ᘛ 25 ᘚ

392 51 11
                                    

✧•───────────•✧

Quackity había pasado 2 días encerrado en aquella cárcel de obsidiana, entre humedad y sangre, solo podía implorar morir para sobrevivir.

Solo esos 2 días habían parecido una eternidad. 

En cada "sesión" como burlonamente nombraron a todos los abusos cometidos uno tras otro contra el, quedaba totalmente desecho. Le dolían músculos que no sabía que tenía y sobre todo, su estómago siempre estaba revuelto.

Aparte que habían roto sus piernas a propósito para que no pudiera correr, ahora solo se podía arrastrar entre su propia inmundicia y restos de sangre.

Desde el día en que cortaron sus alas, supuso que no podría haber nada peor.

Pero vaya que se equivocó.

Jokki tuvo un plan macabro, tomo las alas del pato y sin siquiera limpiar la sangre o quitar las plumas, comenzó por hacer una "sopa" aderezada con hongos.

Esto no lo sabía aquel híbrido, solo escucho una vez más la puerta abrirse y se topo con un gran plato de sopa. Estaba hambriento y su estómago gruño.

Con una mueca de burla, 8cho acercó la cuchara con la "comida" a la boca del híbrido, es último no quería comer de aquello así desviando su rostro a un lado. Solo para hacerse el fuerte.

El colega de 8cho, Jokki, lo tomo con fuerza de la cabeza y tapo su nariz, obligándolo a abrir la boca y tragar esa cucharada.

Estaba jodidamente buena, era como un pedazo de gloria entre su lengua y dientes, o al menos eso es lo que percibía.

Después del primer bocado, bajo la mirada mientras relamía su labio inferior.

8cho sabía que al híbrido le había gustado la sopa, solo hablo para seguir lastimándolo psicológicamente.

— ¿Te gusto? Jokki es un gran cocinero, pregúntale a Missa cuando lo vuelvas a ver. — Pensó sus palabras y sonrió con malicia. — Ohh, olvídalo, nunca lo volverás a ver.

Quackity guardo silencio mirando al suelo, su estómago volvió a gruñir y esto alerto a los dos españoles.

— Hoy estamos de buen ánimo, puedes comer la sopa — 8cho sonrió fingiendo amabilidad.

Dejaron el plato en el suelo y desataron las manos del joven, ambos españoles se acercaron a la puerta para abrir esta.

El mexicano no resistió y se lanzó a comer la sopa sin pensarlo, cucharada tras cucharada fue llenando su estómago.

Sabía que no le pondrían veneno, aún era de valor para ellos. Y si fuera el caso, estaría agradecido de al fin morir para salir de ese sitio.

Desde el umbral de la puerta 8cho miro con asco al menor por la forma asquerosa en que comió, bastaron solo un par de minutos para que terminara el plato.

Quackity desde el suelo miro a su captor, aún tenía rastros de comida sobre la comisura de sus labios.

Estaba incluso dispuesto a pedir más de aquel plato hasta que le volvieron a preguntar al unísono.

— ¿Te gusto? —

Solo asintió ante la pregunta con una sonrisa perdida al igual que su mirada.

El mexicano comenzaba a tener algunas fallas psicológicas, habrían roto su espíritu e ideales en tan poco tiempo que si se mirara a un espejo, no se reconocería.

Ambos rieron por lo bajo, antes de revelarle que era aquel ingrediente secreto.

— Vale, le pusimos algunas especias, hongos y alas... — Comenzó por hablar Jokki.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ʜᴀʏ ᴀᴍᴏʀ |ᴍɪssᴘʀᴇᴇɴ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora