✧─── ・ 。゚★: .Klay . :★. ───✧

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Los guantes robóticos eran toda una maravilla, Quinn no pudo haberlos fabricado mejor: no muy pesados, veloces y ajustables. Se movían bien en medio de la fuerte ventisca, pero mis ojos no; nunca había estado en una situación como esta, en la que parecía estar peleando contra un maestro del aire. El polvo espacial me entraba en los ojos y el viento parecía susurrarme palabras al oído que no podía entender.

El Kalei'yu esquivaba algunos de mis golpes, mientras que los otros lo dejaban sin aire y manchaban el pañuelo dorado que cubría su pelo blanco con sangre carmesí.

- Aunque no lo creas, esto me divierte más de lo que parece.- dije mientras lanzaba otro golpe, pero el Kalei'yu lo atrapó con su mano y comenzó a aplastar el guante con una fuerza que nunca antes había visto en una persona. Los dedos cobrizos de su otra mano cazaron mi cuello y presionaron mi pulso.

- Un humano... nunca podría tener...tanta fuerza.- murmuré para mí mismo. El viento rugió y se arremolinó a nuestro alrededor, como si fuéramos el epicentro de un tornado, zumbando en mi oído una respuesta que no esperaba tener: "¿Qué te hizo pensar que soy humano?".

Mi respiración se entrecortó y empecé a ver borroso; debía acabar con esto antes de que sea tarde.

Con toda mi fuerza, golpeé su delgado estómago con el guante metálico que tenía en mi mano libre, activando las púas metálicas escondidas en los nudillos.

- Eres un monstruo.-. Su ropa se humedeció un poco con la sangre de su estómago y sus manos temblaban, aflojando los dedos que comprimían mi cuello desnudo. La brisa se disipó de a poco, moviendo el cabello largo del Kalei'yu frente a esos ojos verdes que se clavaban a los míos como un par de filosos cuchillos.

Se tambaleó en el techo hasta que por fin cayó hacia atrás, al vacío entre los edificios; para cuando me asomé, ya había desaparecido entre la oscuridad.

Me quité el barbijo e inhalé el frío de ese mundo, viendo el suave movimiento de los asteroides alrededor de Urano. Sonreí al cielo; acabo de volver y ya necesito otras vacaciones.

- ¿Klay?-. Volteé cuando escuché esa voz ruda, pero familiar. Lexi sonrió con los ojos cuando extendí los brazos hacia ella.

- ¿Por qué te quedas ahí parada? ¿acaso no extrañaste a tu compañero de entrenamiento?- bromeé. Ella puso los ojos en blanco y me abrazó para después darme un suave golpe en el costado. - ¡Ey! ¿Y eso por qué?-.

- Porque eres un tonto.- sonrió.

- Sé que me amas como a un hermano, Lexi.- dije con una sonrisa juguetona mientras rodeaba su cuello con el brazo.

- Ajá, si, claro.- bufó con sarcasmo. - Siempre serás un tonto para mí.-.

- Pero soy tu tonto favorito.-. La despeiné un poco y ambos reímos. La había extrañado más de lo que creía.

- Acompáñame- propuso, zafándose de mi abrazo. - hay un par de chicos que tienes que conocer.-.

Asentí, volví a ponerme el barbijo y la seguí hasta un grupo de chicos y chicas reunidos en la terraza de Blood Moon.

- ¿Nuevos reclutas?- le susurré a Lexi mientras nos acercábamos.

- Algo así.-.

Unos ojos azules se posaron sobre mí mientras escuchaba lo que Volt tenía para decir después de la pelea de hoy. Él volteó cuando vió que la chica no me sacaba los ojos de encima.

- Oh, al parecer viste a Klay, nuestro compañero- dijo palmeándome el hombro. - Estuvo de vacaciones por unas semanas, pero ahora que volvió, va a entrenarlos, al igual que Lexi.-.

- ¿Algo que quieras aportar a la conversación?- pregunté al ver que la señorita "ojos azules" no paraba de mirar cada detalle, desde mi cabello rizado hasta mis guantes metálicos.

- De hecho, tengo muchas preguntas.- respondió. - ¿Usas guantes robóticos o son prótesis? ¿hace cuánto formas parte de Tenebris? ¿usas lentes de contacto o tus ojos son de diferente color naturalmente? ¿fuiste el último miembro del grupo en llegar?...-.

Solté una risita y me acerqué lentamente a ella con pasos pesados.

- ¿Cómo te llamas?- murmuré.

- Hailey Miller.-.

- Bien, Hailey... te haré saber cuando puedas hacerme una entrevista, ¿sí?- dije, ladeando la cabeza. - Hasta entonces, mantén la boca cerrada, a menos que tengas algo más interesante que decir además de esas preguntas personales fuera de lugar.-. Ella tragó saliva y parpadeó un par de veces, un poco asustada por la seriedad de mis palabras.

- Oye, Volt- dije, sin despegar la mirada de Hailey. - ¿crees que la asusté lo suficiente?-. Sonreí, suavizando mi tono y mi rostro serio.

- Yo la habría asustado un poco más.- sugirió Volt.

- Lamento si te asusté mucho, Hailey, es una broma clásica que le hacemos a los nuevos aquí.-. Ella soltó el aire que se había guardado en los pulmones. - Será un placer entrenarlos.- dije, apoyando mis manos sobre los hombros de ambos novatos, pero casi caen al piso al sentir el peso de mis guantes robóticos.

- ¡Oh! Lo siento... wow, no esperaba eso... sí que les falta entrenar.-.

- ¿Aún más?- murmuró el chico con pecas, cansado; tenía moretones en el cuerpo y el rostro, al parecer no la pasó muy bien durante la pelea contra los Kalei'yu.

- ¿ "Más" ? Todavía no han hecho nada.- sonreí, y le guiñé un ojo con entusiasmo. Esto va a ser divertido.

Tenebris: del otro lado del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora