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"... No hay lugar para los débiles en este mundo..."

Esa frase finalizaba el mensaje que fue enviado a todos los integrantes, Missa sintió que aquellas palabras estaban dirigidas específicamente a el.

— (Tal vez tengan razón...) — Pensó mientras veía su intercomunicador.

Con mirada triste se giró a ver a sus compañeros, todos se veían preocupados, no era seguro salir a buscar a su amigo.

— Debemos volver a casa y prepararnos, no tenemos opción. — Expreso Rubius.

Missa al igual que Spreen asintieron con la cabeza, el único inconforme era Shadoune.

— ¡No puedo dejarlo tanto tiempo con esos bastardos! Iré yo solo. — Propuso el Francés mientras tomaba rumbo a donde tenían a su amigo.

— ¡No! — Dijeron al unísono Missa y Rubius.

Spreen se mantenía callado, aunque fuera cruel; en su mente pensaba que si Shadoune iba solo y moría tal vez tendría una oportunidad con Missa.

— Nos vamos todos juntos a la casa, nadie va a ir solo a ningún lugar. —

Missa finalmente hablaba como alguien "mayor" en el equipo, alguien que empezaba a tomar decisiones. Se acercó a Shadoune para tomarlo brazo y jalarlo hacia la dirección contraria.

Este gesto dio gracia a Rubius que se unió a tomar al Ente de su otro brazo libre para llevarlo a casa, aunque el francés se hiciera el fuerte todos sabían que no estaba en buenas condiciones.

— Anda frantuche, está noche prometo no roncar tan alto. — Bromeo Rubius.

Era bien sabido que el español roncaba como un... Oso. Realmente era molesto para las habitaciones aledañas a la de el, entre esas estaba la de Shadoune.

Este último río sutilmente, era tentador el trato. Asi que acepto aun preocupado por Quackity.

— Vámonos Spreen, como tu padre te prohíbo que hoy duermas fuera de casa. —

Hubo un refunfuño por parte de Spreen que rodo sus ojos y se cruzó de brazos para comenzar a seguir a sus compañeros con cierta molestia.

Sin embargo, Missa soltó el brazo del francés y fue directo con Spreen.

Este ultimo se sorprendió de que Missa se le acercara de la nada, a si mismo el mexicano saco de su mochila una pequeña caja de color negro cuidadosamente envuelta con un moño color morado.

— Conseguí esto para ti... Creo que tus otras gafas se rompieron y un tipo muy amable me las dio a cambio de un par de cabellos míos — Hizo una pausa antes de seguir hablando.

— Ese tipo olía a limón, dijo llamarse "Paco Porros". — A pesar del gesto amable de Missa, su voz se escuchaba apagada y ni siquiera podía ver al híbrido menor a los ojos.

— G-gracia' capo. — Exclamó confundido con su peculiar acento argentino.

Tomo aquella caja con suavidad, la desenvolvió con cuidado y miro al interior unas relucientes gafas negras idénticas a las suyas.

Las tomo entre sus garras y las coloco sobre su rostro, estaba por volver a agradecer el gesto a Missa pero cuando alzó la vista miro como el chico había vuelto a tomar el brazo de Shadoune e iba caminado a su lado.

Una expresión de melancolía se apoderó de su rostro. Aunque agradecía tener ahora unas nuevas gafas para disimular, aparte casi nadie conocía el color de sus ojos.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ʜᴀʏ ᴀᴍᴏʀ |ᴍɪssᴘʀᴇᴇɴ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora