Era un día soleado. Mamá estaba preparando el desayuno, papá veía televisión y Connor jugaba en línea con sus amigos.
Me levanté de la cama, bajé las escaleras y saludé a mamá y a papá con un beso en la mejilla; me acerqué a mi hermano y lo despeiné con fuerza.
- ¿Qué haces, ñoño?- dije sentándome a su lado. Los ojos de Connor no se despegaban de la computadora, así que le quito el joystick de las manos.
- ¡Oye! ¡Dámelo!-. Se abalanzó sobre mí y sus brazos de fideo trataban de arrebatarme el joystick.
- Niños, basta.- interrumpió papá con cansancio en su voz.
Connor volvió a su lugar con el joystick en sus manos y me sacó la lengua descaradamente; Puse los ojos en blanco y fui a prepararme el desayuno.
Tomé un café y comí rápidamente mis panqueques, ya que necesitaba tiempo para vestirme. Me había despertado más tarde de lo que solía levantarme los domingos.
Cerca de las 15:00, llegó el mensaje que tanto esperaba: "Estoy afuera, te espero :)". Salí de mi habitación y bajé las escaleras, tomé mi bolso y, cuando estaba dispuesta a salir, la figura de mi madre bloqueó la puerta.
- Hailey, ¿a dónde vas tan apurada?- indagó, atando su largo cabello rubio en una colita. - Espero que no hayas hecho planes para hoy, porque tendremos una merienda familiar-.
Un pequeño bufido se escapó de mis labios. Cada reunión familiar era igual: Mi tía Cynthia siempre presumía a su "perfecta hija", Alessia de 19 años. Es insoportable. Si yo tengo algo, ella debe tener algo 100 veces mejor; si yo tengo una amiga, ella debía hacerla su amiga y alejarla de mí. Ahora tiene una imagen y una reputación "perfecta" que mantener, pero... ella miente.
Antes, cuando éramos solo unas niñas, éramos muy cercanas; la consideraba mi mejor amiga, a pesar de ser dos años mayor; hasta que empezó la secundaria. En ese momento, comenzó a cambiar: Era distante conmigo y trataba de robar o superar todo lo que tenía, como si fuera una competencia. Luego de unos años, nuestra relación estaba completamente deshecha, hasta el punto de no querer estar en el mismo lugar al mismo tiempo.
Pero ella es la única prima que tengo.
- Ya sabes que odio esas reuniones, mamá- dije entredientes.
- Lo sé hija, pero tu tía y yo debemos hablar de temas importantes hoy, ¿si?- respondió ella dándome un cálido abrazo, como siempre lo hacía. Suspiré y me limité a aceptar la idea de la merienda familiar esta tarde.
"Tengo una reunión familiar, lo siento :(", escribí en mi teléfono, y pulsé "enviar".
Eran las 18:00 cuando llegaron, tan puntuales como las recordaba. Aún tenían su auto color gris, con asientos de cuero negro.
Cynthia bajó primero y mamá la saludó con un cariñoso abrazo.
- Hola prima, tanto tiempo sin verte.-. Alessia me observó con mirada altiva, como si yo fuera una indigente y ella una codiciosa princesa.
- Hola.-. Eso fue lo único apropiado que fui capaz de decirle.
Todas estábamos estábamos en la mesa; papá había llevado a Connor a un partido de footbal, y luego fue al trabajo. Después de una charla tan aburrida como el rostro de Alessia, dejé de seguir el hilo de la conversación, por lo que tomé mi celular y escribí un mensaje rápidamente debajo de la mesa. Cuando me respondieron, le pedí a mamá permiso para ir al baño y acostarme si me sentía cansada, con la excusa de querer dormir temprano para ir a la escuela mañana. Siempre funciona, pensé cuando ella me dijo que no había ningún problema.
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Tenebris: del otro lado del lago
Teen FictionHailey y Kael son dos mejores amigos que disfrutan de explorar a fondo nuevos lugares, pero todo cambia cuando encuentran un lago estrellado en la cima de una montaña. La profundidad los cunduce a un mundo nuevo por descubrir: rascacielos metalizado...