|09| ¿Sigues Enojado?

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Cuando Megumi se acostó la noche anterior, lo que menos esperaba era ser despertado por una llamada. Pero no cualquiera, era una diciéndole que estaba despedido, así lo pelado y sin explicaciones se lo dijeron. Una puta mierda.

De manera automática, la idea de que cierto alfa imbécil de cabello rosa tuviera algo que ver en eso cruzó su mente, por que ¿Que otra respuesta le daba? De seguro había tomado eso como venganza por lo que hace dos días le hizo a su auto, sabía que no se iba a quedar así por así, y en realidad si, efectivamente intervino para que le quitaran su trabajo.

Enojarse hasta la médula ya se le estaba convirtiendo una costumbre en su vida, y a decir verdad, los motivos de eso tenían sentido para ponerlo en ese estado de Chucky a punto de matar a Lucifer, donde este último claramente era Sukuna. La pregunta que le impactó en la mente fue: ¿iba a devolver (otra vez) la jugada? Y por su puesto que la respuesta la tenía más que clara.

Aunque tampoco es que tuviera la idea más brillante como venganza, iría a lo simple y a lo que peor se le daba; golpes.

No solucionaban nada, pero al menos le servían de terapia.

Algo que tenía muy en cuenta y que aun sabiendo le daba igual, era que la suerte su aliada no era. Lo comprobó una vez más cuando en la escuela se aventó (otra vez) a golpear a Sukuna, era de esperarse qué no lograría nada y que dado a eso se armó un escándalo qué terminó con el y Sukuna en detención.

—¿Alguno va a explicar la situación? —inquirió el director, dándole a ambos una mirada de enojo, con el semblante enfurecido al notar como el pelinegro tenía el labio partido y el alfa un corte en la ceja. Ninguno dijo nada. —Bien, tendré que asumir que no les interesa resolver nada, y por lo tanto el castigo será la solución.

Megumi apartó la vista al lado contrario de donde estaba sentado el pelirosa a su lateral, y este mismo solo permanecía de brazos cruzados manteniendo una expresión de aburrimiento.

— Cuando terminen las clases, los dos van a buscar al instructor Ino, el les dirá con detalle lo que tienen que hacer como castigo — les vió fijamente —, si no obedecen las consecuencias serán peores, agradezcan que no tengo tiempo para lidiar ahora con ustedes, por que de lo contrario me aseguraría de darles un castigo peor, sobre todo a usted señorito Fushiguro —quedó viendo al nombrado, dándole una mirada acusadora y perforante —, he escuchado ciertos rumores de varios alumnos sobre usted, por lo visto le gusta llamar la atención de maneras inusuales.

Ay no, Megumi ya sabía por donde iba el asunto; la puta foto.

— No me concierne lo que haga con su vida — posó los antebrazos en el escritorio y se hechó hacia adelante —, pero no permitiré que la reputación de la institución se vea manchada por conductas inapropiadas. Si sabe a lo que me refiero — Megumi se contuvo para no querer arrancarle la cabeza a la persona que estaba a su lado, sabiendo que el único culpable de ese escándalo era sukuna, y suerte que no vió la sonrisa disimulada en el alfa, por que seguro que se le tiraba encima a golpearlo. No podía ni quejarse por que no tendría caso, la foto era muy explícita al mostrar la persona protagonista —, así que —Continuó diciendo, volviendo a recostarse en la silla — le pido que no me haga tomar medidas severas.

Si claro, era hipócrita de su parte que dijera eso, lo único que le importaba era mantener la fachada de perfección, cuando problamente son más corruptos qué la palabra. El pelinegro no tenía de otra que seguir su juego, nada bueno ganaba al oponerse.

Discretamente por el rabillo del ojo le dió una mirada a Sukuna. Era raro que no hubiera dicho nada desde que entraron a la oficina, aunque, tampoco es como si le importara o deseara escuchar su molesta voz diciendo cosas en su contra. Callado estaba mejor, por muy raro que fuera.

 𝐈 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐲𝐨𝐮 | 𝐬𝐮𝐤𝐮𝐟𝐮𝐬𝐡𝐢  (omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora