Sin Miedo al Éxito

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Los cuervos armaron su festín, felices de devorar tanto a la presa como al depredador. De las sombras, un ser hasta ahora oculto, con unos ojos rojos brillantes, similares a los de Klaus, hizo acto de presencia. Era como un gliffin y un ghoul mezclados: grande, con un cuerpo antropomorfo del tamaño de un hombre promedio (1.80 más o menos) cargado de músculos animales que posibilitaban su movimiento, una cara cubierta por una máscara única de hueso, similar a la Jeffrey, que cubría solo la parte superior de su rostro.

80 más o menos) cargado de músculos animales que posibilitaban su movimiento, una cara cubierta por una máscara única de hueso, similar a la Jeffrey, que cubría solo la parte superior de su rostro

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Los gliffin lo miraron con curiosidad.

—Amigos, deberían invitarme a sus festines. Son siempre extravagantes... —dijo el ser, sonriendo.

—Aléjate de nosotros, humano mugroso. —habló una hembra, al parecer la líder del grupo, alzando sus alas negras y emplumadas, mientras mostraba su boca cargada de colmillos grandes y filosos.

—No soy humano, ¿cuántas veces debo decíroslo? Al menos, ya no. —aclaró— Oye... estoy rogándoles que me dejen unirme a su selecta sociedad de gliffin. Soy como vosotros, un animal con la cara de hueso y con inteligencia. ¿Qué me diferencia?

—Todo. —habló está vez un macho, acercándosele a grandes pasos, Los orbes dentro de su espacio ocular estaban hechos una fina línea de color blanquecino que expresaba ira.

—Tengo cuerpo animal y cara de hueso. Solo me faltan las plumas y alas para ser uno de vosotros, pero puedo ser un gliffin lobo si me lo propongo.

—Pues vete a joderles a ellos la existencia, no a nosotros. Sea lo que sea tu cuerpo, los gliffin sabemos tu origen despreciable. Eres un humano que violó las leyes de la naturaleza y ahora te quieres hacer pasar por uno de nosotros.

—¡Fenómeno!

—¡Engendro!

—¡Largo de aquí!

En lugar de ofenderse, o siquiera tratar de defenderse, el ser extraño se sentó en el suelo y sonrió con una asombrosa prepotencia, mostrando colmillos y hasta la lengua en un gesto grosero de burla.

Los gliffin graznaron con sus ojos luminosos llenos de rabia y uno de ellos fue directo hacia el extraño intento de cruce entre ghoul y Griffin, pero éste le agarró las patas delanteras armadas de garras y lo lanzó a unos metros suyo. El resto de gliffin solo se quedó mirando y graznando, intentando intimidarlos.

—Qué insistencia tenéis vosotros los auténticos gliffin con la pureza. Os parecéis a vuestros amiguitos los ghouls. —dijo el ser a la líder de la bandada de aves gigantescas y cuadrúpedas.

—¿Qué pretende un enfermo como tú manchando la vida? —rebatió su interlocutora— ¿Tu naturaleza humana no te sirvió de nada y ahora tampoco lo es tu imperfección siendo gliffin? Puedes quitarte el hueso de la cara y bien podrías fingir ser un ghoul, o en el peor de los casos, un villed.

The Boy Who Became a MonsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora