HYUNJIN
Felix se ocultó tras sus cabellos en cuanto entrelazó los dedos con los míos. Yo no había fumado hierba en más de una semana, y sin embargo era como si flotase sobre el suelo.
— ¿Puedo hacerte una pregunta? No pretendo ofenderte — dije.
Sentí el peso muerto en su mano, pero me aferré a él y no permití que se escapase.
— Supongo.
— ¿Tu nombre tiene algún significado?
Llegamos a los recreativos. Algunos estudiantes de secundaria estaban agrupados en torno a un videojuego que tenía una pistola de mentira. Desde la máquina se oía el sonido de las balas entre gritos. Yo le apreté la mano a Felix con más fuerza y juntos pasamos frente al videojuego en dirección a las mesas de billar del fondo, que estaban vacías.
Le solté la mano con reticencia e introduje un par de dólares en la máquina de cambio.
— Mi madre estaba obsesionada con los nombres con que tenían de significado una emoción.
Metí dos monedas de veinticinco centavos en la ranura y las bolas salieron del interior. Felix las puso de inmediato sobre la mesa.
— ¿Ocho o nueve bolas?
— Ocho — con nueve era más complicado —. ¿Cuál sería esa emoción?
Metió las bolas dentro del triángulo y lo colocó en su lugar.
— De hecho, hay 2 versiones. Empiezas tú.
— Usted primero — dije yo. Estaba deseando que acabara la partida para enseñarle a iniciar el juego en condiciones. Me imaginé su cuerpo pegado al mío, inclinado sobre la mesa, y sentí una presión bajo los pantalones.
— Has firmado tu sentencia de muerte — me contestó, y no pude evitar sonreír ante aquella muestra de seguridad.
Felix agarró el taco como un guerrero a punto de entrar en batalla y no apartó los ojos de la bola blanca. Se inclinó sobre la mesa y yo me centré en su culo apretado. Mi sirena me devoraba vivo con cada movimiento.
El sonido feroz de las bolas chocando entre sí me pilló por sorpresa. Las bolas entraron en los agujeros con tanta rapidez que perdí la cuenta. Felix dio la vuelta a la mesa, agarró de nuevo el taco y estudió las bolas que quedaban como si fuera un general estudiando un mapa. Maldita sea; el chico sí que sabía jugar.
— Las rayadas — dijo, y se inclinó sobre la mesa para hacer su segunda jugada. Su remera holgada dio una vista perfecta de su pecho para que lo apreciara, pero deseaba algo más que observar. Deseaba...
— Deberías meterte la lengua en la boca. Si no, se te va a secar — metió dos bolas con un solo tiro.
— No puedo evitarlo si estás tan bueno — me encantaban sus contestaciones —. ¿Qué pasa con las 2 versiones?
Tras meter dos bolas más, finalmente falló. Era mi turno.
— Zeus tuvo una hija con Eurínome, a la cual la llamaron Eufrósine que la etimología de su nombre simboliza la alegría o la felicidad; luego tenemos la otra versión que es más simple que viene de mi nombre "Yongbok" y "Felix" que significa lo mismo, felicidad.
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ROMPIENDO LAS REGLAS ୨୧ ʜʏᴜɴʟɪx
RomanceNo recuerdo la noche que cambió mi vida. La noche en que pasé de ser popular a ser un bicho raro y marginado. Y mi familia está decidida a que siga siendo así. Decían que la terapia me ayudaría. No se esperaban a Hyunjin. Él es el tipo de chico sobr...