|02| Inevitable Deseo.

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"Debo estar mal de la cabeza" suspiró con dificultad "no es posible que esté pensando en hacer ese tipo de cosas con una persona tan despreciable como él" se puso de pie, afianzando se de la mesa para no caerse "pronto perderé el control de mis acciones, podría suceder cualquier cosa si permanezco aquí"

Ni siquiera tuvo la oportunidad de agarrar su mochila cuando el llamado de Sukuna le hizo detenerse al instante.

Esa voz...

—Megumi necesito que vengas un momento ¿podrías?

No, claro que no podía, pero sí quería. Lo deseaba. Pensó en ir o no, pero ¿por que le haría caso? Le caía mal, no iba a obedecer a su llamado solo por que el lo quisiera. Además, tenía cosas más importantes por resolver, por ejemplo; llegar a su apartamento cuanto antes y buscar una solución a su celo lo más pronto posible.

—Si no vienes tendrás consecuencias graves con mi padre, solo eso te digo, —volvió a llamar amenazantes —creo que tu sabes a lo que me refiero.

Megumi no pudo hacer más que maldecirlo en todos los idiomas existentes. Claro, seguro le inventaría un gran cuento a su padre para que saliera perjudicado, todo por que era obvio que él tampoco le caía bien a sukuna.

Bueno, al menos el odio era mutuo. "Estúpido alfa".

Tomó su mochila y empezó a caminar hacia la cocina, donde se supone estaba el pelirosa. A cada paso podía sentir la humedad en su ropa interior, su entrada había empezado a fabricar el lubricante natural, preparando a si al omega para que un alfa entrara en el.

"odio mi vida, enserio quiero desaparecer ahora mismo" pensó al entrar y ver Sukuna recostado en una mesa apoyando los brazos en esta misma, en una pose relajada. Tenía una mirada penetrante, profunda, con deseo. O tal vez solo era su imaginación.

—¿Q-qué sucede? —tartamudeo Megumi, se había colocado la mochila en la parte delantera de la cadera para que no se le viera el bulto de la entre pierna.

—Eres gracioso ¿sabes? —espetó el alfa.

Confusión y molestia. Eso es lo que sintió con esas palabras.

—¿de que hablas? —le preguntó, sintiendo como una pequeña gota de sudor resbalaba por su cuello.

—Deja de finjir ¿si? Es molesto, mocoso. —de repente puso una expresión de seriedad.

—No sé de que hablas. —los nervios le empezaban a inundar.

—¿crees que no me doy cuenta? —caminó a paso lento hacia él, como un depredador apunto de devorar a su presa. —Todo tu cuerpo pide a gritos que lo follen.

—!No-No te acerques! —pidió cuando al fin Sukuna estuvo frente a el, no pudo ni reaccionar cuando su mochila fue arrebatada bruscamente y tirada al suelo, dejando al descubierto lo que él se había empeñado en ocultar. Sintió una gran vergüenza al instante.

Sukuna bajó la vista al prominente bulto que tenia Megumi, quien trataba de taparse con sus manos, cosa que le causó gracia.

—Desde que entré tu olor esta por cada rincón, es bastante obvio que estas en celo. —acercó su rostro al cuello del otro e inhalando despacio el aroma que este desprendía en gran manera, lo que hizo que Megumi se estremeciera ante el mínimo contacto. —como alfa ¿tienes idea de lo que eso provoca en mí? ¿Eh? —su voz habia adoptado un tono profundo y hasta seductor.

Megumi se estaba derritiendo.

No lo entendía, no debía sentír deseo por la persona que tan mal le caía, eso no estaba bien. Desde que era su compañero en su instituto, le había caído tan mal por que era un egocéntrico de mierda, cosa que el por supuesto odiaba en las personas. Pero algo que trataba de negarse a si mismo, era el hecho de que siempre lo había visto condenada mente atractivo, quería convencerse de lo contrario, pero no podía. El imbécil era muy sexi.

 𝐈 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐲𝐨𝐮 | 𝐬𝐮𝐤𝐮𝐟𝐮𝐬𝐡𝐢  (omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora