Crónicas del Zodiaco - La caída de los doce reinos

Cher

—¡¿Así que tienes novio ahora?!

Cher había escuchado atentamente a Valerie durante media hora y después de enterarse de todo daba saltos de emoción.

—Es increíble, ¡Podemos hacer citas dobles! Felipe y Ben son amigos —continuó sin esperar una respuesta de Valerie.

—Esa es una idea excelente.

Cher sintió como unas manos la tomaban por los hombros, era Felipe, quien venía acompañado de Ben.

El nuevo novio de Valerie tomó asiento junto a ella y le pasó un brazo por los hombros.

—Te traje un cupcake —le dijo poniendo el pastelillo sobre la mesa.

—Gracias que lindo. —Valerie apoyó su cabeza sobre su hombro.

—Ya que mencionaste lo de la doble cita —comentó Felipe—. ¿No quieren ir al cine en la tarde?

Valerie y Cher cruzaron miradas rápidamente.

—No podemos hoy —se excusó Valerie.

—¿Haciendo planes sin nosotros? —bromeó Felipe.

—Valerie me habló sobre la clase de defensa personal a la que va y pensé que sería divertido probar algo nuevo, así que ahora vamos juntas.

—Genial, entonces otro día.

Los cuatro pasaron el receso juntos, hablando de todo un poco.

—La verdad me hubiera gustado salir con Ben esta tarde —se sinceró Valerie cuando ella y Cher iban de caminó a la vieja mansión.

—A mi también me hubiera gustado pasar más tiempo con Felipe —suspiró la otra—, pero ahora somos un par de reinas con responsabilidades.

Aquel día ambas se concentraron en su poder, el de Cher tenía que trabajar en su conexión con el universo y Valerie aún no era capaz de saber dónde se encontraban los cristales que había logrado mandar.

—¿Qué tal si nunca logró encontrarlos? ¿O si están en el lugar incorrecto?

—Estoy bastante seguro de que están en el lugar correcto y también de que los vas a encontrar —la animó Kolin.

Valerie colocó las palmas de sus manos sobre el pasto, al costado de sus piernas y lanzó su cabeza hacía atrás.

—Ah, de acuerdo —cerró los ojos e intentó conectar con la energía de los tres cristales. Pero su mente no estaba cooperando. Ella en verdad quería visualizar el cosmos y despejar su mente de todo lo terrenal, pero cada vez que lo intentaba solo podía visualizar una cosa. Un muchacho alto de cabello castaño claro y una encantadora sonrisa, "Basta" se reprendió a sí misma "el romance no es una prioridad".

—¿Y si mejor intento mandar otros tres? —dijo aún con los ojos cerrados.

—Valerie, puedes callarte un momento, estoy haciendo un gran esfuerzo por conectar con mi energía cósmica —se quejó la otra heredera.

—Val, ¿Por qué no vas por allá e intentas mandar otros tres mientras ayudo a Cher?

Valerie se marchó, sin decir nada.

—¿Qué le ocurre hoy? —preguntó Kolin.

—Seguro que tiene la mente ocupada en su nuevo novio.

—¿Novio? Vaya, esa cita debió de estar muy bien.

Cher se encogió de hombros.

—Es lo que me han contado, ¿Pero no la mandaste lejos para que pudiera concentrarme?