Lo sabía.
Fusiguro sabía que no debía ir a esa dicha fiesta, había una vocecilla en su cabeza que le decía a gritos que no fuera, pero algo que también sabía, era que perdería la oportunidad de que Sukuna borrara las dichas fotos. Era un todo o nada.
Y tal como lo habia supuesto, ahora se encontraba en la casa de Sukuna -el anfitrión de la fiesta-, aunque parecía más un burdel qué una casa, un claro ejemplo era que habían personas teniendo sexo en cualquier rincón y de ser posible casi hasta en el techo,si, todo un caos. Megumi temía el momento en que aquello de repente se Convirtiera en una orgía en la que no tendría la oportunidad o tiempo suficiente para tirarse por una ventana y terminaría involucrado.
Se encontraba casi pegado a la pared en una esquina, tratando de evitar algún roce con cualquier ser que respirara. Tan solo había llegado unos minutos atrás pero había querido irse desde que sus pies lograron cruzar por la puerta. Las luces led de colores, la música resonando en cada rincón, personas bailando, bebiendo licor, respirando; ya lo tenían con mareos y ganas de vomitar, nunca le había gustado estar con tantas personas en un mismo lugar y ahora se había visto forzado a soportar por el hecho de que un estúpido pelirosa tatuado le puso como condición, para elimar algo que el mismo había tenido la culpa.
—Holaa liindoo, —una chica ebria hasta las uñas se le acercó de manera repentina, al hablar arrastraba las palabras de manera poco entendible —¿baailamoos?
Megumi por su puesto no iba aceptar ni de broma, pero lo malo fue que ni siquiera tuvo la opción de negarse, la chica de cabello corto ondulado ya lo había tomado del brazo y arrastrado hacia la masa de personas que bailaban, por mucho que trato de soltarse no lo consiguió.
La fémina con sus brazos rodeó el cuello de Megumi y lo abrazó mientras se balanceaba con lentitud de un lado a otro, seguramente de tanto tomar, las energías se le habían terminado consumiendo, y bueno, Megumi quería salir corriendo unos treinta kilómetros lejos de ella y todo en general.
—¿Eres un omega? —olfateo su cuello y con los ojos entrecerrados por el cansancio volteó a verle, Megumi podía sentir que el fuerte olor a licor qué desprendía la chica le estaba abrumando.
—¿S-si? —respondió inseguro de si debía seguirle la corriente y no tratar de evitarla.
—mmh... —murmuró volviendo a recostar la cabeza sobre su cuello —eso es increíble, yo soy una alfa —eso explicaba por que Megumi no había logrado safarse de su agarre tan fácilmente —podríamos hacer cosas divertidas —volvió a alzar la cabeza, esta vez llevando un dedo a la mandíbula del pelinegro, trazando una linea hasta su cuello con la uña, de manera insinuante y coqueta.
—C-creo que tengo que irme. —Megumi se apartó de ella y tan rápido como pudo, comenzó a alejarse, solo que al ir pasando entre tantas personas alguien terminó derramandole una bebida en la camisa.
Lo que faltaba.
Observó la gran mancha de humedad mientras a sus adentros deseaba golpear al imbécil qué le había tirado encima esa porquería, pues para su mala suerte, no podría ni siquiera saber quien había sido.
Y como por misericordia divina, alguien apareció a ayudarlo en su miseria.
—¿Fushiguro? —Yuji , Alfa y hermano menor de Sukuna estaba enfrente suyo, de repente los nervios le atacaron. —¿qué haces aquí? dios, ven conmigo —le agarro del brazo para llevárselo.
Megumi agradeció mentalmente qué alguien conocido hubiera llegado a sacarlo de ese infierno, la mente le estaba apunto de colapsar.
Ahora estaba siendo dirigido por el pelirosa menor hacia la segunda planta, pasaron con un poco de dificultad al subir las escaleras ya qué habían personas tiradas en estas, pero cuando lograron llegar, se detuvieron cuando ya estaban en el pasillo qué daba a lo que Megumi supuso eran las habitaciones.
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𝐈 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐲𝐨𝐮 | 𝐬𝐮𝐤𝐮𝐟𝐮𝐬𝐡𝐢 (omegaverse)
Fiksi PenggemarA Megumi le llega su celo en el peor de los momentos, sobre todo por que para empeorar la situación quien termina supliendo su inevitable deseo es aquel alfa de cabello rosa y tatuajes peculiares. Sukuna, la persona a la que más detesta.