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—Me gustas.. —Incline mi torso hacia adelante, extendiendo entre mis manos una caja con galletas que había hecho la noche anterior con ayuda de mi familia.
Aone no habló, ni un suspiro oí de su parte. Me sentía tonta aunque no podía juzgarlo. Yo si hubiera podido también me hubiera rechazado a mi misma. Dude incluso de mi apariencia mientras tambaleaba todo el camino a casa pero no quería llegar ahí ¿Dónde se supone que vas cuando no tienes a donde ir?
Me esforcé por no hacerme decaer con ese tipo de preguntas y llegando a casa me escondí entre las mantas de mi cama para poder dormir hasta olvidar lo sucedido.
Deje de ayudar en el club de Voleibol de la escuela y comencé a enfocarme en mis calificaciones, las cuales habían bajado desde que Aone se mudo en mi cabeza para después no querer salir de ahí.
[...]
Acomode mi bolso en mi hombro y salí de mi salón de clases para irme lo más rápido de ahí. Últimamente he evitado encontrarme con los miembros del club porque la razón por la cual renuncie solo la sabía el entrenador y temía que lo haya comentado sin querer. Sentía vergüenza de mi misma por esa declaración, sin embargo debía de hacerlo para saber si era correspondida y de verdad que esperaba que así fuera pero lamentablemente aveces me equivoco.
-No te puedes esconder por mucho tiempo de nosotros ¿Lo sabias?
Me paralice al oírlo y me di media vuelta para inclinarme al saludarlo. Siempre le tuve mayor respeto a Moniwa al ser mayor que yo, además de ser el capitán del equipo.
—No me escondía. —Intente justificarme pero interrumpió cada una de mis palabras con sutiles muecas.
—No soy tan tonto ____. Sé que no renunciaste solo porque si.
—Tengo malas calificaciones y debo subirlas.
—¿De verdad? -Sé cruzo de brazos. —¿O es acaso que..
—No. —Negué rápidamente. —Es por eso, además de que ya no me necesitan. Solo hacia los mandados de parte de su manager.
—Pero tu presencia también ayudaba. ____ eres literalmente el motivo por el cual todos quieren seguir yendo a las practicas. Eres el principal motivo del porque nos llaman muro de acero.
—No te entiendo Moniwa..
—Somos el muro de acero porque detrás de el estas tú. —Acercó su mano a mi cabello y lo despeino. —Detrás de cada muro hay una princesa y Aone está dispuesto a manter el muro firme.
—No es verdad. —Murmure.
—Es cierto.
—A Aone no le gusto. Si esta dispuesto a mantener el muro firme es por el equipo.
—Le gustas ____ pero no sabe como expresarlo, lo conoces. Apenas puede hacerlo con nosotros. —Me tomó por los hombros. —Dale una oportunidad.
—Me declare ante el ¿Sabias eso? —Sé quedo mudo ante mi aclaración. —Y solo me miró como si yo fuera un bicho raro diciendo tonterías. No supo que decirme.
—Vuelve con nosotros.
—No lo sé.. -Deslice una mano por mi cabello, acomodándolo —Pero lo pensaré ¿Si?
Intente sonreirle pero solo se me formó una mueca en los labios y él solo me mostró una mirada apenada.
[...]
Ya había pasado un buen tiempo desde que me alejé de todo lo relacionado al Voleibol y eso incluía a todos los chicos. Sin embargo tome las agallas para poder ir a las Preliminares del Interescolar y poder verlos jugar porque eso siempre fue lo que ame de ayudar en los entrenamientos. Me gustaba ver la pasión y el esfuerzo que ponían en cada bloqueó, remate y saque.
