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Mientras Rubius y Spreen miraban el terreno donde estaría secuestrado el híbrido de pato.

Missa ayudaba a Shadoune a incorporarse, aún estaba débil a pesar de haber tomado un par de manzanas doradas.

El cuchillo que tuvo clavado en la espalda tenía una clase de veneno que hacía que tuviera efectos duraderos como: "Cansancio" y "Envenenamiento".

El chico de la máscara de calavera trato de darle un vaso de leche para revertir los efectos, pero ni eso funcionó.

— Me siento fatal. — Susurro Shadoune.

— Tienes que estar bien... Por Quackity, el te necesita, yo te necesito. — Rogó Missa tomándolo de la mano para darle fuerza.

El Ente solo sonrió de medio lado y trato de mantenerse erguido para ya no preocupar más al chico frente a el.

Sin embargo, por dentro Shadoune sentía como el mundo se le venía encima: El que consideraba la persona más importante en su vida, estaba en manos de unos seres despreciables.

Tenía pánico de lo que le podrían hacer, ya había visto la clase de monstruos que eran tan solo con Missa.

Aparte que ahora se sentía débil y no podía sostener su espada con fuerza.

Estaba enojado con Spreen, no le podía confiar su propia vida o la vida del chico con alas de pato. Debía de traer a los refuerzos, a alguien en quien podría confiar ciegamente.

No había duda, debía de hacer una carta de ayuda urgente a EliteCraft.

¡🦆!

Por su parte, Quackity estaba recostado, vendado de ojos, pies y manos detrás de su espalda, inmovilizado. Solo podía sentir su suave piel chocar con la áspera roca del piso.

Lo habían despojado de sus prendas solo dejándolo en ropa interior, aún así trataba de darse calor y refugio a si mismo con sus alas. 

Había estado toda la noche en lo que deducía era alguna clase de sótano.

Desde que fue sorprendido a la orilla del río y tomado por la espalda, estaba consiente de haber sido drogado. Debido a los dolores de cabeza.

Lo último que recuerda es ver a un hombre apuñalar por la espalda a Shadoune. Tenía miedo de que hubieran terminado con la vida del Ente.

Lo habían despojado también de su intercomunicador, no tenía forma de pedir ayuda o tan solo ver si la aventura del francés había terminado la noche pasada. Solo le quedaba estar atento a cualquier ruido.

¡🥀!

No pasó mucho cuando escuchó una puerta de metal abrirse en la misma habitación donde estaba.

Inmediatamente se puso a la defensiva y en cuanto sintió una mano tocar su cabeza, se removió de forma violenta.

— ¡Suéltame pendejo! ¿¡Que putas madres quieres!? — Grito desesperado.

Estaba cegado, solo escuchaba las risas burlonas de 2 hombres alrededor de el.

— Tranquilo pequeña escoria, solo queremos charlar contigo. — El primero en alzar la voz fue 8cho.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ʜᴀʏ ᴀᴍᴏʀ |ᴍɪssᴘʀᴇᴇɴ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora