligada a casarse con alguien inocente. ⚠️AVISOS⚠️ 🔺 Contenido sensible 🔺 Lenguaje mal sonante 🔺 Contenido sexual explícito 🔺 Historia G!P [Si no te gusta...