✧─── ・ 。゚★: . Hailey . :★. ───✧
Connor se cepillaba los dientes con su pijama de dinosaurios puesto, mamá preparaba su mochila y guardaba nuestros almuerzos en la heladera, y mi padre, que ya estaba desmayándose del sueño, ponía la alarma para mañana en su reloj despertador; Mientras tanto, yo me preparaba para una nueva aventura en el otro mundo, hoy debíamos tener nuestro primer entrenamiento.
Como siempre, Kael estaba esperandome a las 00:30, cuando todos dormían. Esta vez había más vida en el bosque: se escuchaba el dulce sonido de los grillos, el croar de algunas ranas cerca de los charcos y los pasos de lo que supuse que sería un conejo pequeño.
La laguna brillaba más que nunca y era casi más oscura que el cielo en plena noche; Estaba cada vez más hermosa.
Kael y yo nos sumergimos en el agua y aparecimos en el callejón.
Lexi estaba parada a un lado del charco con los brazos cruzados, parecía sorprendida.
- Al parecer Volt tenía razón, de aquí salen ustedes.- dijo en voz baja, y empezó a caminar hacia la escalera que llevaba al techo de uno de los edificios espejados. Una vez arriba, nos alcanzamos nuestros barbijos.
Tanto Lexi como Volt tenían una habilidad sorprendente a la hora de saltar, incluso si no podían tomar tanto impulso entre techo y techo. Por otro lado, Kael dudaba mucho en cada salto e incluso no se atrevía a saltar desde techos tan altos, por lo que Lexi tenía que "darle un empujoncito".
- Lexi, ¿puedo hacerte una pregunta?- indagué al llegar a la terraza de Blood Moon.
- Ya hiciste una, así que serán dos preguntas.-. Giró sobre sus talones para mirarme y se acercó. - Diez centavos.-.
- ¿Por qué dudaste de Volt cuando te dijo que habíamos salido de ese charco?, después de todo, ustedes salieron del mismo lugar, ¿no?-. Ella le dió la cara al cielo y me miró de reojo con una pequeña sonrisa.
- ¿Acaso crees que no hay más portales en este mundo?-.
Nunca lo había pensado. Por lo poco que conoció el lugar, nunca pude ver otro portal; o tal vez lo ví, pero los portales pasan desapercibidos en este mundo.
Lexi nos llevó por unos pasillos de neón que parecían interminables, uno con más grafitis que el anterior.
- ¿Quién hace los grafitis?- preguntó Kael.
- Yo hice la mayoría, y los otros...-.
- ¡¿Tú?!- dijimos al mismo tiempo. Nunca creí que fuera tan buena en arte, ¡sus grafitis eran asombrosos!, captaban la esencia de este mundo a la perfección.
- Sí, me gusta ver la Ciudad Imperial y recrearla en mis dibujos.-. Su felicidad desapareció cuando volteó para mirarnos. - Basta de charlas, ¿trajeron su propia agua?, el entrenamiento será duro y no hay nada para beber en este mundo.-. Kael y yo sacamos nuestras botellas de la mochila y sonreímos.
Lexi abrió las puertas de lo que parecía ser el sótano, repletas de sacos de boxeo improvisados, pesas, maniquíes y colchonetas.
- Bienvenidos a lo que llamamos "Cuarto de entrenamiento".-. Se podía ver lo feliz que estaba; al parecer le gusta hacer ejercicio, y se nota: su cuerpo tonificado estaba en muy buena forma.
Até mi cabello y me senté al lado de Kael en la colchoneta, como Lexi nos había ordenado.
- Escuchen, aquí no formamos policías, que protegen todas las vidas; no formamos asesinos, que matan sin piedad; No formamos rebeldes, que no están dispuestos a seguir órdenes. Aquí formamos guerreros, que protegen a los ciudadanos, que saben defenderse y que no se dejan persuadir por el enemigo.-.
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Tenebris: del otro lado del lago
Teen FictionHailey y Kael son dos mejores amigos que disfrutan de explorar a fondo nuevos lugares, pero todo cambia cuando encuentran un lago estrellado en la cima de una montaña. La profundidad los cunduce a un mundo nuevo por descubrir: rascacielos metalizado...