La noche del siguiente día se vio acaparada por la espera del momento en que el cielo fuese decorado de explosiones coloridas. Y ya que uno de los mejores lugares para apreciar el espectáculo sería cerca del río Sumida o bien desde el parque, muchos ya se encontraban ahí asegurando de no perderse un buen lugar antes de que la actividad diera inicio por lo que serían aproximadamente dos horas.
Megumi permaneció sentado en su lugar mientras observaba en silencio a Yuta, quien estaba frente suyo. Cuando el día anterior el beta llegó varios minutos después a su casa, se esperó que este llegara con muestras de pelea y golpes u algo por el estilo, pero no fue así. No supo si sorprenderse más por eso o por el hecho que después el chico le volvió a hacer la propuesta del baño aún más decidido que antes.
¿Qué carajos había sucedido cuando los dejó solos? Por qué lo primero que creyó fue que alguno de los dos terminaría sin un brazo o como menos sin dientes, ¡¿pero nada?! ¿Cómo es que Sukuna se había resistido a no hacerle alguna locura a Yuta?! Por que de hecho, él mismo dio como advertencia y dejó en evidencia su rechazo hacía el otro. ¿Entonces qué pretendía?
—¿Tengo algo en la cara? —inquirió Okkotsu viendo que el pelinegro ni siquiera parpadeaba mientras le miraba, ante la pregunta este último pareció reaccionar.
—No… —negó —solo estaba pensando en algo.
Otra cosa que le tenía desconcertado era que Yuta aún habiéndolos encontrado a él y a Sukuna en los servicios no le tomara importancia alguna y en cambio, parecía tener más determinación en conseguir un «algo» de él.
En cualquier momento le daría migraña de tanto sobre pensar.
—Iré por algo de tomar. —dijo el beta de pronto, levantándose —¿Te traigo algo en especial?
«Si, un cóctel de cloro con ácido»
—Cualquier cosa, menos algo que tenga alcohol. —respondió como de costumbre, con una leve sonrisa que ocultaba lo que habría querido pedir en realidad. El contrario asintió y se fue a buscar lo que quería.
De mientras él se quedó haciendo nada más que observando a las personas que pasaban de un lado a otro por todo el parque, la cantidad aumentando cada vez al saber que se acercaba el momento tan esperado.
Suspiró cansado de ver a tanta gente y luego el aire se le fue en los segundos que divisó la figura de ciertos pelirosas a una distancia considerable de dónde él estaba. Yuuji parecía más emocionado que su hermano con cara de «no me veas que te atravieso un cuchillo en la cabeza» mientras permanecía de brazos cruzados buscando algo con vista hasta encontrar su objetivo y darle una mirada a la distancia.
Megumi sintió un escalofrío recorrerle la columna cuando esos ojos café de tonalidad rojiza le atravesaron con una profundidad intimidante los propios, mostrando el deje de enojo que no había vuelto a serle dedicado de nuevo hasta ese momento.
Le encantaba que le viera así.
Le gustaba ser el culpable de ese enojo.
Le atraía la idea de gustar de él, por que más que decir, ya era un hecho.
El contacto visual no se rompió si no hasta que el regreso de Yuta se hizo evidente para llamar su atención. El beta le puso en frente “la bebida” para después sentarse.
Megumi pasó la vista a la cajita de leche saborizada para luego agarrarla y observarla sin creer que de verdad fuese eso.
—¿No crees que te tomaste muy enserio lo de cero licor? —espetó viendo que para el colmo el otro también se había comprado lo mismo.
ESTÁS LEYENDO
𝐈 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐲𝐨𝐮 | 𝐬𝐮𝐤𝐮𝐟𝐮𝐬𝐡𝐢 (omegaverse)
FanfictionA Megumi le llega su celo en el peor de los momentos, sobre todo por que para empeorar la situación quien termina supliendo su inevitable deseo es aquel alfa de cabello rosa y tatuajes peculiares. Sukuna, la persona a la que más detesta.