Valerie

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Se encontraba tumbada sobre su cama con la mirada puesta en el collar, las luces estaban apagadas pero había dejado las cortinas abiertas para que entrara la luz de la luna y de las farolas de la calle.

Después del extraño encuentro con Padma llegó a casa completamente consternada. Anunció que había llegado pero evadió a su madre, porque no creía ser capaz de ocultar su estado ansioso. Así que soltó la excusa de que quería ducharse de nuevo porque se había puesto a correr en el parque, y se encerró en el baño, para después pasar a encerrarse en el cuarto. No mencionó que había perdido su celular y ni siquiera notó que la casa se encontraba casi en el mismo estado en el que la había abandonado unas horas atrás.

Valerie ya se había hecho a la idea de que esa noche no iba a dormir por más que lo intentara, pero tampoco atinaba a hacer otra cosa que no fuera repetir la conversación con Padma en su cabeza una y otra vez. Había muchas cosas que no entendía aún, pero tampoco había querido quedarse a escuchar más explicaciones, todo era muy difícil de procesar. Al final Padma cedió y la dejó irse, pero le entregó una nota de dónde podía encontrarla, cuando estuviera dispuesta a saber más.

Después de unas largas horas de reflexión, Valerie había llegado a la conclusión de que, aunque resultara bastante extraño, podía aceptar tener poderes y creer en la magia, después de todo no podía negar aquello que había visto con sus propios ojos . Lo que no podía aceptar y le causaba un temor terrible era el hecho de que sus padres quizá no eran sus padres y le habían mentido todos estos años, <<no, eso es una locura>> pensaba una y otra vez, pero el poder que sentía al tocar el medallón le confirmaba que lo de la magia era cierto, y si eso era verdad, ¿Por qué lo demás no lo sería?

Sin tener idea de que hora era, se levantó y prendió la luz de su escritorio, sacó una de sus libretas y se puso a hacer una lista de todo lo que le tenía que preguntar a Padma al día siguiente, cuando fuera a buscarla.

Al final escribió una nota que decía, "preguntar a mamá sobre" pero la tachó y la arrojó al bote de basura antes de terminar de escribirla.

A la mañana siguiente, Valerie se levantó temprano a pesar de no haber dormido mucho, se puso ropa deportiva y buscó en su computadora la dirección que Padma le había dado.El lugar no quedaba muy lejos, imprimió el mapa con las indicaciones de cómo llegar y lo metió en la mochila, junto con la libreta y un viejo celular de emergencia, que apenas servía para hacer alguna llamada. Cuando bajó aún no había nadie en la cocina, pero descubrió que su mamá ya había hecho las compras y finalmente tenían comida. Se preparó un sándwich y lo metió en la mochila junto con un plátano. Después de eso dejó una nota que decía: "Mamá, tenías razón, necesito dejar de obsesionarme con la mudanza, así que salí a andar en bicicleta para pensar en otra cosa, te quiero".

Cinco minutos más tarde, las ruedas de su bicicleta rodaban sobre una carretera al costado del bosque que se interponía entre Valle de Cantera y un pueblo vecino. A esa hora de la mañana, el lugar estaba poco transitado y Valerie comenzaba a temer encontrarse con el par de asesinos que la estaban buscando, pero en muy poco tiempo descubrió el angosto camino que debía seguir de acuerdo al mapa. Era una calle no pavimentada que se adentraba en el bosque y a Valerie le sorprendió que realmente estuviera registrada como calle, con su nombre y todo, se adentró en el caminillo y vio, unos metros más allá, un portón negro que parecía bastante viejo.

Cuando llegó hasta él, divisó una vieja mansión, que en realidad se veía bastante descuidada, casi parecía abandonada y barajó la posibilidad de dar la vuelta y regresar a casa, pero al notar que había un timbre con altavoz, se armó de valor y presionó el botón.

Al principio no pasó nada pero luego una alegre voz dijo:

―¡Hola! ¿A quién busca?

―Hola.. ― titubeó― A Padma, de parte de Valerie.

Crónicas del Zodiaco - La caída de los doce reinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora