|08| Juegos de maldad.

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El pelinegro parecía tener más sueño que existencia, y es que desde que se despertó, el cansancio que se supone debía desaparecer con el descanso y buen sueño aún estaba ahí, martillandole la mente, atacando sus párpados, incapaces de querer mantenerse abiertos. Y claro, algo más; estudiar era un asco, lo sabía cada y ahora que avanzaba por los pasillos de la escuela, aunque algo le pareció extraño, muy fuera de lugar, al menos para él, y es que desde que había puesto un pie en la institución, todas las miradas le cayeron, algunas más discretas que otras, e incluso mientras daba cada paso todos le quedaban viendo cómo bicho raro. Tanto bullicio le estaba enojando, sumado al sueño, el enojo era peor.

"¿La viste? Una chica susurró, "Si, es tan obsceno" su amiga al lado respondió. "Quien lo diría" se escuchó otro murmuro "No tiene vergüenza, enserio" otro más, "¿Que necesidad de mostrarse así? Y otro. Todos hablaban mientras dedicaban miradas acusadoras al omega pelinegro.

"¿Me habré vuelto esquizofrénico?"

¿Por qué todos lo veían así mientras cuchicheaban? No era exageración. No, claramente algo no estaba bien.

De tanto ojos encima hasta se le terminó quitando el sueño, la sensación que tenía ahora era horrible, miradas juzgadoras le apuñalaban sin cesar.

El ni sabía el por qué.

De repente sintió unos brazos rodearle por detrás y un mentón posarse en su hombro.

—Oye, omega. —alguien susurró contra su oreja, intentó liberarse y alejarse, pero el otro afianzó el agarre impidiéndoselo. —¿Que tal si nos divertimos un rato, eh?

Lo siguiente que sintió fué la lengua del otro lamer su cuello y el pánico le invadió al instante, empezó a forcejear para apartarse, siendo todo inútil por que su fuerza era menor a la de su opresor.

—¡Suéltame maldito asqueroso! —le gritó, mientras se sacudía de un lado a otro; desesperado.

—Pero si es así como te gusta ¿No? —se rió el otro, sin soltarlo en ningún momento—se me puso dura solo con verte en esa foto.

Megumi ya irritado por el comportamiento ajeno, con el codo le propinó un golpe en el estómago, sacándole un aullido de dolor y así logrando que el tipo aflojara el agarre, consiguiendo poder alejarse al instante.

Escapar.

Alejarse.

Esas eran las palabras que se repetían en su mente una y otra vez, ya no quería que lo vieran, que se le acercarán y mucho menos tocaran. Se apresuró a acelerar sus pasos, importándole poco si empujaba a alguien, solo quería estar fuera del alcance de todos.

Entre tanto caminar y tener la mente perturbada no se percató que alguien venía en frente, lo cual provocó que chocara contra él. Se alejó al instante, percatándose de se trataba de Yuji y sintió alivio de que no fuera el otro pelirrosa.

—¿Estas bien, Fushiguro? —el alfa se preocupo por lo distraído que estaba.

—S-si, no pasa nada.

Esa respuesta pareció no convencer mucho a Yuuji.

—Megumi. —volvió a llamarle luego de unos segundos en silencio —¿Lo sabes, no?

La expresión y tono que estaba usando le hizo saber que sus sospechas sobre que algo iba mal eran ciertas. Y el, aún ignorante eso, dijo:

—¿Saber que? ¿Que pasa?

El alfa al obtener esa respuesta solo pudo debatirse a sí mismo en que si debería decirle, aunque lo mejor era eso, tarde o temprano lo iba a saber, así que lo mejor era que se lo dijera ahora.

 𝐈 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐲𝐨𝐮 | 𝐬𝐮𝐤𝐮𝐟𝐮𝐬𝐡𝐢  (omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora