ᴇɴᴛʀᴇ ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ʜᴀʏ ᴀᴍᴏʀ |ᴍɪssᴘʀᴇᴇɴ|

ᘛ 24 ᘚ

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El sonido resonó en cada extremo del mundo al igual que el mensaje se mostró en cada uno de los intercomunicadores de los participantes.

Missa estando bajo tierra jugando y cepillando a sus ovejas solo dio un saltito por el ruido repentino.

Reviso su intercomunicador con temor  y encontró el mensaje que anunciaba la muerte de "El novio de Spreen", dicha muerte perpetrada por el mismo Argentino.

Sus cejas se arquearon con sorpresa.

— Fue capaz de matar a su... Novio... No, no... El no es así, o ¿Si?. — Hablo para si mismo buscando una explicación lógica.

Seguramente era un error, una falla en el código o algo parecido. Aventó el cepillo con el que acicalaba a sus ovejas y salió corriendo directo a la base.

Entro y avanzo rápidamente a la sala de cofres donde había escuchado a la pareja discutir.

Una vez que abrió la puerta miro el cuerpo inerte del mexicano cubierto de sangre y con un agujero en la parte de su pecho así dejando desgarrado el bordado de araña que tenía en el centro de la hoddie.

Tan solo verlo ahí lo dejo aterrado, su vista se giró a Spreen quien se estaba colocando sus gafas para después comenzar a limpiar su espada tranquilamente.

Este se percató de la presencia del mexicano y sonrió de medio lado al verlo.

— Che Missa, pásame un trapo limpio que este ya se hizo poronga. — Mostró el trapo cubierto de sangre, incluso parecía gotear sutilmente.

El pelinegro se quedó mudo, debajo de su máscara tenía una expresión de confusión e incluso miedo por Spreen, un miedo que creía olvidado en un pasado donde 8cho era su captor.

Spreen parecía relajado, aunque en su rostro se mostrarán algunas salpicaduras de sangre que seguramente eran del mexicano muerto en la sala.

— ¿Estás bien boludo? — Volvió a preguntar girando su rostro levemente.

Missa se había quedado petrificado, estando totalmente aterrado solo pudo dar un paso atrás para comenzar a correr hacia la habitación del francés.

— ¡SHADOUNE! ¡SPREEN ESTA LOCO! — Grito mientras subía las escaleras.

Una vez frente a la habitación abrió la puerta y entro rápidamente cerrando detrás de el.

Por su parte el francés estaba durmiendo profundamente, en cuanto Missa entro ni siquiera le dio oportunidad de levantarse.

El mexicano se abalanzo sobre su cama y se cubrió con la cobija de su amigo buscando refugio en este mismo.

— ¿Missa? ¿Estás lastimado? ¿Tuviste pesadillas? — Inmediatamente busco verlo al rostro.

Tomo suavemente sus mejillas y quitó su máscara de la misma forma, miro sus ojos asustados y de inmediato le dio un suave abrazo.

Missa susurro algo, Shadoune no pudo escucharlo con claridad. El menor balbuceaba una y otra vez esas palabras.

— ¿Qué dices Missa? — Inquirió con su notorio acento Francés.

— ¡Ese pude haber sido yo! — Exclamó asustado.

El Ente alzo una ceja incrédulo de lo que escuchaba.

— ¿Pudiste ser... quien?... —

— ¡El tieso! Spreen mato a su novio! Está muerto en la sala de cofres! — Hizo una pausa para tomar aire — Pude haber sido yo, si le hubiera dicho a Spreen lo que sentía seguramente un día me hubiera matado! Al igual que el... —