✧─── ・ 。゚★: .✦ . :★. ───✧

8 4 0
                                    

                               ✧─── ・ 。゚★: .✦ . :★. ───✧

- Para que podamos explorar la Ciudad Imperial hoy, ustedes van a tener acompañantes- explicó Volt mientras tomaba sus Shurikens con detalles morados, cuyas cuchillas brillaban todo lo que su tonalidad mate les permitía.

- Lexi, tú estarás con Kael, y Quinn, tú acompañarás a Hailey-. Ellas asintieron con seriedad. - No se alejen de sus acompañantes, manténgase en la oscuridad y no hagan estupideces, ¿entendido?... bien.- terminó, sin esperar una respuesta.

Quinn enrolló nuevamente su soga en la muñeca y tomó una cuchilla con su mano enguantada. Acercó su brazo y rodeó mi cintura con firmeza.

- ¿Lista, Hailey?- preguntó. Asentí y me dirigió una sonrisa, enseñando una pequeña separación entre sus dientes delanteros. Me aferré a ella, debía sostenerme con fuerza si no quería salir volando.

La niña arrojó el arma y la cuchilla quedó incrustada tan profundamente en el metal que por un momento sentí que había podido traspasar la pared.

Levanté mi cabeza cuando escuché gritos cerca del edificio; al voltear, vi a Kael sosteniéndose fuertemente de Lexi, quien le ordenaba que se callara. Había olvidado por completo que Kael nunca se había lanzado de un edificio de esa forma.

Quinn y yo corrimos hacia el borde de la terraza y saltamos, dejando que la cuerda nos sostenga. Ahora que podía observar mejor la Ciudad Imperial, sin preocuparme por caer al vacío, noté las pequeñas luces que planeaban cerca de los edificios: autos voladores.

Cuando nuestros pies golpearon estrepitosamente con la pared de metal, volví a concentrarme en Quinn; ella trepaba hábil y sigilosamente el edificio, como si fuera su rutina diaria; aunque, tal vez sí lo sea.

Tomé la soga con ambas manos y dí los primeros pasos, provocando un ruido estruendoso que hizo que Quinn se detuviera para darme la señal de que hiciera silencio; ahí fue cuando vi su forma tan peculiar de trepar: apoyaba solo las puntas de los pies con suavidad. La imité, tratando de que los mareos no me hicieran dar un paso en falso. Ahora, mis pies no hacían nada de ruido al apoyarse en el metal.

Trepé hasta la terraza, donde Quinn me extendió su brazo para ayudarme a subir. Vi sus ojos verdes clavados en el cielo nocturno, y al levantar la vista, pude ver lo que estaba mirando: Las estrellas estaban tan cerca que creí poder tocarlas, y Urano irradiaba una luz pálida que nunca antes había visto. Era hermoso. Era sobrenatural.

Volt se acercó con las manos en los bolsillos de su pantalón; y, aunque no parecía sorprenderle, sus profundos ojos violetas brillaban bajo esa luz casi irreal.

- Volt, todo esto es... hermoso.- dije sonriendo al cielo nocturno, pero él solo me ignoró, como era de costumbre.

- El tour por el límite de la Ciudad Imperial, lejos del centro, puede ser peligroso, así que asegúrense de quedarse entre las sombras.-. Se acercó a un poste metálico enganchado a una soga que llegaba hasta otro edificio; estaba demasiado lejos para saltar, e incluso para tratar de sostenerse con las armas crónicas y las cuerdas.

- Esta es la parte emocionante.- susurró Quinn a mi lado, sonándose los dedos.

¿ "Esta"?

- Aquí es donde tienen que aprender a cuidarse solos, hasta ahora, no han hecho nada.- explicó Volt mientras se subía al borde de la terraza.

- Espera, ¿a qué te refieres?- preguntó Kael acercándose a él. - ¿acaso todo lo que hicimos no fue suficiente para tí?-. Su enojo crecía más y más. Volt se adelantó para quedar cara a cara y luego le susurró algo, y aunque no pude escuchar sus palabras, fue suficiente para hacer que Kael relajara un poco los hombros.

Tenebris: del otro lado del lagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora