𓍯𓂃 ⁿᵘᵉᵛᵉ

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FELIX

Me colgué del brazo la chaqueta negra de cuero de Hyunjin y me dirigí hacia mi taquilla. La tentación de ponérmela me abrumaba. Me encantaba su olor, cómo me hacía sentir y, además, me recordaba al momento que habíamos vivido juntos en la fiesta de Wonho.

<<Contrólate, Felix. No eres un idiota>>, me dije. Conocía los rumores que circulaban sobre Hyunjin. Solo asistía a las fiestas para drogarse y acercar a las chicas borrachas en busca de un polvo de una noche. A mi no me interesaba eso, pero era agradable que pudiera tenerme en cuenta. Al fin y al cabo, desde segundo curso ningún otro chico del instituto había mostrado el más mínimo interés en mí.

— ¿Cuál es tu problema? Pareces un niño de cuatro años que ha perdido su globo — Jisung se unió a mi mientras caminaba por el pasillo. 

— Estoy destinado a morir virgen — aquella confesión me sorprendió hasta a mí. ¿Realmente acababa de decir eso? Acaricié el tejido de la chaqueta de Hyunjin.

Jisung se rio tan alto que se quedaron mirándonos boquiabiertos a nuestro paso. Yo agaché la cabeza, dejé que mi flequillo me tape al menos los ojos y rece para que todos dejaran de mirar.

— Lo veo improbable. Pero pensé que no te interesaban los encuentros casuales — dijo Jisung mientras rebuscaba en su taquilla, situada junto a la mía. 

— No me interesan. Con Jake espere porque no estaba preparado. Nunca imaginé que llegaría el día en que nadie me desearía.

Me quede mirándome las manos enguantadas y sentí náuseas. Cuando sonara el timbre tendría que quitármelos.

— Ningún chico se acercará nunca lo suficiente para quererme.

Jisung cerró su taquilla y se mordió el labio.

— Tu madre apesta. 

Yo tome aire para no derrumbarme.

— Sí, lo sé.

Jisung se fijo entonces en la chaqueta, que yo todavía tenía agarrada.

— ¿Qué es eso?

— La chaqueta de Hwang Hyunjin — contestó Seungmin, que había aparecido de la nada, y me la quito de las manos —. ¡Síganme!¡Ahora!

Jisung tenía los ojos como platos mientras seguíamos a Seungmin al cuarto del conserje.

— ¿Por qué tienes la chaqueta de Hwang Hyunjin?

Yo abrí la boca para responder, pero Wonyoung cerró de golpe la puerta.

— No tenemos tiempo para hablar de tonterías. Se acerca. 

— Necesito respuestas. ¿Quién se acerca?¿Por qué tiene Felix la chaqueta de Noah y de dónde has sacado tú ese jersey?

— Jake se acerca. El jersey es para Felix. Estabas tan borracho en la fiesta que violaste el código de los amigos y ahora Felix tiene la chaqueta de Hyunjin. No pueden verlo con ella — Wonyoung se la quitó a Seungmin —. Vamos a devolverle a Felix su vida.

Yo le quite la chaqueta a Wonyoung.

— Es una chaqueta, no cocaína. Hyunjin va conmigo a primera hora. Se la devolveré entonces. ¿Y a quién le importa que Jake este buscándome?

Wonyoung me señaló con uno de sus dedos.

— Te lo ha puesto en bandeja. Jake te pidió bailar en la fiesta y, en vez de bailar con él, tuvimos que llevar a Jisung a su casa. Ahora está buscándote para saber por qué le diste plantón. Es la respuesta a todas tus oraciones.

Yo me aferré a la chaqueta.

— ¿Qué? Quiero decir, ¿y qué? Jake y yo somos amigos — suponía. Me había deseado feliz cumpleaños. Los amigos hacían eso.

Jisung comenzó a dar saltos de un lado a otro.

— ¿Y qué? Bailar contigo en una fiesta no es cosa de amigos. 

— Exacto — dijo Wonyoung —. Si vuelves a gustarle a Jake volverás a gustarle a los demás.

Jisung agitó las manos nerviosamente.

— Pero lo mas importante es que no morirás virgen — tomó aire con gran dramatismo —. Jake no puede verte con la chaqueta de otro chico. Wonyoung, guárdala en tu taquilla y ya pensaremos después en el plan.

Wonyoung arqueó una ceja.

— Ni hablar. Estoy segura de que esa cosa apesta a droga. ¿Y si traen perros rastreadores al instituto?

— Oh, Dios, no tienes arreglo — dijo Jisung.

Wonyoung me aparto algunos mechones de pelo de la cara y me recolocó la camisa.

— Vamos, sal ahí fuera antes de que pase de largo y entre en clase.

Jisung y Seungmin me arrastraron hacia la puerta y yo agarré la chaqueta de Hyunjin con más fuerza.

— Creo que estás analizándolo demasiado — dije.

— Ya viene — susurró Seungmin.

Jisung me quito la chaqueta, la metió en mi taquilla, me quito de en medio con un empujón y cerró con un portazo. Seungmin y él se apoyaron contra la taquilla para añadir una segunda capa de seguridad.

— Hola, Felix. 

Me di vuelta y mire a Jake. 

— Hola — habían pasado tantas cosas en los últimos tres minutos que la cabeza me daba vueltas.

Jake se quedo mirando a Seungmin y a Wonyoung y frunció el ceño. Yo recordaba aquella mirada: había algo que quería decir sin público.

— Estuve esperándote — dijo.

— Es culpa mía — respondió Jisung —. No tuvo tiempo de bailar contigo porque yo quería irme a casa. Bebí demasiado.

Tanto Jake como yo nos quedamos mirándolo y después nos miramos el uno al otro. Dos segundos de silencio incómodo. Tres segundos de silencio incómodo. Cuatro segundos de silencio incómodo.

— ¿Puedo acompañarte a clase, Felix? — preguntó finalmente. 

— Claro — miré a Jisung y a Seungmin por encima del hombre mientras acompañaba a Jake por el pasillo. Ambos me levantaron los pulgares en señal de victoria. Vaya... normalidad. Tal vez sí que fuera posible.

Eso sí la normalidad significaba esconder la chaqueta de Hwang Hyunjin en mi taquilla... y fingir que no estaba pensando en lo cerca que había estado de besarme.

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ROMPIENDO LAS REGLAS    ୨୧  ʜʏᴜɴʟɪxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora