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Siempre me fui por el lado de la pintura. El deporte nunca fue lo mío, nada relacionado con eso pero la vida me hizo cambiar de opinión sobre ello ya que ahora mi novio era el capitán del equipo de Voleibol de la preparatoria Shiratorizawa. Si, de algún modo me involucre en el deporte más de lo que me hubiera gustado pero me agradaba.En este momento yo era quien apoyaba y animaba en los partidos, incluyendo los amistosos. Nunca me imagine así.
-¿Agua?- ofrecí.
-Me das dos vasos por favor- pidió un chico bastante amigable -No pensé que tenían a chicas tan lindas aquí.
-Gracias por el halago pero no soy tan fácil de convencer- sonreí entregándole los vasos de agua.
-Solo digo la realidad de los hechos- prosiguió -Eres bastante linda.
Mire a lo lejos a Ushijima hablar con una chica, al parecer era la manager del otro equipo.
Me gustaría saber que estaban hablando porque incluso logró sacarle una pequeña sonrisa y eso era casi imposible de lograr.
Le sonreí al chico y continuamos nuestra conversación, pasando por alto a Ushijima, quien ahora mantenía una cara larga a distancia.
Tragué saliva cuando se nos acercó y me tomó del brazo para alejarme de la situación. Me molestó un poco su actitud y no dude en hacérselo saber y tras eso nuestra comunicación cesó. Se fue antes que yo y me ignoro por completo toda la tarde. No entendía lo que le había sucedido porque su comportamiento no era para nada común en nuestra relación así que decidí irme esa misma noche de mi casa para ir a la suya.
Llevaba puesto una sudadera que le pertenecía a él y unos pantalones cortos, además de portar pantuflas en mis pies.
Ya en su casa golpee la puerta y le regale una sonrisa a su madre ya que me dijo amablemente que Ushijima estaba en su habitación y que podía pasar. La relación entre ambas era demasiado bonita, no tenía ningún inconveniente cuando me quedaba a dormir y juntas preparábamos los mejores postres.
-Muchas gracias.
Dije para luego subir las escaleras en dirección a la habitación de mi novio. Sabía bien el camino y pensar en eso me hizo recordar varios momentos que pasamos aquí en su casa. Eso me hizo sonrojar.
-Ushijima.. puedo pasar?- no oí respuesta.-Ushijima.- volví a llamar.
Sin más abrí la puerta, encontrándome con él en el suelo mientras lanzaba un balón de Voleibol al aire para luego atraparlo e imitar la misma acción una y otra vez, siendo visto por mi.
-¿No me vas a hablar?
No respondió.
La molestia se estaba haciendo presente en mi rostro así que con la misma rapidez con la que él se fue esta tarde, camine hacia el, quedando de pie sobre su cuerpo. Con mis pies a cada costado de su torso espere a que lanzará el balón para poder atraparlo entre mis manos.
-¿Ahora si me vas a hablar?
-Devuélveme el balón.
-No.- puse el balón detrás de mi espalda.
-____ devuélveme el balón ahora.- remarcó.
Negué mi cabeza y me quite de encima suyo para poder mantener una pequeña distancia entre ambos.
-No lo haré.- me mantuve firme -No hasta que me digas que sucede. Me has estado ignorando toda la tarde, ni siquiera contestas mis llamadas..
Él suspiro y para mí sorpresa se sentó, dirigiendo la mirada hacia otra dirección. Parecía un niño pequeño por el expresión que mantenía de indignación en su rostro.
-Le sonreíste a otro chico.- dijo en voz baja pero alcance a oírlo.
Sonreí enternecida.
Siempre creí que el amor estaba acompañado de inseguridades, de las cuales había experimentado una que otra en algún momento pero cuando descubres lo que es enamorarse te acostumbras a sentir tantas emociones.
-¿Y por eso estas así?
Suspiró -Pues si.
Solté el balón y me senté frente a él para tomar sus manos. -Solo estaba siendo cortes.
-Lo sé pero te veías bastante alegre conversando con él- frunció su ceño.
-¿Te puedo decir un secreto?- con eso llame su atención.-Esto en realidad no es un secreto pero estoy completamente enamorada de ti y quiero que sepas que incluso hablando con miles de chicos nunca nadie me hará sentir tan bien como tú. Eres único para mi.
-Por favor no hables con miles de chicos.
Reí y me lance sobre él para poder abrazarlo con todas mis fuerzas.
-No lo haré, lo prometo- dije dejando un beso en su mejilla. -¿Aún quieres tu balón?
-No, ya no lo quiero.
-¿Seguro?
-Prefiero otra cosa.
Y me beso.
Se trataba de un beso lento, de esos que eran suaves y tranquilos. Sentí como su mano bajó para ubicarse en mi espalda baja tímidamente, haciendo un pequeño empuje hasta acercarme aún más a su cuerpo. Ahora el beso era marcado a un ritmo salvaje, siendo ahora brusco pero delicado.
Me había dado cuenta de que cuando nos sentíamos así los besos que seguían solían ser mucho más intensos de lo que normalmente eran y pude sentirlo en este momento por la forma en que trataba de acercar aún más mi cuerpo al suyo, en como me acariciaba y como me besaba.
En ese instante todo a mi alrededor desapareció. Sólo éramos nosotros y no me importaba nada más que él, lo único que quería era devorar sus labios pero sé separo con la respiración agitada.
-____..- su voz cambió a una más ronca.
Sus labios estaban rojos y ligeramente hinchados. Fue en lo único que logre fijarme porque cuando intenté decir algo al instante sus labios fueron a parar en mi cuello. Mis mejillas se encendieron al sentir su respiración contra mi piel pero todo aumentó cuando comenzó a besarme. Me besó el cuello, la clavícula y parte de mi hombro de manera tan suave. En pocas palabras devoró mi punto más sensible en pocos minutos.
Del mismo modo quise causarle los mismos sentimientos pero no era nada experta por lo que solo deslice mi mano por su pecho.
Íbamos a seguir, sin embargo los golpes en la puerta nos hicieron alejarnos rápidamente.
-Preparé bocadillos- anunció su madre.
Ambos nos pusimos de pie con la diferencia de que yo fui al baño y Ushijima a recibir los bocadillos.
Lave mi rostro, quedándome un momento con mis manos cubriéndolo y detrás de ellas no pude evitar sonreír al recordar lo que recién había sucedido.
En eso que levante mi cabeza mire mi cuello y al encontrarme las marcas rojizas que le hacían compañía no supe que hacer.
Ushijima..
Me coloque la capucha de su sudadera y tire de los cordones para poder dejar a la vista solamente mi rostro. Y de esa manera salí.
-¿Te viste en el espejo?- preguntó burlesco.
-Tendré que estar así hasta que no se vean- caí sentada en su cama.
-¿No te gustan?
No quise darle el gusto así que murmure -Si me gustan..
Sabía de su intención ante aquellas marcas y lo que ya se sabía lo quiso hacer recordar. Le pertenecía al igual que el me pertenecía a mi.
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DayanaPanda28 holaa perdón la demora también.
Espero te guste^