Era extraño. Lo conocía, sabía quién era, su nombre y fecha de nacimiento, conocía parcialmente su historia y aún así al verlo había una sensación extraña. Casi como si fuese un desconocido pero con los sentimientos fuertes de pertenencia. Donghae era hermoso, encima de él, sentado a horcajadas, siendo uno solo en esa oscura noche. El alfa se siente tan cálido y reconfortado, como si él fuese su hogar. Cuando se deslizo en el interior cálido de su marido, creyó que era la primera vez que sintió tanto placer.
—Hyukjae—Llama en un susurro, tiene las mejillas enrojecidos y las pupilas dilatadas, haciendo que sus ojos se conviertan en nada más allá que dos profundos pozos negros.
Ahora que lo piensa bien la palabra "hermoso" no parece describir con precisión a la exquisita criatura que es su esposo.
Donghae se inclina hacia él, se apoya en su pecho y lo ve desde arriba, con el cabello rubio enmarcandole el rostro comienza a mecerse. Lo siente. Es un movimiento suave hacia adelante y atrás, alzándose ligeramente, es solo para acostumbrarse pero esta probocando que Hyukjae este a punto de desvanecer.
Lo toma de la cintura con la mano izquierda, aferra los dedos en la piel y lo ayuda, guiando o siendo guiado en ese pequeño vaivén que le quema. Gruñe, jadea demasiado fuerte con la sola imagen que se presenta sobre él. Lee Donghae era un espectáculo, una criatura digna de admirar, su piel se veía tan impoluta y virginal, sin una sola imperfeccion, tanto que se devatia en su interior por mantenerla así o marcar hasta la más mínima superficie.
Algo brillante llamo su atención, bajo la mirada a las manos de Donghae en su pecho, dándose cuenta de que no se quito lo anillos, los largos dedos estaban cubiertos por los metales y las piedras preciosas, por alguna razón eso le gustaba. No quería soltarle la cintura, pero quería tomar sus manos, así que lo hizo con el brazo que aún tenia enyesado, llevo los dedos del omega hasta sus labios.
—No la debes de mover—Jadea con preocupación, tomándole el brazo lastimado con una mano y apoyándolo sobre almohadas.
Hyukjae no responde solo separa los labios, desliza la lengua fuera para lamer la yema de los dedos. Donghae sonríe, sus ojos se ven brillantes a la vez que comienza a moverse con más velocidad, deslizando los dedos dentro de la boca del alfa.
—Hay cosas que no se olvidan—Ríe con alegría pura, dejando los ojos en blanco antes de echar la cabeza hacia atrás.
Por alguna razón a Hyukjae le gusta, la sensación de calor y ser apretado por su marido, combinado con el oro helado alrededor de los largos dedos de Donghae. Los chupa y lame, pasando la lengua mientras succiona.
Apoya los pies en la cama y empuja la cadera hacia arriba para embestir a su omega, lo vuelve a hacer, escucha como sus pieles chocan y como entra aún más profundo, lo ve luciendo como un ángel. Y duele, le duele la pierna con la fractura en recuperación, le arde cada que se empuja hacia arriba pero eso se mezcla con la calidez y el placer de estar dentro de su omega. Cada sonido que salía de esos delgados labios rosa y cada minimo gesto que se formaba en ese precioso rostro era un deleite. Su cuerpo entero ardía por lo que era fácil ignorar el dolor.
Placer.
Esa era una definición bastante acertada a ese momento de su vida, especialmente cuando sintió esa sacudida en su cuerpo y alma, cuando el corazón le retumbó en los oídos y el cosquilleo le recorrió desde la yema de lo dedos hasta el bajo vientre supo que estaba cerca del final y no quería. Deseaba que ese momento y esa imagen fuesen duraderos, lucia tan bien además de que lo montaba aún mejor. Sabía exactamente como moverse para llevarlo al borde del orgasmo. Le mordió los dedos que presionaron su lengua pero no trató de sacarlos aunque la saliva le escurría por a barbilla.
—Hyukjae... ¡Hyuk! ¡Jae! ¡Jae!—Su nombre termino en dos sílabas ahogadas que se perdían lentamente en los jadeos de placer de su marido. El escuchar su nombre solo lo hizo llegar al final, los dos juntos. Dando un último empuje sintiendo el dolor atravesarle desde el tobillo, por la espinilla, terminar en su rodilla y un par de segundos despues corriendose al mismo tiempo que Donghae.
Y se sentía en la gloria.
Se anudo en su interior, sentía como crecía y como su omega lo apretaba más, como se estiraba hasta adaptarse perfectamente a él.
Su esposo se inclinó sobre el, sacando los dedos de la boca para besarlo, un beso que recibió ansioso, separando los labios para entrelazar sus lenguas. Recorrió el cuerpo ajeno con una maestría sorprendente, una extraña familiaridad y confort. Se empujó de nuevo hacia arriba, apoyando los talones en la cama y el dolor se sintió más real que la última vez, logrando que un grito saliera de sus labios.
—¿Estas bien?—Donghae lo ve con preocupación, sus pupilas dilatadas como dos posos oscuros y sus labios brillantes y rojos.
—Yo...
Quiere decirle que esta bien, que no es nada, que el dolor que le escuece la pierna como si se la hubiera partido a la mitad apenas y se siente. Realmente lo desea con fuerza pero no puede, ni siquiera puede hablar. Donghae se ve preocupado y trata de levantarse, pero no puede, están anudados. El gruñe y su omega grita, la preocupación le había hecho pasar por alto ese detalle.
—Llamare al doctor—Se inclina para tomar el teléfono pero Hyukjae se aferra a su cadera y lo embiste, se apoya en el pie sano y empuja hacia arriba, hundiéndose un poco más en ese cuerpo lleno de energía.
—Estoy bien.
¿Lo está? Probablemente si no fuera por la calma que le transmite Donghae, por el efecto del orgasmo o el estar dentro e omega, estaría llorando por el dolor insoportable. Pero el resto de su cuerpo se siente caliente y puede ignorar el dolor si eso significa seguir a lado de su precioso esposo. Estaba apreciando esa palabra y definición.
—Hyukjae, es necesario...
Donghae era tan bondadoso, lo cuido cuando estuvo inconsciente y en este momento se preocupaba por su salud, se merece mucho. Se merece todo...
Ese fue su último pensamiento antes de caer inconsciente envuelto por el dolor.
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Una disculpa por la tardanza. No los he abandonado.
🤍😘
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LOST (Omegaverse)
FanfictionUn accidente de auto, un par de huesos rotos y una caída en cadena que te lleva a replantearte toda tu vida. Llegando a la conclusión de que te has perdido entre las mentiras y la verdad ¿Acaso todo era una farsa?