FELIX
Los carteles de la señorita Eunha se habían movido menos de un centímetro, y dejaban ver marcas negras en la pared. Por una vez deseé que Jiwoo hubiera asistido. Aquella imperfección la habría vuelto loca.
Igual que la semana anterior, la cinta azul estaba en el escritorio de la señorita Eunha, e igual que la semana anterior, la ubicación de la cinta había cambiado. Era como si la cinta tuviera un campo de fuerza que me envolviera, una atracción que no podía explicar.
— ¿Cómo van las cosas con tu novio? — preguntó la señorita Eunha. Otra tarde de martes, otra sesión de terapia.
Yo aparté la mirada de la cinta. Gracias a Dios que Jake me había propuesto salir en grupo el sábado por la noche. Así tendrá una mentira menos que contar.
— Jiwoo lo interpretó mal. No tengo novio, pero salgo con alguien — más o menos. Si una cita podía considerarse salir.
A ella se le iluminaron los ojos.
— Maravilloso. ¿Es ese jugador de baloncesto con el que te he visto en el pasillo?
— Sí — genial, una terapeuta que me acechaba. ¿Sería legal?
— Háblame de él.
Eh... no.
— No quiero hablar de Jake.
— De acuerdo — contestó ella con tranquilidad —. Hablemos de Hyunjin. Me ha dicho que hoy era su primera clase.
Yo parpadeé varias veces seguidas. Mierda. ¿De verdad? Tal vez debería haberlo hablado con Jake. Yo seguía teniendo la cazadora de Hyunjin en mi taquilla desde que Jisung y Wonyoung me convencieran de que simplemente no podía devolvérsela durante las clases.
— Sí. Sí, así es.
— ¿Quieres un consejo aunque no me lo hayas pedido?
Me encogí de hombros y bostecé simultáneamente, preparándome para el discurso de <<di no a las drogas, al alcohol y al sexo>>.
— Claro.
— Hyunjin es más que capaz de aprobar las asignaturas. Solo necesita un pequeño empujón. No dejes que te engañe para pensar lo contario. Y tú, Felix, eres la única persona en este instituto que creo que puede desafiarlo académicamente.
<<Muuuuuy bien>>, pensé. Me parecía un discurso motivador de lo más extraño.
— De acuerdo — me tapé la boca para volver a bostezar.
— Pareces cansado. ¿Qué tal estás durmiendo?
De maravilla. Anoche dormí dos horas seguidas. Empecé a balancear el pie.
— Felix, ¿estás bien? Estás pálido.
— Estoy bien — si seguía repitiéndolo, tal vez se hiciera realidad.
— Tu padre mencionó que no te tomas las pastillas para dormir, aunque sigues teniendo terrores nocturnos.
Todas las noches. Daba tanto miedo que, si perdía la batalla y me dormía, me despertaba gritando.
— He dicho que estoy bien.
Al mencionar la palabra <<bien>>, volví a mirar la cinta azul. ¿Qué era lo que tanto me atraía de esa cosa? Me sentía como una polilla volando hacia un matabichos eléctrico.
— Pareces muy interesado en la cinta, Felix — dijo la señorita Eunha —. Puedes tocarla si quieres.
— No, no importa — respondí. Pero sí que importaba. Retorcí los dedos sobre mi regazo. Por alguna absurda razón, deseaba agarrar la cinta. La sala se lleno de un silencio profundo poniéndome nervioso.
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ROMPIENDO LAS REGLAS ୨୧ ʜʏᴜɴʟɪx
Storie d'amoreNo recuerdo la noche que cambió mi vida. La noche en que pasé de ser popular a ser un bicho raro y marginado. Y mi familia está decidida a que siga siendo así. Decían que la terapia me ayudaría. No se esperaban a Hyunjin. Él es el tipo de chico sobr...