Alguien que crea en ella

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-Tienes que sacar a tu padre a la calle como sea, ya.

-Sí, claro, y que le peguen un tiro. Ni de coña, Paula.

-Mira, este caos es obra tuya y solo tuya, tú dejaste en el aire la información sobre Erick...

-Y tú no saliste a desmentirlo y él se escondió como una rata porque entiendo, y llámame loca si no, que mi plan os parecía bien. Pero basta que algo se joda para que todos tengáis postmoniciones: que si lo sabíais, que si estaba cantado, que si se veía venir. La próxima vez, os ponéis las pilitas y tenéis premoniciones, que a toro pasado somos todos muy listos.

-Vale, Ruth, tú, que ves el futuro en 4K, ¿qué coño sugieres que hagamos?

-Matallanas tiene que salir de donde esté. Tiene que dejarse ver, Paula, porque se nos ha caído el chiringuito de la peor manera. Ah, y al niño ese de la gorra lo tenéis que quitar del gabinete de gobierno y tenemos que declarar la guerra a las bandas latinas por atentar contra la libertad de expresión.

-Estás de coña... no podemos hacer eso, Ruth. A estas alturas del partido, meternos con los Latin Boys no nos hace ningún favor.

-Lo que no nos hace ningún favor es el vídeo de un panchito mamarracho de esos dándole una tunda a un puto periodista para evitar que muestre a Erick vivo, en un coche, con un tipo que vete tú a saber quién es...

-Es Roberto Palacios.

-¿Quién?

-El marido de Mia. Al que le quemó el coche.

-¿En serio, Paula? ¿Me estás queriendo decir que la campaña presidencial está a punto de irse a la mierda por un lío de faldas de tu jefe?

-Es mi socio.

-Como si es Batman, Paula. Os he dado toda la confianza, las herramientas, los contactos, el dinero. He apostado por él desde el minuto cero para convertirle en el mayor animal político que haya visto este país, me he creído que tú serías un apoyo válido, he aceptado tu figura las veces que ha delegado en ti. He comprado el circo de los horrores que habéis juntado para formar parte del gabinete. ¡Si hasta me he tragado las putas doce Fast and Furious esas con el tal Dominic Toretto!

-Son once.

-¿Qué?

-Fast and Furious. Son once pelis.

-¡Y qué más da! La habéis cagado a todos los niveles y he tenido que tirarme al barro a recoger vuestro desastre y ahora, en este último movimiento magistral para que todo acabe de irse a tomar por culo, ¿la razón para joderlo todo es la puta loca de su exmujer?

-Ruth, yo entiendo que...

-No, Paula, tú no entiendes un carajo. Y Matallanas entiende menos. Llevamos semanas de disturbios en la calle porque hay gente que quiere adelantar las elecciones y gente que quiere retrasarlas y, ¿sabes en qué sí que están todos de acuerdo? En el motivo para pedir lo que cada uno pide: la muerte de Erick, el riesgo de magnicidio, la inestabilidad política en la que se ha sumido este jodido país desde el momento en que vosotros os aburríais en vuestra puta casa y decidisteis ir a una puta fiesta de cumpleaños de un tiraflechas de mierda.

-Estás alterada y estás siendo injusta.

-¿Sabes qué? -Ruth se llevó una mano al centro del pecho y con la otra se atusó la melena pelirroja-. Tal vez sí. Pero eso no cambia, Paula, que Erick tiene que dejarse ver. Es lo único y lo último que te pienso decir.


En cuanto apagó el motor, Erick echó un vistazo al móvil. Cuarenta y nueve llamadas perdidas. Un número indescifrable de mensajes de chats. Emails. Un icono de notificación que no reconocía y que deslizó para previsualizar con la esperanza de que tuviera algo que ver con Mia:

OTRO INCENDIO POR LLEGARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora