PROMESAS DE PAPEL | JENLISA [G!P]

Parte 17

El sol alumbraba la habitación con una luz tenue, las nubes tapando toda la claridad, hoy no habría buen clima, sin embargo en esa habitación era un día soleado, lleno de felicidad, tranquilidad, paz y... Vergüenza, al menos para Jennie que amanecía sin creer lo ocurrido anoche, observando a su tailandesa postrada en la cama, respirando relajada, la boca entreabierta, y sus facciones resaltando como siempre. ¿Cómo daría los buenos días? ¿Cómo la miraría a la cara después de lo que ocurrió? Lo veía una tarea imposible, se mostró completamente, Lisa pudo ver todo de ella, ni siquiera sabía como pudo hacerlo, claro que eso no significaba que no quisiera repetirlo, pues evidentemente amó cada parte, cada caricia, cada beso, las sensaciones que despertó en su cuerpo, en su mente, aún podía recordar los latidos de su corazón, y un galopante sentimiento que cada vez era mayor.

La quería para ella, más allá de lo que sus padres firmaron, quería obviar esa parte, no quería pensar en cómo llegó hasta aquí, e internamente agradeció por esta suerte, una que jamás tuvo pero ahora no podía estar más agradecida. 

Aún se preguntaba cómo su vida pudo cambiar tanto, cómo se topó con Lisa y no con cualquiera que con seguridad la haría daño, la habría tomado el primer día sin compasión alguna, al fin y al cabo en ese momento ya podrían hacer lo que quisieran con ella porque era de su propiedad, pero ahora pertenecía a Lisa, y sí, puede sonar feo, de hecho lo es, pero ahora quería pertenecerla más allá de ese estúpido papel.

- Buenos días... - Murmuró Lisa en voz ronca pillando desprevenida a Jennie que ahora abría los ojos de par en par.

- Bue-Buenos días. - Contestó nerviosa, mirando a todos lados y queriendo que las sábanas la tragaran, de hecho fue lo que hizo, taparse entera con las sábanas, sintiéndose totalmente ridícula por tal acto, claro que Lisa lo tomó como adorable.

- Hey... - Lisa alzó las sábanas para cubrirse con ellas de igual manera. - ¿Vamos a escondernos aquí? - Jennie la miró incrédula, sabiendo que no importaba lo que hiciera, Lisa trataría de mirarla por ello tomó la decisión de taparse con las manos. - ¿Qué ocurre?

- Nada...

- Jen... - Su mano alcanzó la muñeca de la coreana. - Sé que te da vergüenza... Está bien... No tenemos porqué hablar de ello...

"No tenemos porque hablar de ello... ¿No... No la gustó?" - Las inseguridades de Jennie comenzaron aporreando la puerta de sus pensamientos, como unos perros enjaulados que golpean la jaula hasta salir enfurecidos. 

- Está bien... - Dijo apenada aún sin mirarla.

- Pero... - Llevó la mano a su barbilla para alzarla, quería ver esos ojos felinos. - Lo repetiría... Una... - Se acercó poco a poco hasta dejar un beso en sus labios. - Y otra... - Los besos se volvían cada vez más cercanos. - Y otra... - Jennie envolvió los brazos en el cuello  de Lisa, dejándose llevar una vez más. - Y otra vez...

Los labios de la tailandesa comenzaron a recorrer su cuello, tomándose el tiempo de besarlo, morderlo, dejando que la coreana sintiera su aliento en el oído.

Sabía perfectamente lo que provocaba.

Llevó sus manos a la cintura de la morena, apretando ésta un poco más fuerte, necesitaba sentirla. Ayer fue suya, pero quería más, quería estar dentro de ella, sentirse completamente, ni siquiera sabía si éste sería el momento apropiado, pero algo la decía que no, sin embargo el deseo era demasiado fuerte para detenerse, asi que continuó los movimientos sin saber que vendría después, pero si pasara lo mismo de anoche lo haría encantada.

No olvidaría nunca el delicioso sabor de Jennie.

En un fuerte y rápido movimiento Lisa subió a Jennie encima suya, aún bajo las sábanas, la coreana lejos de asustarse lo recibió con confianza, posando las manos en el pecho de la mujer, sintiendo nuevamente el bulto que aumentaba de tamaño golpeando en su entrepierna, por supuesto sabía lo que era.