Cuando despertó no lo sorprendió ningún suceso inesperado y extraño. Agradeció eso con toda su alma y se levantó. No le dolía la pierna, e, inesperadamente, estaba prácticamente curada. Solo le quedaba sangre seca y una pequeña cicatriz que cada vez se veía menos.
Klaus sonrió inconscientemente al saberse a salvo de una muerte segura y empezó a caminar sin rumbo, buscando algo interesante entre tantas plantas silvestres y árboles frondosos. Un olor singular que en cierto modo se le hacía conocido llamó su atención, y fue hacia la izquierda, siguiéndolo tranquilamente. Se ocultó tras unos arbustos cuando vio un par de caballos, pero con montura. Vio un grupo de humanos que, al parecer, habían acampado cerca de ahí y que se preparaban su viaje.
Entre ellos vio a un niño pequeño, de aproximadamente su edad y sonrió desde los arbustos. Silbó un poco con sus labios torpemente limpios de la sangre del pescado, y llamó la atención del infante.
—¡Oh! ¡Un lo-! —Klaus siseó nervioso.
—¡No! No grites... por favor, si no me matarán...
—Oh... perdón. —Se sentó frente a la cara canina y sonrió. Klaus movió levemente la cola.
—Oye, ¿estamos muy lejos de la ciudad humana?
—No, solo a unos kilómetros aún. Pronto llegaremos a la gran muralla de "Kroyle", la enorme ciudad del comercio. Mi ciudad.
—Oh... Kroyle... ¿es grande?
—Muchísimo. Hay más de diez mil habitantes. —Sonrió ampliamente.
—Oh... ¡no me presenté! —Klaus sonrió ampliamente extendiendo un poco su mano peluda— Soy Klaus, y soy un niño como tú que terminó con esta apariencia peluda por alguna razón...
—Me gusta que seas peludo.
—Gracias, ah...
—Klyde. Soy el príncipe primero del imperio de Graziel. Kroyle es una gran ciudad donde estoy estudiando ahora.
—Qué genial...
—Oye, Klaus... si eres un niño, ¿por qué tienes voz de niño grande?
—No lo sé... imagina despertar un día y que estés en este cuerpo extraño y con cola, con voz de hombre...
—Se oye muy feo.
—Lo es... —Hizo una corta pausa— Oye, me preguntaba... ¿crees que alguien de tus maestros quiera estudiarme?
—¿Estudiarte?
—Ya te dije, soy un humano. No sé cómo me volví un lobo, así que podríamos hablar con un gran maestro investigador para saber qué me pasó, ¿no crees?
—¡Suena cool! Pero no puedo llevarte conmigo...
—¿Por qué?
—Las escoltas creerán que eres un ghoul malo y querrán matarte... así que te recomiendo algo más, Klaus.
—Dime.
—Vas a seguir nuestra carreta durante el viaje que queda hasta la entrada de Kroyle.
—¿Y después qué hago? ¿Entro a la ciudad?
—¡No! En las grandes puertas hay muchos vigilantes que matarán a cualquiera que no sea humano con un permiso especial para entrar a las murallas.
—¿Entonces cómo se supone que entraré a la ciudad? Tiene mucha seguridad al parecer...
—Pues... eso tendrás que verlo por ti mismo.
—¿Qué? Pero-
—Príncipe Klyde, hora de irnos.
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The Boy Who Became a Monster
FantasyMe llamo Klaus, y esta es mi historia. La historia de cómo me volví humano. O al menos lo intenté con todas mis ganas, pero ninguna criatura viva quería apoyarme. Así que tuve que cambiar mis objetivos. Y cambiar yo mismo por mi bien. ¿Humanidad? Se...