Capítulo Veintiseis

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ZOE

—La mejor parte para otro momento— digo bajándome del coche. Rafe baja del coche acercándose a mi.

—Eres mala— dice y vuelve a besarme. Nos separamos y me acompaña hasta el porche de la casa.

Me da otro beso para despedirse de mi y entro.

Al entrar abr los ojos como platos al ver a la persona que estaba sentada junto con Barry.

—¿Papá?— dije asustada, no le podía mover. ¿Cómo me encontró?, ¿por que tuvo que venir hoy que estaba siendo un día magnífico?.

—¿Creías que no vendría el día de tu cumpleaños?— dice este levantándose acercándose a mi. Yo retrocedo dos pasos.

—No te espera...— digo sin poder mirarle a la cara. Realmente tenía miedo.

—Bueno, ya que has llegado me voy a trabajar, les dejo para que hablen de sus cosas— dice Barry cogiendo su chaqueta y saliendo por la puerta. Dejándonos oficialmente solos a mi padre y a mi.

—¿A qué has venido?— digo caminando para alejarme de él.

—Vengo a llevarte a casa, conmigo donde deberías estar— dice serio acercándose.

—Ese lugar dejó de ser mi casa hace años, y jamás volvería contigo— digo recalcando la palabra "jamas".

—Lastima que no te lo estaba preguntando, te lo estaba afirmando— dicho eso sus pasos hacia mí aceleraron y yo corrí a la cocina, le tiré algunos objetos pero fue en vano.

Me alcanzó y me cogió como saco de papas. Pataleaba y gritaba con la esperanza de que alguien me escuchara, pero nadie podía hacerlo.

Entró a mi habitación y me tumbó en la cama. Empezó a quitarse la camiseta, a desabrocharse el cinturón y seguido de este los pantalones...

Otra vez no...

No podía reaccionar, estaba en shock otra vez. La única diferencia es que esta vez nadie podría venir a salvarme...

Se tumbó encima mío y empezó a darme besos por el cuello.

—¡Por favor para!— grito pero el me ignora.

Ya esta... ya no habían vuelta atrás, iba a perder la virginidad con el desgraciado de mi padre y no hay nada que yo pueda hacer para evitarlo.

Pero parece que los Dioses escucharon mis gritos y me trajeron una salvación

—¡Aléjate de ella!—grita Rafe y al ser repugnante que llamo padre no le da tiempo a reaccionar cuando Rafe lo agarra quitándolo de encima mio poniéndose el entre mi padre y yo.

—¡Qué coño haces!— se queja el barbudo.

—¡Qué coño haces tu, viejo de mierda!— dice Rafe acercándose a él cabreado y le coge del cuello de la camiseta—¡es tu hija!— le pega un puñetazo.

Mi padre se deshace de su agarre y lo empuja, luego le pega un puñetazo tumbándolo en el suelo.

—No te metas en asuntos que no te incumben, muchacho— le dice el barbudo a Rafe, que estaba tumbado en el suelo escupiendo sangre, tenía la nariz rota.

Mi padre vuelve a acercarse a mi y Rafe se levanta un poco débil. Había que aclarar que mi padre estaba mil veces mas fuerte que Rafe y es un milagro que se haya podido levantar después de tal golpe.

—No te metas tu con mi novia puto pedofilo— dice, le coge del hombro, le da la vuelta y le pega un puñetazo provocando que mi padre se diera con el cabecero de la cama y cayera al suelo sin moverse.

¿𝚀𝚄𝙴 𝙴𝚂𝙲𝙾𝙽𝙳𝙴𝚂? || 𝐑𝐚𝐟𝐞 𝐂𝐚𝐦𝐞𝐫𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora