𓍯𓂃 ᵛᵉⁱⁿᵗⁱᵈᵒˢ

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HYUNJIN

— Háblales de mí. Quiero que tus hermanos sepan quién soy cuando vengan a vivir contigo — Yuna quedó oculta tras una nube cuando el vapor ascendió desde la plancha.

— Eso haré — yo seguí puliendo las botas negras que había encontrado en la parroquia.

Chan bajó por las escaleras al sótano, agarró una de las botas y un trapo y se sentó junto a mí en el sofá.

— ¿Por qué haces esto? Son tus hermanos. No les importa una mierda si apareces con unos vaqueros rotos y una camiseta vieja.

— Es por mi trabajadora social y esa pareja estirada. Juzgan todo lo que digo y lo que hago. Necesito que me vean como un ciudadano modélico.

— Bueno... — Chan intercambió una mirada con Yuna —. ¿Qué pasa contigo y con Felix?

La plancha borboteó cuando Yuna la dejó sobre la tabla. Inspeccionó la camisa en busca de arrugas que hubiera podido pasarse antes de entregármela.

— ¿Y qué pasa con el plan? Ya sabes, eso de no ponerle las manos encima a Felix ni sentir nada por ella.

Yo me puse la camisa y el calor de la plancha alivió parte de la tensión de mi cuello.

— Seguimos con el plan.

Yuna se sentó junto a Chan y apoyó la cabeza en él.

— ¿Entonces a qué vino lo de ayer?

Me costaba mucho aceptar una reprimenda por parte del rey y la reina de la negación. Chan y Yuna vivían en un mundo extraño donde las emociones no se expresaban, y sin embargo ambos se comportaban como una pareja.

— Felix le echó un vistazo a mi expediente y averiguó el apellido de los padres de acogida de mis hermanos. Quizá yo no pueda darle una relación, pero no puedo rechazar la amistad. Solo un amigo de verdad se arriesgaría de esa forma.

— O un chico al que le gustas — murmuró Yuna.

Me puse las botas y me las abroché.

— ¿Qué harías si trajera a Felix aquí?

Yuna gruñó asqueada.

— Comprar pegamento para cuando te haga pedazos. Mira todo lo que has hecho por él, ¿y dónde estará esta noche? En el baile, con el rey Jake, no contigo.

Pensar en aquel simio rodeándolo con sus brazos hizo que me hirviera la sangre, pero intenté controlar la rabia. Lo único que me preocupaba eran mis hermanos, y si no movía el culo llegaría tarde.

— Nos vemos esta noche.

— ¡Diles que su tía Yuna les quiere! — gritó Yuna mientras me iba.

En el exterior, el aire frío de febrero me golpeó la cara recién afeitada.

— Ey — dijo Chan mientras me seguía desde la casa. Se tiró del pendiente de la oreja antes de hablar —. Mira, tío, lo pillo. No nos van los vínculos. Cuando dependemos de algo o de alguien, el sistema nos lo arrebata. Pero Felix no es el sistema, tío. Es un chico que ayer tenía un aspecto horrible y te persiguió cuando todos decidimos que debías actuar como un imbécil en vez de ser su amigo.

Yo me pasé la mano por el pelo y volví a taparme los ojos con él.

— Yuna tiene razón.

— Yuna no puede verlo con claridad. Si le dices que te lo he contado, te mato. Jake se la tiró el verano antes de segundo. Ella creía que el muy imbécil estaba enamorado de ella. Yuna era virgen, tío. Y él no la llamó, ni escribió, ni nada. Tú y yo somos tipos malos, pero al menos somos francos.

ROMPIENDO LAS REGLAS    ୨୧  ʜʏᴜɴʟɪxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora