𓍯𓂃 ᵛᵉⁱⁿᵗⁱˢⁱᵉᵗᵉ

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FELIX

— Están preocupados — me asomé a la ventana de mi dormitorio en busca de Hyunjin mientras sujetaba el teléfono inalámbrico contra mi oreja. Llevaba veinticuatro horas sin móvil.

— Porque Hyunjin es el sueño de cualquier padre hecho realidad — dijo Jisung con evidente desprecio —. Y he preguntado por ahí. No hay ninguna fiesta. Apuesto a que en su fiesta habrá drogas, un coche aparcado y el asiento trasero.

— Dijiste que ibas a apoyarme.

— Dije que siempre serías mi mejor amigo. En cualquier caso, pensé que te acostarías con él y seguirías con tu vida. No pensé que fueras a ir en serio — Jisung suspiró —. Ven al cine conmigo y con Mingyu. Trae a Hyunjin si quieres.

Me imaginé a Hyunjin de pie aguantando al tipo. Hyunjin había accedido a estar conmigo, no a hacerse amigo de los populares del instituto.

— Quizá el próximo fin de semana — o nunca. En ese momento oí el ruido de un motor que se acercaba a la casa —. Tengo que colgar. Hyunjin ya ha llegado.

Bajé corriendo las escaleras con la esperanza de abrir la puerta antes que Jiwoo o que mi padre.

— Felix — demasiado tarde. La idiota llegó al recibidor —. Ya sabes cuáles son las normas de tu padre. Lo correcto es que nosotros conozcamos a tu cita.

Con <<nosotros>> se refería a ella misma, que había creado esa regla al enterarse de que había dejado a Jake.

Acto seguido mi padre también entró en el recibidor. Parecía más preocupado de lo normal y tenía ojeras que delataban su cansancio.

Jiwoo se retocó en el espejo de la entrada. Probablemente yo tendría que estar alerta, dado que tenía tendencia a llevarse a los hombres de los demás.

Mi padre se apoyó en un rincón de la pared y esperó a que sonara el timbre. Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás.

— ¿Estás bien, papá?

Abrió los ojos.

— Sí. Tengo mucho trabajo.

Mi padre se aclaró la garganta.

— Ha ocurrido algo extraño con tu cuenta de móvil y recibirás un nuevo número el lunes. Hazme el favor y dárselo solo a personas que realmente lo necesiten.

— ¿Y mi coche?

Sonó el timbre y mi padre se libró de contestar. Colocó la mano en el picaporte y me dirigió su mirada de <<aún puedes cambiar de opinión>>.

— Me gustaba mucho Jake. Deberías darle otra oportunidad.

Yo me metí las manos en los bolsillos y recordé que tenía que ponerme los guantes antes de marcharme.

— Me gusta Hyunjin, papá. Así que podrías intentar no ser... — autoritario, controlador, malo — ...tú.

Curiosamente, mi padre sonrió y fue una sonrisa sincera. Pero, tan pronto como apareció, desapareció. Abrió la puerta y saludó a Hyunjin. Segundos más tarde, Hwang Hyunjin estaba en mi recibidor, más guapo que nunca, rebelde y sexy. Cuando mi padre se dio la vuelta para cerrar la puerta, Hyunjin me dirigió una sonrisa perversa y me guiñó un ojo.

Se puso serio en cuanto mi padre entró al salón y nos ordenó que le acompañáramos.

— Está de broma — me susurró Hyunjin mientras lo seguíamos.

— Ya te gustaría — en dieciocho años solo había tenido dos novios: Jake y Hyunjin. Aunque el término <<novio>> no parecía encajar con Hyunjin.

ROMPIENDO LAS REGLAS    ୨୧  ʜʏᴜɴʟɪxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora