Noche de luna azul

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La noche era clara y la luna azul brillaba con intensidad. Phlox y Pinguinita caminaban juntas por el bosque, disfrutando de la belleza de la noche.

De repente, una hormiga apareció de la nada y besó a Pinguinita. La pingüina se sorprendió y se apartó de la hormiga, enojada.

"¡Qué te pasa, Carlitos!", le gritó. "¿Por qué me besaste?"

"Porque eres linda", respondió la hormiga, sonriendo. "Y yo soy un hormiguero muy guapo".

Phlox estaba furiosa. "¡Eres un grosero!", le dijo a Carlitos. "No tienes derecho a besar a Pinguinita sin su permiso".

"¿Y tú quién eres para decirme lo que tengo que hacer?", respondió Carlitos, desafiante.

Phlox se acercó a Carlitos, con las manos en los puños. "Yo soy su amiga", dijo. "Y no voy a permitir que la molestes".

Carlitos se rió. "¿Qué vas a hacer?", preguntó. "¿Me vas a pegar?"

Phlox estaba a punto de responder cuando, de repente, Carlitos la besó.

Pinguinita y Phlox se quedaron paralizadas, mirándose a los ojos. La luna azul brillaba sobre ellas, creando un escenario de amor.

Lentamente, Pinguinita se acercó a Phlox y la besó. Phlox correspondió al beso, y las dos se fundieron en un abrazo apasionado.

Carlitos, que todavía estaba allí, se quedó boquiabierto. No podía creer lo que estaba viendo.

Las dos amigas se separaron, sonriendo. "¿Qué fue eso?", preguntó Pinguinita.

"No lo sé", respondió Phlox. "Pero creo que lo entendí".

Las dos amigas se abrazaron de nuevo, esta vez con más ternura. Sabían que algo había cambiado entre ellas, algo que nunca volvería a ser lo mismo.

La luna azul siguió brillando, testigo de ese momento de amor y descubrimiento.

Historias de Subs (Novela Ligera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora