-Millones de gracias por venir, yo soy...
-Paula Frías, la mano derecha del señor Matallanas. La conozco.
-Verá, Mary... le agradezco mucho su visita, que haya aceptado con tanta rapidez. Es importante que hablemos.
-Usted dirá...
-La calle se está complicando. Lo de Erick...
-¿Su muerte? -Mary Mantilla hincó el colmillo sin perder la oportunidad-. A eso se refiere, ¿no?
-Las cosas en la calle no van bien y usted lo sabe. No se trata de hacer política, sino de mantener el orden en la sociedad.
-¿Y qué orden es ese?
-No es sostenible en el tiempo que haya disturbios todos los días. El cuestionamiento al estado de salud de Don Leo es otro factor con el que nos está costando lidiar. Ruth, su hija...
-¿Qué quiere, señora Gris? -Interrumpió Mary, intentando acorralar a Paula.
-Quiero... más bien... necesito y este país necesita que la gente de la prensa, gente como usted, que quiere hacer un buen trabajo, colabore para restaurar la paz y la cordura.
-¿Para cuándo está previsto el funeral?
-Mary, las cargas policiales...
-¿Será un entierro al uso o una cremación?
-La policía...
-Paula, yo me debo a la sociedad. A esa sociedad que usted dice que quiere tranquilizar. Pero una cosa es tranquilizar y otra muy distinta es anestesiar. Si lo que pretende es que yo aparque el tema, me temo que no vamos a llegar a un entendimiento.
-Erick Matallanas nunca fue el objetivo, Mary. Usted lo sabe, lo que ha pasado aquí es un intento de magnicidio.
-Sí, y yo no le llamaría intento. Aunque no haya sido Don Leo, ha habido un muerto...
-Don Leo es clave, porque las encuestas se han disparado y va a ser Presidente de Gobierno, a no ser que...
-¿"A no ser qué"? Habría jurado que usted estaba en su campaña... que le quería en la Moncloa.
-Verá, Mary... le hablaré como ciudadana. No nos puede gobernar un loco.
-¿Por qué me pide ayuda a mí? Doy por sentado que usted tiene acceso a cualquier otro medio, a la prensa más reputada. ¿Por qué a mí?
-Porque usted representa a los inmigrantes y lo que le estoy ofreciendo es limpiar el nombre de los Latin Boys. El bulo de la reyerta no hace más que exacerbar el racismo y la xenofobia, eso usted lo sabe y, más que saberlo, lo padece. Ayúdeme a contar la verdad, a que la gente entienda que lo que ocurrió en el párking de Erick Matallanas fue un sicariato contra Don Leo, ejecutado por gente que no quiere que un loco gobierne este país.
-Usted sabe, Paula, que mis fuentes me han hablado de un incidente distinto...
-Un incidente que ya fue desmentido y aún así el tema de las bandas latinas está más presente que nunca en la televisión nacional, en la radio, en los grandes grupos de comunicación...
-Vaya al grano, por favor, ¿qué quiere de mí?
Paula rebuscó en la mesa de nogal hasta dar con un dossier encuadernado con anillas de metal.
-Mary, este es el informe psiquiátrico de Don Leo. Cuando lo lea, verá que un mandato así es impracticable, por muchos apoyos que tenga, y que este material no ha estado ni estaría jamás al alcance de los Latin Boys, pero sí de otros grupos de poder, y que esos grupos de poder son los que posiblemente estén detrás del atentado. Haga que salga a la luz cuanto antes para restaurar la paz de este país, para evitar años de locura institucional...
-¿Para vengar la muerte de su compañero, señora Gris? Entiendo que erais muy amigos. ¿Usted ha visto el cuerpo? ¿Qué ha determinado la autopsia?
-Mary, estoy poniendo en sus manos la llave que abre las puertas de la sensatez. Úsela.
Paula se levantó y abandonó el despacho, dando por terminada la visita.
En cuanto puso un pie en la calle, la endeble Mary Mantilla tuvo un ataque de tos. Enroscó la gruesa bufanda varias veces alrededor de cuello, dejando caer un trozo de tejido sobre su pecho y cerró el abrigo de plumas como si aquello pudiera ayudarle a recuperar la normalidad de su respiración. Tosía por el frío de diciembre, sí, pero también sufría de una tos nerviosa que la atacaba en los momentos de mayor estrés. Según su médico, una respuesta de su cuerpo a los picos de cortisol.
Rebuscó en el desorden de su amplísimo bolso, tanteando entre paraguas, espejos, pintalabios, libretas, bolígrafos e incluso algún medicamento, hasta dar con su móvil. Usó el botón de marcación rápida.
-¿Le ha pasado algo al niño? -La voz de Pedro Yáñez, su exmarido y colega de profesión, trabajando en El Observador de Córdoba, no tardó en aparecer al otro lado de la línea.
-No, no, Pedro. El niño está bien. Lo dejé con mi madre, estará encantado poniéndose hasta el culo de galletas y palomitas. Te llamo por otra cosa.
-¿Relacionado con Matallanas?
-Sí, necesito que me hagas un favor.
-Mary, te estás obsesionando con esa mierda...
-No, te prometo que no. O tal vez sí, Pedro, no lo sé. Pero necesito que me eches un cable. Sabes que no te lo pediría si no fuera estrictamente necesario.
-A ver...
-Tengo un informe psiquiátrico del aspirante a la Presidencia...
-Mary, eso es...
-Es falso.
-¿Qué?
-Estoy casi segura, no me preguntes por qué, pero algo me dice que es falso.
-Y qué quieres que haga?
-Necesito que lo filtres en tu periódico.
-Los cojones treinta y tres.
-No, Pedro, de verdad, escúchame... es muy importante que hagamos esto, hay muchas cosas que no te puedo explicar todavía, pero tienes que confiar en mí...
-La última vez que confié en ti te tiraste a mi hermano, no sé si te acuerdas...
-Pedro, no mezclemos... Por favor, sé maduro y piensa con la cabeza fría. Me conoces desde hace muchos años, sabes que si te estoy pidiendo esto es porque hay algo gordo detrás.
-La más lista de la clase...
-Y tú el más listo de la clase... la mejor dupla que ha existido.
-Me estás pidiendo que me juegue mi puesto, que haga el ridículo delante de todo el país, un país que últimamente va de magnicidios, contenedores quemados y policía violenta, por si no te has percatado...
-Te juro por Hugo que, sea lo que sea, compartiré contigo la culpa o el crédito... a su debido tiempo.
-Lo que quiero que compartas conmigo es lo que tienes. Si quieres que la cague a este nivel y, peor todavía, que la cague a sabiendas de que la estoy cagando, por lo menos explícame el motivo.
-No puedo, Pedro, me encantaría, pero no.
-Entonces, al menos, explícame por qué no...
-Porque no sé exactamente qué o a quién estoy persiguiendo y necesito que, si esto se me va de las manos, uno de los dos no esté en peligro... porque tenemos un hijo.
-En media hora en el bar de las patatas bravas.
-¡Gracias, Pedro, eres un...
-Cuídate. Sea lo que sea. Cuídate. Yo soy el padre de Hugo, pero no puedo ser su madre. Por favor, entiende eso.
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OTRO INCENDIO POR LLEGAR
General Fiction-¿Quieres tener una relación tóxica conmigo? -Llegados a este punto, ¿por qué no? -Tampoco sería la primera vez... Erick ha decidido sacar a Mia, su exmujer, de la cárcel en la que está por prenderle fuego al coche de Robert, su actual marido, algo...