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— ¿Y no piensas hablar con él de nuevo?

Mikey desvió la mirada por la pregunta, ella pudo deducir que era un “no” al notar su ceño fruncido y el adorable puchero que tenía en labios.

— No estoy seguro...

« Adorable. » pensó con una leve sonrisa.

— Sabes... No creo que sea la mejor para darte un consejo, pero sé cómo se siente pelear con alguien que aprecias.

El menor volvió su mirada a ella, curioso ante lo que le estabas diciendo.

— Suelo pelear con mis hermanos de vez en cuando, son fastidiosos y a veces se olvidan de que soy una chica.— rió levemente.— Por lo que hay veces en las que tenemos ideas en contra y terminamos peleando y diciendo cosas muy hirientes, el problema ahí es que los tres somos demasiado orgullosos como para disculparnos incluso si es por algo estúpido.

— ¿Cómo lo resuelven entonces?

— Siempre sucedía algo cuando discuatimos,— dijo con diversión.— usualmente uno de nosotros termina enfermandose y nos terminamos preocupando, luego de eso podemos arreglarlo.

— Tu relación con ellos es muy unida, ¿verdad?

— Debo aceptar que son unos idiotas la mayor parte del tiempo, pero son unos idiotas que siempre se preocupan por mi incluso si les digo que estoy bien.— soltó un pesado suspiro antes de voltear a verlo con una sonrisa.— El punto de todo esto es que tú y tu amigo se den un tiempo para pensar las cosas, creo que si se encuentran ahora armarian un gran alboroto.

Manjiro sonrió por lo último, él también pensaba lo mismo.

— Tienes razón.— dijo en voz baja, iba a decir algo más de no ser por las repentinas gotas de agua que comenzaron a caer sobre su nariz, mejillas y cabello.

Había empezado a llover y las personas que se encontraban en aquel parque empezaron a correr tratando de evitar la lluvia mientras que otros parecían tener un paraguas con ellos.

— El noticiero del clima dijo que estaría soleado el día de hoy, que estafa.— se quejó la rubia cubriéndose el rostro con sus manos.— Hay que irnos o terminaremos empapados.

Y sin esperar más, la chica tomó al contrario de la muñeca para comenzar a correr a cualquier lugar que los pueda proteger de la lluvia.

El cenizo no pudo evitar que sus mejillas se tornaran ligeramente rojas cuando sintió el agarre de _____, un agarre suave pero firme.

[...]

— ¡Muchas gracias!— agradecieron ambos haciendo una pequeña reverencia.

La lluvia era cada vez más fuerte, debido a ello, muchas otras tiendas comenzaron a cerrar rápidamente sus puertas, impidiendoles a ellos que pudiesen resguardarse. Solo por suerte lograron encontrar una tienda de mascotas aún abierta y él señor quien estaba atendiendo los dejó pasar muy amablemente.

— Descuiden, en un momento les traigo una toallas para que puedan secarse, esperen aquí.— habló con una sonrisa mientras se iba por un pequeño pasillo, suponían que se dirigía a la bodega.

Sí, habían tardado un poco en encontrar ese lugar, por lo que estaban realmente empapados.

— Que desastre.— murmuró _____ mientras trataba de secar su cabello y ropa un poco.

Manjiro a su lado la observaba levemente avergonzado, él no quería que eso pasara, a decir verdad, tenía la leve esperanza de que pudieran tener una salida normal después de contarle lo que sucedió el día de ayer.

Parece que el universo no está de su lado.

— Aquí tengo unas cuantas toallas, son pequeñas pero espero pueda servirles.— dijo el dueño del lugar apareciendo nuevamente, tenía unas tres toalla más o menos pequeñas en sus brazos.

— Nos serán útiles, gracias.— contestó _____ cogiendo las toallas, le sonrió al hombre y puso una toalla sobre su cabeza.

— Si necesitan algo más llamenme, estaré en la bodega dandoles comida a los animales.— la pelirubia asintió y el señor sonrió mientras volvía a dirigirse por donde se fue anterior.

_____ dirigió su mirada a Mikey una vez el señor desapareció en el pasillo, dándose con la sorpresa de que estaba entretenido jugando con algunos gatitos que se encontraban cerca de la ventana.

« Lindo. » pensó.

Se acercó con cuidado y lo tomó por sorpresa al ponerle una de las toallas sobre su húmedo cabello.

— Debes secarte o te resfriaras.— habló mientras pasaba la toalla por sus propios cabellos.

— Gracias.— respondió Mikey imitando su acción.

— No creo que podamos irnos, la lluvia continuará por un par de minutos más al parecer.— comentó la de ojos lavanda viendo por la ventana, soltó un suspiro antes de sacar su teléfono.— Por suerte no me llamaron...— susurró al no ver ninguna notificación en su teléfono.

No quería inventar una excusa, además, estaba muy seguro de que ya sea Ran o Rindou, se darán cuenta rápidamente que está mintiendo.

— Lamento esto.— habló el menor, llamando su atención.

— ¿Uhm? ¿De qué hablas?

— De nuevo no volví a planearlo correctamente y se estropeó todo por la lluvia, y solo terminaste escuchando mis problemas...

______ mordió su mejilla interna, esto con la intención de poder resistir las ganas que tenía de apretar las mejillas del contrario.

« ¿Cómo puede ser tan adorable este niño? » pensó al notar la expresión de culpa que tenía.








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Buenoo, acá otro capítulo
y lamento si está medio feo 😫,
el próximo lo haré mejor, así que
esperenlo plis.
¡Cuidense!

Una Haitani más  [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora