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El río corría con tranquilidad acompañado de la luz de luna y el sonido del aire chocar con las hojas de los árboles, haciendo que la velada fuese fresca.

Spreen aún sentado a un lado del cuerpo en reposo del pelinegro notaba como este tenía ciertamente facciones finas y parecía inofensivo.

Pero no dejaba de verlo con rostro serio e incluso enojado; Se detuvo a pensar si realmente todo lo dicho era mentira, ni siquiera pensaba que podría ser una amenaza.

Sin embargo, tenía dudas y debían ser resueltas. Tomó al chico con cuidado para cargarlo y llevarlo a su base pues los mobs comenzaban a acercarse y en el intercomunicador nunca llegó ningún mensaje que anunciará la muerte de Jokki u 8cho, sin duda habían sobrevivido.

¡🍃!

Después de una caminata agotadora para Spreen por llevar en brazos al pelinegro que seguía durmiendo, llegaron a su base en dónde al parecer no había nadie.

El argentino bufó molesto pues en los últimos días ninguno de sus amigos estaba a menudo en la base asi dejándolo solo. Comenzaba a ser molesto para el hibrido tener que lidiar con aquellos pensamientos de soledad aun más tiempo.

Pero esta noche parecía estar "acompañado" de forma indirecta. Con el cuerpo del Mexicano en brazos, subió hasta su habitación donde lo dejaría descansar, ahí lo podía tener vigilado y sobre todo no molestaría a los demás miembros si llegaban exhaustos.

Cuando lo dejo reposando sobre la cama noto como este tenia por la parte del cuello múltiples marcas de dientes, se quito las gafas obscuras que tenia consigo y se animo a ver mas adentro, comenzando por quitar la capucha al joven dejando ver su cuello por completo y parte de su pecho. Con ceja alzada observó como esta clase de marcas se extendían a todo su cuerpo o al menos hasta donde podía ver.

Tocó con suavidad su piel, recibió leves quejidos por parte del menor que entre sueños trataba de alejarse de aquel tacto. Por un momento sintió lastima por aquel joven pues hasta el mas tonto podía entender que había sido victima de abuso.

El argentino suspiro pesadamente cerrando sus ojos un momento, pensando en que podría hacer por aquel chico frente a el.

— Pero este chavón no es mi problema — Susurró para si mismo.

Aquel pensamiento llegó de la nada, pues era cierto que protegía a quien le tenía aprecio, pero no era lo mismo con el joven frente a él.

Las ideas e hipótesis comenzaron a rondar por su cabeza hasta que se levanto con cautela para evitar que el menor se despertara; De su misma habitación tomo una silla y la puso frente a la cama.

Ahi se quedaría a custodiar al pelinegro, se cruzó de brazos y las horas comenzarán a pasar una a una.

Ningún miembro de su equipo se digno a aparecer en toda la noche, ninguno pregunto por Spreen y este mismo no pregunto por nadie.

¡🌿!

A la mañana siguiente el primero en despertar fue el argentino pues no pudo soportar toda la noche sin dormir, noto que aquel joven seguía descansando plácidamente sobre su cama, dejo sus gafas obscuras en el bolsillo de su pantalón pues no le apetecía usarlas en ese momento y fue abajo a prepararse el desayuno.

Había dejado al pelinegro encerrado en la habitación pero al cabo de no más de media hora escuchó como en el piso de arriba se caían un par de cosas.

Debía ser Missa que ya había despertado.

Con pereza subió las escaleras escuchando cada vez más cerca los ruidos que provenían de su habitación. Le quitó el seguro a la puerta y sin cautela alguna entró.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ʜᴀʏ ᴀᴍᴏʀ |ᴍɪssᴘʀᴇᴇɴ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora