Valerie

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 Habían pasado dos días desde la obra de teatro. Cuando Valerie utilizó su brazalete para informar a Padma de todo lo ocurrido, los zodiacales se movieron rápido. Cher, Vanesa y Valerie regresaron a Valle de Cantera dejando a Monty y a Erin en el orfanato, con la clara instrucción de que por nada del mundo se separaran de la directora, de ese modo se mantendrían seguras. Tres horas más tarde, Padma y un Cáncer acudieron al orfanato y convencieron a la directora de que Monty y Erin habían sido adoptadas y que ya no había que preocuparse por ellas.

Y ahora todas estaban en el salón. Valerie nunca había visto una habitación tan concurrida, además de ellas, estaban Kolin, Adria, Padma y los dos hombres que parecían formar una especie de consejo entre los zodiacales.

—Me dijiste que los poderes de las herederas no afectan a otras herederas —le susurró Valerie a Kolin, que se encontraba sentado a su lado—. ¿Cómo es que Vanesa pudo curar a Erin?

—Bueno ella estaba a punto de morir, su poder ni siquiera había despertado, era demasiado vulnerable, por eso funcionó —explicó.

—Si ese hombre sabe que las herederas están recuperando sus poderes no falta mucho para que el Usurpador se entere.

Valerie y Kolin detuvieron su conversación y pusieron su atención en los demás.

—Debemos actuar rápido.

—Pero, ¿Cómo? —intervinó Vanesa— ¿De verdad podemos volvernos más fuertes antes de que nos encuentren?

—Tendrán que hacerlo. —indicó Padma—. Pero no solo ustedes, también nosotros, tenemos que estar listos para la guerra, necesitamos armas y un plan.

—Las minas de acuario, quieres ir, ¿no es cierto? —adivinó uno de los hombres.

—Si vamos a ser un ejército, necesitamos recursos.

—Perdón que interrumpa, pero ¿Cómo exactamente vamos a llegar hasta allá? —Monty tenía la cabeza apoyada sobre la palma de su mano.

—Bueno, —Padma se acercó a Valerie, llevaba algo en la mano—. Para eso necesitamos a nuestra querida heredera de Sagitario.

Extendió la mano, mostrando un cristal naranja intenso. Valerie lo tomó y lo apretó en su puño. Asintió decidida.

Crónicas del Zodiaco - La caída de los doce reinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora