Tenebris: del otro lado del lago

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 ✧─── ･ ｡ﾟ★: .Hailey . :★. ───✧

Apenas podía distinguir a Volt entre los edificios; si no fuera porque estaba bajo la luz de las estrellas, él sería invisible.

Esto sin dudas sería lo más complicado, no era saltar ni escalar: era volar.

Lexi soltó un suspiro pesado y comenzó a guardar algunas de sus armas en el cinturón.

- Escuchen, esto es demasiado complicado y no hace falta que lo hagan.-. Me buscó con la mirada cuando se dió cuenta de que no estaba frente a ella. - ¿Hailey?-. Sus ojos se fijaron en mí, y en cómo mi cuerpo parecía tan frágil como una hoja puesta en el borde del edificio. El suelo se movía bajo mis botas y el aire del barbijo corría por mi naríz mientras apretaba con fuerza el gatillo.

- ¡Hailey, no!-. Mis pies se levantaron del suelo cuando vi que el gancho había llegado hasta el otro edificio, pero Lexi sostuvo mis piernas con fuerza; su cuerpo cedió y la hizo caer junto a mí. Un sonido metálico me hizo levantar la mirada hacia el gancho que flaqueaba por nuestro peso; de repente, la cuerda se destensó, y pude ver cómo ambas cosas caían junto con nosotras.

Por primera vez vi esa expresión en el rostro de Lexi; no era enojo ni preocupación... era miedo. Sus ojos soltaban pequeñas lágrimas que caían sobre sus pecas. No puede morir así, pensé. No podemos morir así.

Saqué mi navaja retráctil y corté el extremo de la cuerda unido al gancho, até la soga a mi arma y miré el edificio; tenía una sola oportunidad. No debía fallar. No podía fallar.

Lancé la navaja con fuerza, esperando que se clavara en el metal antes de que nuestros cuerpos lleguen al suelo; la cuerda me jaló del brazo, frenando la caída, y nos hizo chocar contra la pared. Lexi soltó un gemido de dolor cuando su costado golpeó contra el metal.

- Vamos, Lexi, la única salida...-.Un deja vu me detuvo en seco; recordé lo que le dije a Kael el día que decidí escalar la montaña en medio del bosque. Fue cuando descubrimos ese lugar. Sentí que mi valentía había vuelto; que yo había vuelto. - la única salida es subir.-. Le dí la mano y su mirada cambió por completo; ahora estaba llena de determinación.

Ambas escalamos el edificio hasta donde estaba clavada mi navaja, cerca del techo. En la cima, Volt nos miraba sorprendido, inmóvil. Presioné la navaja para que se hundiera aún más en el metal y así poder usarla como pie para subir, ya que Volt no parecía querer ayudarnos. Pisé la navaja y me colgué del techo con fuerza; al llegar, me acosté boca arriba, contemplando las estrellas y escuchando los latidos del corazón que me retumbaban en los oídos.

Lexi llegó hasta el techo, temblando, y gateó hasta donde estaba.

- Hailey...-. Moví mi cabeza para verla. - me salvaste, gracias.-. Sus ojos sonrieron mientras se ponía de pie.

Cerré los ojos y reí, como en esos momentos incómodos en los que no sabes qué decir, o cuando tienes miedo y haces cualquier cosa sin saber por qué; esa risa de alivio después de que el terror te consumiera.

- ¡Eso fue grandioso!- gritó Quinn desde el techo del edificio del que habíamos saltado con Kael a su lado, rascándose la cabeza de forma nerviosa. - ¡También lo haría, pero soy demasiado bonita para morir!-. Lexi sonrió y negó con la cabeza mientras los veía bajar del edificio y caminar para subir al rascacielos en el que estábamos ahora.

Unos brazos me levantaron del suelo y sonreí al ver que era Kael.

- ¡Kael!-. Le di un fuerte abrazo. - ¡¿Viste lo que hice?!-.

- Claro que sí, y casi me matas del susto- rió un poco y acomodó suavemente mi cabello. - ¿estás bien?, eso fue demasiado peligroso, hasta para tí.-. Asentí y me alejé de él para ver el paisaje desde el edificio; la Ciudad Imperial brillaba más que nunca mientras la mayoría de los autos voladores que la rodeaban evitaban acercarse al límite, lejos del deslumbrante centro; miré a Urano y, por un segundo, creí sentir que la brisa que levantó mi cabello corto vino de ahí.

Volt se acercó en silencio y estrechó mi mano con firmeza en ese momento que para mí era casi irreal, con esa ciudad de fondo que parecía estar hecha de sueños.

- Bienvenida a Tenebris, Hailey.-. Traté de sonreír poco para disimular mis ganas de saltar de la emoción y seguir con la aventura.

Lo logré.

Una figura gris con cabello blanco apareció en mi campo visual cuando Volt se alejó, completamente aislada de nosotros; me asusté un poco cuando sentí la mano de Lexi sobre mi hombro.

- Felicidades, Hailey.-. Le sonreí y volví a mirar en dirección a la sombra, pero se había ido. Tal vez lo imaginé, o quizás sea una alucinación por el cansancio.

- Debo decirlo...- murmuró Quinn a mi lado. - eso fue genial, chica.-. Sonrió y se puso de puntitas para darme un par de palmadas en la espalda.

En medio de ese momento feliz, Kael se acercó a mí con una mirada afligida.

- Hailey...- comenzó; cuando lo vi, mi expresión cambió.

- ¿Qué pasa, Kael?, ¿te sientes mal?- pregunté, pero él negó con la cabeza.

- No es eso; creo que deberíamos volver a nuestro hogar, fueron muchos riesgos por hoy.- respondió poniendo las manos sobre mis hombros.

- ¡¿Qué?!, ¿acaso no te estás divirtiendo?, este lugar es hermoso y mágico, ¿no lo ves?-. Miré a mi alrededor para ver las luces y estrellas mientras inhalaba el aire fresco de mi barbijo.

- Sé que este lugar es increíble, pero nuestras familias no están en este mundo, están en casa, y se preocuparán por nosotros si no volvemos, aunque el tiempo allá pase más lento. No podemos quedarnos aquí por siempre y abandonar nuestras vidas, Hailey.-. Él sonrió con sutileza y trató de correrme un mechón de cabello del rostro; me alejé, con la mirada perdida en el suelo. Su sonrisa desapareció al ver que lo miré con fuego en los ojos.

- Escucha, Kael, tal vez tú no aprecias este mundo lo suficiente para abandonar tu antigua vida... pero yo sí.- dije, tomando impulso para después saltar a la terraza del edificio de al lado, sin mirar atrás.