𓍯𓂃 ᵛᵉⁱⁿᵗⁱᵗʳᵉˢ

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FELIX

Jake había sugerido que fuéramos con Jisung, Woyoung, algunas chicas más y sus parejas en una limusina, yo me había mostrado encantado con la oportunidad. Cometí el error de pensar que eso evitaría que Jake me manoseara. Me equivocaba.

La limusina aparcó frente al gimnasio del instituto. Jake me acarició el pecho por un lado y me susurró al oído:

— Estás muy bueno, Felix.

Yo me aparté de él y de su aliento a cerveza y miré a mi alrededor para ver si alguien había advertido su manera de tocarme.

— Para — respondí yo con un susurro —. La gente nos mira.

Se terminó la cerveza y volvió a pegarse a mí.

— Dime que será esta noche. Mis padres estarán fuera hasta mañana por la tarde y tu padre me ha dicho que no tenías toque de queda. Tendremos toda la noche — deslizó la mano hacia mi culo.

Yo le aparté la mano a Jake.

— Me dijiste que me darías tiempo para pensar.
— Has tenido mucho tiempo para pensar. Vamos, estás muuuy guapo — qué bien, ya empezaba arrastrar las palabras y ni siquiera habíamos empezado a bailar.

Cuando la limusina se detuvo por completo, Jackson abrió la puerta.

— Primero las damas — le indicó a Woyoung que saliera, pero yo salí de la limusina de un brinco, como si mi ropa estuviese ardiendo.

Jisung me siguió. Su aliento también olía a cerveza.

— ¿Estás bien?
— Estoy bien — mentí.

La normalidad era horrible. Aquel hueco que sentía dentro no se había llenado como yo esperaba. De hecho, parecía haberse ensanchado.

— No estás bien — Jisung dejó de hablar cuando Woyoung nos pasó los brazos por encima a los dos.
— ¡Me encanta! — me dio un beso en la mejilla y después a Jisung —. Hemos vuelto.

Jake me ofreció su mano. Se la estreché y dejé que me acompañara al baile. El comité de decoración había intentado transformar el gimnasio en una isla paradisíaca. Había tres palmeras brillantes y un fondo oceánico.

Jake solo bailaba canciones lentas. de modo que me dejaba bailar las rápidas con Jisung, Woyoung y Seungmin. Mientras bailábamos, él entraba y salía del vestuario de los chicos con sus amigos. Por desgracia, regresaba al baile cada vez más borracho.

— Ey, guapo.

Me dedicó esa sonrisa de medio lado que solo ponía cuando iba borracho. Woyoung me dio una palmadita en el trasero y se marchó para dejarme a solas con él.

— ¿Podemos hablar?
Me acarició la mejilla con una mano sudorosa.
— Claro. Dame un segundo. Voy a echar otro trago. ¿Quieres venir? Antes hemos colado a Jisung y a Seungmin.
— No — comenzó a sonar entonces la tercera canción lenta de la noche —. Baila conmigo, Jake. Después daremos un paseo y hablaremos, ¿de acuerdo? — hablar de verdad.

Podría decirle que no estaba preparado para acostarme con él y Jake me diría que le parecía bien. Me diría que me quería tanto que esperaría una eternidad, y después me diría algo que nunca le había dicho a nadie. Yo podría contarle el miedo que me daba no descubrir nunca lo que me había ocurrido, y lo aterrorizado que estaba por descubrir la verdad. Él me diría que no le importaban mis cicatrices y que podría enseñárselas al mundo entero porque él estaría a mi lado.

<<Como con Hyunjin>>, pensé, pero cerré inmediatamente esa puerta de mi cerebro.

— ¿Ves, guapo? — dijo con una sonrisa —. Te dije que encontraríamos la manera de volver a estar bien.
Y podríamos lograrlo... otra vez.
— Sí.

ROMPIENDO LAS REGLAS    ୨୧  ʜʏᴜɴʟɪxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora